domingo, 30 de junio de 2013

La Vocación

Hace tiempo, un rayo de sol hizo un viaje maravilloso. Havia oido hablar de un mundo en donde existian lugares donde no llegaba nunca la luz y que eran horribles. Por eso visitó los valles mas profundos, las cuevas mas oscuras y los rincones mas recónditos.... Pero nunca encontró esos lugares oscuros... Posiblemente porque él mismo llevaba la luz allí a donde estaba.

Nacho Padró

sábado, 29 de junio de 2013

Jericó: en las raíces del Urbanismo

En 1990, una misión arqueológica  canadiense de la Universidad de Toronto, dirigida por el doctor Bryan G. Wood, puso al descubierto los cimientos de los muros bíblicos de Jericó. El carbono 14 los dató -gracias a los fragmentos de cerámica y granos de trigo que había incristados en ellos- entre el 1.400 y el 1.350 a.C. Se trata sin duda del eslabón que faltaba para completar la larguísima evolución histórica de esta ciudad, porque confirma la destrucción de Jericó del AT en tiempos de Josué.
La destrucción se debió, muy probablemente, no a ecto de la resonancias de las trompetas del ejército judío, sino a una causa más terrenal: un seísmo, abundantes en Palestina desde siempre.

Nacho Padró

miércoles, 26 de junio de 2013

Mateu 11,2-11: ¿Ets tu el qui ha de venir, o n’hem d’esperar un altre?

Joan, que era a la presó, va saber les obres que feia el Messies i envià els seus deixebles a preguntar-li: "¿Ets tu el qui ha de venir, o n’hem d’esperar un altre?" Jesús els respongué: "Aneu a anunciar a Joan el que sentiu i veieu: els cecs hi veuen, els coixos caminen, els leprosos queden purs, els sords hi senten, els morts ressusciten, els pobres reben l’anunci de la bona nova. I feliç aquell qui no em rebutjarà!" Mentre ells se n’anaven, Jesús es posà a parlar de Joan a les multituds: "Què heu sortit a contemplar al desert? ¿Una canya sacsejada pel vent? Doncs què hi heu sortit a veure? ¿Un home vestit refinadament? Els qui porten vestits refinats viuen als palaus dels reis! Doncs què hi heu sortit a veure ? ¿Un profeta? Sí, us ho asseguro, i més que un profeta. És aquell de qui diu l’Escriptura: "Jo envio davant teu el meu missatger perquè et prepari el camí." Us ho asseguro: entre els nascuts de dona no n’hi ha hagut cap de més gran que Joan Baptista; però el més petit en el Regne del cel és més gran que ell." 

Per això ve Jesús, perquè els cecs hi vegin, perquè els coixos caminin… perquè ningú se senti de segona divisió. Prepara’t per a l’arribada de Jesús aquest Nadal.

martes, 25 de junio de 2013

La Concepción Daoista del Universo


Un aporte sobre la idea del Cosmos que aparece en los apuntes… mirando a las fuentes… ¿Qué dice Lao Tse? 

El Tao se puede explicar, pero la palabra no puede sustituir al Tao eterno; el nombre se puede pronunciar, pero no corresponde a la realidad del Tao. No-ser, es el principio del Cielo y la Tierra; el Ser, es la madre de los diez mil seres del Universo. Cuando se consigue el estado de No-Ser se puede observar la Maravilla del Tao; cuando se obtiene el estado del Ser se puede observar el Dominio del Tao. No-Ser y el Ser provienen de la misma fuente, pero han tenido diferentes nombres; el origen del No-Ser y el Ser se llama Profundidad. Más allá de la Profundidad se hallará a la puerta del Tao, que es toda la Maravilla del Universo.
— Lao Tze, Dao Te King, Capítulo I

Yo no sé de dónde viene el Tao pero sí sé que es anterior a Dios.
— Lao Tze Dao Te King,Capítulo IV

Existe un ser completo, nacido antes del Cielo y la Tierra. Es silencioso e ilimitado, único e inmutable, está dando un movimiento giratorio e incansable; puede que haya sido la Madre del Universo. No sé su nombre, lo denomino Tao; y, a falta de mejor palabra, lo llamo Grande. Siendo grande, fluye como desaparecido y habiendo llegado lejos, puede retornar. Por ello, el Tao es grande, el Cielo es grande, la Tierra es grande y el Hombre también es grande. Así, el Hombre es uno de los cuatro grandes del Cosmos. El Hombre se rige por la ley de la Tierra, la Tierra se rige por la ley del Cielo, el Cielo se rige por la ley del Tao y el Tao se rige por la ley de la Naturaleza.
— Lao Tze, Dao Te King, Capítulo XXV

