jueves, 31 de mayo de 2018

Posesiones....

Per la Nostra Mare

Avui Maria, et demanem
per la amre que tenim a casa.
Ella com tu, ens estima
i vol que estimem als altres.
Desitgem ser uns bons fills i filles
i ajudar-la en tot allò que puguem

martes, 29 de mayo de 2018

Leyendo los mensajes del faraón

Rameses III realiza una incensación y una libación frente a Amón-Ra. Escena del muro Oeste de la capilla del templo de Medinet Habu (Luxor) destinada a albergar la barca procesional de Rameses II (sala no. 14).
Rameses III realiza una incensación y una libación frente a Amón-Ra. Escena del muro Oeste de la capilla del templo de Medinet Habu (Luxor) destinada a albergar la barca procesional de Rameses II (sala no. 14).
Los mensajes del faraón no están escritos en Twitter o Whatshapp sino en piedra. Se componen de jeroglíficos y de imágenes y contienen información religiosa e histórica. Pero hay que saber leerlos. A entender lo que quiso transmitir Ramsés III (Rameses en la grafía que prefieren los egiptólogos), el último gran rey del Imperio Nuevo, en las escenas e inscripciones en los muros de su templo de Medinet Habu, en la actual Luxor, y a dilucidar qué hay de rigurosamente histórico en sus mensajes, han dedicado su esfuerzo los estudiosos catalanes Salvador Costa y Teresa Magadán, que publican ahora en un libro su trabajo.
Rameses III como garante de Maat, las dos estelas del año 12 en Medinet Habu(editado por la librería de egiptología Mizar), es un fascinante estudio de las dos estelas del título, situadas a la entrada del templo, en el primer pilón, y de numerosas escenas representadas en el edificio en las que se despliegan visualmente batallas, desfiles, ceremonias y rituales. Entre las imágenes, algunas tremendamente dramáticas: carros de guerra en pleno ataque, ejércitos en marcha armados hasta los dientes, enfrentamientos navales, prisioneros marcados a fuego con el nombre del faraón o escribas contando minuciosamente montañas de manos y penes cortados (2.175) al enemigo para contabilizar sus pérdidas.
Ramsés III (reinado del 1195 antes de Cristo al 1164 a. C.) es el segundo faraón de la XX Dinastía del Imperio Nuevo egipcio. Su padre Setnajt, un general sin ascendencia real, fundó la nueva línea dinástica tras la muerte de la reina Tausert y reinó cuatro años durante los que incorporó a su hijo al poder. El tercer Ramsés, que estuvo en el trono la friolera de 31 años y 49 días, tuvo dos reinas principales, Isis ta-Hemdjeret y la conocida solo como Reina X, que le dieron diez hijos varones, tres de los cuales reinaron después de su padre. Entre los hechos más famosos de su reinado figuran varias invasiones de pueblos enemigos de Egipto, una huelga de los trabajadores de Deir el-Medina (los constructores de las tumbas de la necrópolis tebana) y una conspiración palaciega, con ramificaciones en el harén.
Columnas del pórtico Sur del primer patio del templo de Medinet Habu.
Columnas del pórtico Sur del primer patio del templo de Medinet Habu.
El mismo día de su coronación en Karnak, Ramsés III ordenó la construcción de su templo funerario (un concepto que discuten Costa y Magadán) en Medinet Habu, en Tebas (hoy Luxor), diseñado para emular el Rameseum de Ramsés II. La construcción y decoración del templo, uno de los mejor conservados de Egipto (el mejor de época ramésida, con incluso restos de policromía) y cuya visita es una experiencia magnífica, duró 12 años. El edificio, que atendían 150 sacerdotes, está rodeado por murallas y consta de instalaciones administrativas y religiosas y un pequeño palacio. La decoración incluye además de escenas y textos puramente religiosos otra larga cantidad que son de cariz conmemorativo y que constituyen una de las fuentes principales para la historia del reinado de Ramsés III.
El faraón tiene tumba en el Valle de los Reyes, la KV 11 decorada con los famosos arpistas (de los que ha tomado nombre) y su momia, hallada en la cachette de Deir el-Bahari en 1871, se exhibe en el Museo Egipcio de El Cairo. Ramsés III libró tres campañas defensivas, dos contra los libios y una contra los denominados Pueblos del Mar. De esas tres guerras victoriosas aparecen muchos episodios en Medinet Habu. “Algunas de las batallas que vemos son reales y otras no”, precisa Salvador Costa, que recuerda que las guerras que libró Ramsés III, aunque él trate de presentarlas con la gloria de las campañas de expansión imperial de Seti I o Ramsés II, fueron puramente defensivas.
Pese a que de las escenas de Medinet Habu puede extraerse muchísima información histórica sobre la forma de hacer la guerra de la época y sobre los enemigos de Egipto, la intención de esas representaciones y otras, recalca Costa, era mostrar al faraón como garante del orden cósmico (Maat), derrotando al caos y a los peligros que acechaban al país.
Entre las imágenes, algunas tremendamente dramáticas: carros de guerra en pleno ataque, ejércitos en marcha armados hasta los dientes, enfrentamientos navales, prisioneros marcados a fuego...
