domingo, 9 de octubre de 2011

Cómics y Apocalíptica

Dentro de la visión "mundana" o vulgar del concepto apocalipsis como una respuesta al miedo atávido del fin del mundo, hace ya unos años que se ha producido una curiosa reacción en el mundo del Cómic relacionado con la apocalipsis y os lo explico con 2 ejemplos:

Los famosos cómics japoneses llamados Manga: ya sea por la marca profunda y destructiva a nivel psicológico que dejó el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki, los japoneses han realizado una profunda catarsis artística alrededor de ese tema, sobre como encajarlo, sobrevivirlo y adaptarse. Una muestra está en los cómics relacionados con los mundos Post-apocalípticos (creo que se les denomina así) donde curiosamente la ciudad de Tokio ha sido destruida infinidad de veces, dejando una población que intentaba sobrevivir o que sobrevivia de una forma espectacular con uan tecnología robótica increible... pero un una moralidad no siempre acorde.... profetizándose siempre la "degradación" humana, curiosamente algunos de los comics llenos de profecias (pienso en el Akira o el Ghost in the Shell -donde se hacen profundas relexiones metafísicas-). Recuerdo que son obras muy anteriores a la película de Hollywood Mad Max (exponente en occidente del post-apocalipsis o como es llamado este tipo de películas)


Akira, un manga de Katsuhiro Otomo.
 2. Occidente y el post-apocalipsis: Ya sea por la sensación de pérdida moral o del contexto de crisis... hace ya un par de años que el mundo del cómic se ha llenado de literatura post-apocalíptica en la que la población es destruida por una plaga o convertida en zombie. Un exponente son los cómics de Walking Death, de la cual se han sacado una serie en TV de bastante éxito, pero además hay toda una contínua aportación (oferta-demanda) sobre el tema, en la que se dan rienda a los miedos profundos sobre la desaparición de la raza humana... muchas veces como consecuencia de sus actos (las plagas van desde ataques terroristas, errores científicos, mutaciones ambientales, contaminación... vamos todo el elenco de profecias que podemos ver en las noticias). Es curioso ver como editoriales como Dolmen han hecho una linea propia (la serie Z) que ha tenido un éxito considerable de aceptación y cuyo formato "apocalíptico" ha sido copiado por otras editoriales (el miedo vende).

Banner de la linea Z de Dolmen Editorial

Ya hace años, desde que acabé la diplomatura que se que el apocalipsis no es lo que vulgarmente se conoce, pero hay que reconocer que los miedos más profundos de la sociedad se explotan y trabajan dentro de este género, aunque de forma errónea, dando lugar a expresiones en la literatura, el cómic y el cine muy interesantes. Si estas expresiones culturales lo único que hacen es canalizar las pulsiones sociales, se podría decir que tenemos una visión de nuestro futuro macabramente negativo.
 

Nacho Padró

El problema de "las tierras" o de "la tierra (de Israel)" durante las dos guerras judías.

El tema de la Tierra (la tierra prometida), ha sido siempre un asunto central para los judíos (y todavía lo sigue siendo, incluso en algunos de los acuerdos se ha llegado a hablar de “paz por tierra”). Y su valor es tremendamente profundo para el pueblo Judio.
Ganada y entregada como premio de Yahvé a su pueblo elegido, por mediación de Moisés, la tierra que ocuparon y donde se instalaron tras la salida (huida) de Egipto, gran parte de la identidad como pueblo de los judíos se asentaba en su tierra, su ley o Torah y en el Templo.

Una vez que fueron conquistados, junto con el malestar de una mala administración (Agripa I) les sobreviene el golpe traumático de la pérdida del Templo, una de las señas de aglutinamiento, que todavía no ha sido restaurado. Es este contexto las Guerras de los Judíos que el problema de las tierras se convierte en eje vertebrador de las preocupaciones nacionalistas de los judíos.

Tras el desigual enfrentamiento entre los romanos y los judíos, con un Templo reducido a escombros y una muchedumbre exiliada, sólo les queda a los rabinos, cohesionadores sociales del pueblo revalorizar la Tierra de Israel (LvRab 13,2)., dándole una nueva entidad, hasta el punto de que Israel equivale a todos los méritos adquiridos por el cumplimiento de todos los otros mandamientos (Tos. AZ 4 [5] 3), y sobretodo inculcar un profundo sentimiento de identidad para el pueblo disperso (Ket 110 b).

Dos son los problemas que se ven alrededor del tema de la Tierra en el contexto de las Guerras Judias:
  1. El Problema de los Exiliados: Para ello lo primero es primar la inmigración de los exilados facilitándoles el retorno a nivel individual -Tos. Ket. 13,2- o por ventajas administrativas -Tos. Terum 2,10), una táctica que todavía se observa en la problemática de los asentamientos judíos en Palestina, aunque está vez orientada al revés, intentando ocupar zonas que consideran suyas y que están habitadas por palestinos. Hay que tener en cuenta que los exiliados en el fondo empobrecían la tierra a nivel del cultivo y mantenimiento de las tradiciones (de ahí la “revaloración” de los estudiantes de Jerusalén, frente a los de Babilonia), incluso la solicitud de enfocar la espiritualidad la oración hacia la capital, como una añoranza en el retorno.
  1. La Revalorización de la Tierra: Una tierra que obviamente se ha de cuidar para no dejarse perder, y dentro de este contexto habría la problemática del cuidado y crianzas del ganado menor (BQ 79 b). Estas preocupaciones van ligadas al interés por la preservación de la naturaleza, del arbolado especialmente (Tos Suk 2,5)..


    Nacho Padró

viernes, 7 de octubre de 2011

STONEHENGE de Bernard Cornwell

Me acabo de leer esta obra de literatura histórica sobre la construcción de la maravilla megalítica de Stonehenge. Sin duda resulta evidente que todos los personajes y deidades de esta novela son ficticios. El Stonehenge que conocernos lo cons­tituyen las ruinas de un monumento erigido a finales del tercer milenio a. C., el inicio de la Edad de Bronce en Gran Bretaña, y no tenemos documentos de reyes, jefes, cocineros o carpinteros de esa era. No obstante, ciertos detalles de la novela se basan en investigaciones arqueológicas, tal y como nos indica el autor. En ella se relata como ace unos cuatro mil años, una tribu del sudoeste de Gran Bretaña llevó a cabo una de las mayores hazañas arquitectónicas de todos los tiempos: Stonehenge, un santuario hecho a base de inmensos bloques de piedra traídos de tierras lejanas. 
La grandiosidad de la obra ha dejado perplejos a los investigadores a lo largo de los siglos. ¿Qué llevó a aquellos hombres a acometer semejante empresa? ¿Cuáles eran sus nombres, sus motivaciones, sus dioses? Bernard Cornwell responde a éstas y muchas otras preguntas a través de la historia de los tres hijos del jefe de la tribu de Ratharryn: Lengar, Camaban y Saban; el guerrero, el visionario y el constructor. Tres hermanos muy diferentes entre ellos, tres hermanos que, cada uno a su modo, osaron desafiar al mismísimo dios del Sol. 
El libro en si es una novela interesante aunque para lo que nos interesa lo mas destacado se basa en la explicacion de como se pudo haber hecho el templo y sobretodo el temor reverencial de los hombres hacia unas divinidades desconocidas i a las que se quiere conquistar o dominar... la esencia pura del mito y la magia. Espero que os guste pues es una de esas novelitas de verano que lees para pasar el rato. El mismo Cornwell nos explica de donde saca los datos en los que se basa la novela y acaba siendo mucho mas interesante, en cuanto a formacion, que la propia obra.
 

Nacho Padro