Nacho Padró

Lo Divino en el Daoismo


He leído con curiosidad y asombro la estructura “cósmica” del cielo daoista, sin quedarme muy claro las causas originales de esas creencias. Veo un cielo administrativo plagado de seres con potencial divino. Son muy numerosos y eso facilita que cada adepto pueda tener el suyo o los suyos propios, tienes para escoger, como en una religión panteista; el daoísmo, en algunos puntos, se asemejaría así no poco al espiritismo, pues así como el médium espiritualista está en relación con uno o varios espíritus que lo guían y «controlan», así también el adepto daoísta, tiene sus dioses particulares que le ayudan por lo menos al principio de su caminar por el mundo. Estos dioses parece que forman una vasta jerarquía, desde los pequeños inmortales, aún muy próximos a los hombres, hasta los dioses supremos; los adeptos van progresando lentamente, grado tras grado, logrando, a medida que avanzan, entrar en relación con dioses cada vez más altos. Los ven, hablan con ellos y aprenden sus nombres, títulos, origen, funciones actuales y antiguas, lugar donde residen, etc, todo muy burocrático. Queda así constituido un inmenso panteón, a un tiempo confuso (porque es difícil clasificar todas esas divinidades de origen dispar) y preciso (porque sobre todas y cada una abundan los detalles exactos, gracias a quienes las conocen íntimamente). He leído que a partir del siglo VI era ya casi imposible aclararse, y T'ao Hung-ching, uno de los grandes taoístas de entonces, trató en vano de reducir a un esquema ordenado todos esos dioses. Aun con la ayuda de las divinidades a las que consultaba, no llegó a evitar un sinnúmero de confusiones, duplicaciones y omisiones.  ¿Quiénes eran esos "dioses" con los que los adeptos taoístas querían entrar en comunicación directa? Pues parece que , dispensadores de bienes muy concretos como la salud, la lluvia y el calor en tiempo oportuno, las buenas cosechas, la prosperidad familiar… vamos que unas influencias muy ligadas a la naturaleza y lo cotidiano. ¿Qué podían pedir, en orden a la propia salvación, al Conde del viento (Fêng-Po) o al Señor de la lluvia (YüShih) o incluso, por no citar sino los dioses más importantes, al Conde del río (Ho-Po) o a los dioses de los picos y de los mares, que en definitiva eran sólo divinidades locales cuya competencia se ceñía estrictamente a los sucesos acaecidos en sus territorios? El dios del suelo era una deidad hostil, que guardaba encarceladas las almas de los muertos en sus prisiones terrestres (ti-yü ) y hasta las devoraba. Unicamente habría valido la pena dirigirse al Señor de lo alto (Shang-ti), pero a juicio de los daoístas desempeñaba un papel bien reducido, ya que el verdadero rector del mundo no era él, sino el Dao impersonal y desconocido, del que el mundo ha salido por transformación. Así noto esa tendencia típica de los panteísmos a tener muchos dioses pero siempre reidos por uno superior. De hecho, los grandes místicos de los siglos IV y III a.C., Lao-Tse y Chuang-tse, tenían el Dao por meta de sus fervores y encontraban precisamente en su impersonalidad motivos de exaltación mística. No obstante, ya en la antigüedad, Ch'ü Yüan, contemporáneo de Chuang-tse, intentará buscar la unión en el cielo, en los dominios del señor de lo alto; y es muy difícil saber si no se trata más de una alegoría poética o si, como los harían los taoístas de los siglos siguientes, Ch'ü Yüan no estaba ya personalizando al Dao mismo. Lo que sería interesante es hacer un estudio sobre las influencias artísticas que ha provocado esta cosmología.