Sorprenden los detalles del armamento en los relieves, concienzudamente documentados y analizados por Costa y Magadán. Se aprecian por ejemplo las espadas de tipo micénico que llevan las tribus de los Pueblos del Mar y también algunos combatientes libios, los mashauash, cuyo jefe Mesher aparece capturado, con esposas de madera y luciendo un curioso estuche fálico, o los palos arrojadizos “bastones de serpiente” que cargan las tropas auxiliares del faraón.
El estudioso señala que lo de” templo funerario” es un concepto que llama a equívoco. Los egipcios los denominaban “templos de millones de años” y eran construidos en vida del faraón para mayor gloria de este. Su construcción en la orilla oeste de Tebas, en la zona de las necrópolis –en la que además vivía gente y se construyeron complejos residenciales como el palacio de Malkata, de Amenofis III- ha hecho que se los vea como monumentos funerarios.
¿Qué había allí dentro? “Un elemento básico del culto en el templo era la barca procesional de la tríada tebana, la del rey y las de otras divinidades. Esas barcas se desplazaban en los diversos festivales como el Opet y el del Valle y eran adoradas durante las procesiones”. ¿Y qué pasaba en el interior de un templo como el de Medinet Habu? “Buena pregunta. El primer patio era una plaza pública, en la que no entraba todo el mundo, por supuesto. Ahí ofrecía audiencias el rey desde una ventana que comunicaba con su palacio. A veces aparecía en carro en el patio para que se le homenajeara. Tras el segundo pilón, empezaba propiamente el templo. Tenía una parte descubierta, el segundo patio, y otra cubierta, el dominio de los dioses. De aquí salían las divinidades que se guardaban dentro y eran recibidas por el rey y partían de procesión. En el interior del templo estaban, por ejemplo, las salas del tesoro, donde se depositaban un gran número de bienes muebles, incluidos materiales costosos (esencias olorosas, oro, plata, cobre, etc.), para ser destinados al culto, así como a la manutención de tales instituciones piadosas; así como, los santuarios destinadas a albergar las barcas procesiones de las divinidades más importantes de la monarquía y las salas donde se desarrollaban ritos relacionados con la renovación del monarca, que necesitaba regenerar su vigor, su poder, su capacidad de Horus para garantizar la Maat. Esa reciprocidad del faraón recargándose y retroalimentando al cosmos puede verse por toda la iconografía del templo. El ritual en concreto que se desarrollaba en los templos no lo conocemos porque estaba escrito en papiros. Vemos escenas en los muros en que el sacerdote está leyendo ese papiro pero es como tener la foto sin el texto.
Escribas egipcios contabilizando los penes arrancados al enemigo, una forma eficaz de contar las bajas causadas. Se contaban también las manos pero había que dividir por dos.
Escribas egipcios contabilizando los penes arrancados al enemigo, una forma eficaz de contar las bajas causadas. Se contaban también las manos pero había que dividir por dos.
Costa utiliza una comparación impactante para explicar un templo “no funerario” como el de Medinet Habu: el Valle de los caídos. “¿Qué es? En parte monasterio, porque tiene monjes; ¿templo estrictamentefunerario?, no, aunque esté enterrado Franco. ¿Templo de culto?, sí, porque el hecho que esté Franco lo hace además de alguna manera divino para los franquistas. ¿Construido por esclavos?, sí, aunque el régimen no era esclavista, los prisioneros de guerra eran tratados como esclavos”. Costa matiza que Ramsés III no era como Franco, aunque apunta que no mitifica a los faraones, vértices de una teocracia.
¿Nos sorprendería mucho ver lo que pasaba en un templo egipcio? Seguro que sí. Como el ritual estaba escrito sobre papiro, desconocemos muchos de los ritos que se realizaban en su interior. Sin embargo, habría cosas que nos resultarían familiares; hay muchos elementos de la iconografía religiosa cristiana que vienen del Antiguo Egipto, la Virgen y el niño, por ejemplo; las formas son diferentes pero hay contenidos parecidos”.
De la conjura dice que no sabemos si el faraón murió a resultas de ella. La momia presenta un corte en el cuello pero no está claro si se le hizo antes o después de morir, durante la momificación. “Si lo asesinaron es raro que no mataran también a su sucesor legítimo, su hijo Ramsés IV. Yo creo que fue un intento que no llegó a buen puerto. Sabemos que hubo un juicio sumario, se ejecutó a diversas personas y otras cinco fueron condenadas a suicidarse”.
Medinet Habu “se conserva muy bien, aunque hay fragmentos de escenas picados por los coptos, y es una visita imprescindible si vas a Luxor”, pero no va a arrojar en principio grandes hallazgos arqueológicos. “Está estudiado y publicado, no es como el templo de millón de años de Tutmosis III que excava Miriam Seco y donde están apareciendo estelas y tumbas”. A Costa (Barcelona, 1955), que trabaja sobre todo leyendo textos e imágenes le ofrecieron colaborar en un proyecto de excavación, pero dijo que no: “Físicamente no estoy para hacer de Indiana Jones”. Tampoco es de los que se plantea descubrir misterios, sino “entender la mentalidad de los antiguos egipcios”.

UNA INVESTIGACIÓN DESCUBRE EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN INCA


Una investigación descubre el origen de la civilización inca
Cuando los españoles llegaron al territorio del actual Perú, escucharon el relato de dos leyendas que narraban el origen de la civilización inca. La primera de ellas contaba la historia de Manco Cápac y Mama Oclio, una pareja de esposos a la que el Dios Sol hizo surgir de la espuma del algo Titicaca para fundar el imperio. Y la segunda, que Manco Cápac, esta vez acompañado por sus hermanos, descendió de la montaña de Pacaricambo y fundo la ciudad de Cuzco, convirtiéndose en el primer emperador inca.
Y, ahora, un estudio conjunto realizado por investigdores de Perú, Bolivia y Brasil, ha intentado determinar cual es el origen exacto de dicho imperio, y lo que han descubierto es que ambas leyendas encierran algo de verdad. Para el estudio, los especialistas usaron muestras genéticas extraídas de descendientes de familias que, según documentos españoles del año 1500, estaban emparentadas con la antigua nobleza inca. Y las han comparado con una muestra que incluye el ADN de 3.000 indígenas de distintas partes de Perú y Bolivia, para intentar descubrir coincidencias, y saber así de donde proceden sus linajes.
Los resultados del análisis revelan que una primera migración pudo surgir de la región de Puno, en el altiplano, dónde se encuentra en lago Titicaca, tal y como narra la primera leyenda. Y su destino fue efectivamente el área donde está la montaña de Pacaricambo. Y es muy probable que desde allí sus descendientes partieran hacia la zona de Cuzco y fundasen la ciudad.
Fuente: ScienceAlert.

La historia del salmón ¿podrías ser más feliz?


La historia del salmón ¿qué cambiarías para ser más feliz ?