Nacho Padró

LA VIRTUD DAOISTA (DÉ - 德)

Si bien el Daodejing trata ante todo del Dao, de la vía o curso, también trata de su virtud o poder (de). El Dao es inmutable, pero en la realidad existe el cambio, todos los seres interactúan (XVI), es el concepto de retorno. Tal circunstancia es posible porque exteriormente actúa mediante el DE, su principio de movimiento. En el contexto daoísta, además de incluir un aspecto moral, contiene el sentido de “eficiencia” o “influencia”. Vendría a ser la fuerza activa del Dao que se manifiesta en todas las cosas. La virtud o capacidad del Dao es la viabilidad, lo que hace posible el acontecer de las cosas: consiste en hacer que todo nazca, progrese y regrese a su fuente ordenadamente y de forma coherente, que las fases (ya sean del día, las estaciones, etc.) transcurran en armonía, y que todo se produzca de forma natural y espontánea por sí mismo

Nacho Padró

LA NO-ACCIÓN o WUWEI (無為) en el DAOISMO


Para no alterar el equilibrio armónico que representa el Dao es imprescindible la no-acción (wuwei), la no interferencia en el devenir de las cosas para seguir de acuerdo con el ciclo natural que deriva de la interpenetración de contrarios. El wuwei se entiende no como una impasibilidad ante los acontecimientos sino como una sumisión a los mismos: dado que existe el movimiento, dado que todos los seres se transforman (XXXVII), la opción del sabio pasa por la observación y la contemplación; un actuar de manera connatural a los seres (un no-actuar) para adaptarse sin sufrir daño (XLVII). Es aquí cuando surge uno de los principios básicos de la corriente daoísta: la quietud  (XXVI). La quietud se entiende como la no-intervención en el transcurso de los cambios, el sabio se limita a contemplar, a observar y por consiguiente a no actuar, a no intervenir (III). Si por el contrario se optara por la intervención, las consecuencias serían lamentables (LXIV) porque se estaría alterando la esencia de la unidad del dao (XLV). Si no se deja avanzar el camino del dao, entonces es imposible el retorno (XL), ya que “las cosas [no podrían] volver al dao” (XXIV) y “todo lo que se aleja del Dao, se pierde” (XXV). Una imagen recurrente del Daodejing para explicar este concepto es el agua: igual que el agua basándose en su debilidad se hace fuerte. El agua beneficia a todo sin competir, ocupando los lugares que la multitud desprecia. (VIII). “Bajo el Cielo” nada supera al agua en flexibilidad y debilidad, pero atacando a la rígida dureza nada como ella puede vencer (LXXVIII), como ella que sigue el terreno sin dejar de avanzar, del texto se desprende que más vale adaptarse al curso del mundo; el texto también exalta lo humilde y lo inferior con la imagen del agua que siempre se mueve al lugar más bajo y sin embargo puede desgastar pacientemente cualquier piedra.  Este no intervencionismo también es aplicable al plano social. El Daodejing admite una clara lectura política: hay que evitar establecer reglas y prohibiciones porque son una fuente de conflictos y desorden en la medida en que contravienen la regulación natural. Cuantas más leyes se proclamen, más infractores habrá. Enseña de este modo que conviene que las cosas pasen por sí mismas y que debemos limitarnos a seguir su curso y a unirnos a esta inmanencia, ideas que encontrarán una buena aceptación desde el punto de vista budista. Practicar la no-acción, y así nada queda sin regir (III): El pueblo sin mandato (forzado) es ecuánime por sí mismo (XXXII), esto es la Evidencia Sutil: flexibilidad y delicadeza vencen a rigidez y dureza (XXXVI). Es el gobierno de la no-acción: prohibiciones, instrumentos de lucro, revueltas… conllevan el alejamiento del camino (XXXIX, LVII, LXXIV, LXXV)

Nacho Padró

LA NATURALIDAD O ESPONTANIEDAD (ZIRAN) (自然) en el DAOISMO


Llegados a este punto del Daoismo, es importante comentar cómo es y cómo se producen de forma natural, las dualidades citadas. Es decir, las cosas se convierten en lo que son por ellas mismas, de manera natural y espontánea (自然 -ziran-“aquello que es tal como es por sí mismo”) (LXIV) a causa del dao (LI). Esto implica una acción no mediada, ni intencionada, ni deliberada o premeditada, pero tampoco meramente instintiva o irreflexiva. El daoísmo defiende por ello una actitud natural, definido por su indiferencia y fluidez, por dejar que las cosas sucedan por sí mismas. Como veremos ésa es la esencia misma de wuwei: cuando no se fuerza (XXIX y XXX), las cosas se enderezan por sí mismas de forma natural: esto es el Ziran (XVII). Para ello es necesario cultivar una actitud de desprendimiento y desapego: tal como el Cielo y la Tierra no son benevolentes, dice el Daodejing, y tratan las cosas como meros utensilios a ser descartados después de su uso, el sabio trata a la gente del mismo modo. 

Nacho Padró