¿Has tenido la dicha de haber visto alguna vez a los salmones saltando río arriba?

Realizando un viaje contra la corriente increíble fuerte, este fenómeno que todavía no es totalmente comprendido por los científicos , nos puede dar una importante lección...
El Salmón nace en el río y permanece en agua dulce mientras es joven y pequeño.
Cuando llega su momento, baja hasta el mar, donde vive y llega a su madurez.
Cuando se acerca la época de la reproducción, emprende el camino de vuelta, exactamente al lugar donde nació...

Es un viaje muy duro. Pueden ser decenas de cientos de kilómetros, llenos de dificultades, de rápidos y cascadas.Tiene que liberarse de las plantas acuáticas que lo tratan de retener.
¡Y si solo fuera eso!
Lo peor es que el salmón se encuentra en el río a muchos peces, compañeros, que se dejan arrastrar por la corriente y que le dicen:
-Ven con nosotros. En el mar se está muy bien. ¿Qué quieres ir a hacer allá arriba?.
Y otros le gritan:
-¡No subas mas ! allá arriba hay peces que te atacarán! ... los osos te comerán !!
Y así es. Mirando hacia delante, el salmón puede ver como hay salmones heridos por las mordeduras y extenuados por el viaje.

Entonces comienza a dudar y piensa:
-No puedo más. Me quedaré a descansar un rato allá, donde parece que el agua se remansa. Ya continuaré cuando haya recuperado las fuerzas.
Pero, al mismo tiempo, escucha una voz interior que le empuja:
-Salmón, ¡No te dejes llevar por lo fácil!
¡continua tu viaje con los compañeros que luchan a tu lado! O sigues río arriba o la corriente te arrastrara hacia abajo.
No hay otra alternativa: ¡O río arriba o hacia el mar!.
Parece que los salmones no comen nada, una vez que han comenzado su ascensión .... río arriba.
Solo el instinto les da fuerzas para luchar contra la corriente,las piedras ,el cansancio y los otros que pueden herirlo.
No todos llegan a la meta: muchos mueren exhaustos durante su titánico viaje.
Al llegar al lugar de su nacimiento, las hembras ponen los huevos y los machos los fertilizan.

La historia del salmón ¿qué cambiarías para ser más feliz ?

Ya pueden, agotados, morir: ellos si que han sido fecundos.
Nadar en contra corriente en la vida es difícil, pero es el precio de la verdadera fecundidad ¿qué experiencias de tu vida avalan esta afirmación?.

¿Qué voces desde el exterior te están tentando ahora para que no luches?
¿Cuándo y cómo has escuchado la voz de tu interior que te invitaba a seguir adelante?


Pero lo cierto es que los seres humanos nos aferramos a las costumbres y huimos del cambio. Analiza lo que te rodea, ¿cómo te hace sentir, qué cambiarías para ser más feliz, es posible ese cambio...?
Si la respuesta a esta última pregunta es un no, tal vez haya llegado el momento de pensar en cambiarte a ti mismo y tus pensamientos con respecto a eso que te rodea.
Recuerda que lo que pesamos con respecto a algo determina nuestros sentimientos. Si todos tus pensamientos son negativos, es difícil que te vayas a sentir muy feliz.
Si deseas ser más feliz, empieza desde hoy mismo a buscar dentro de tí pensamientos más positivos hacia las cosas y las personas que te rodean... cámbiate a tí mismo.
Solo somos auténticamente fecundos si somos capaces de morir un poco a nosotros mismos, como el salmón.
Fecundo significa que una acción o serie de acciones ,o un estilo de vida o un proyecto, un trabajo, o una vida) dió su fruto.
En el caso del salmón este fruto es la reproducción de la especie mirado generalmente o la reproducción de la genética individual de los salmones hembras y machos que lograron llegar y desovaron.

En términos humanos, creo yo que se habla de fecundo considerando no a la especie sino al individuo, en términos del genio: artístico(Miguel Ángel), político (Napoleón Bonaparte), científico (Albert Einstein), genio total: Leonardo Da Vinci) que es el ejemplo del ideal humanista por ontonomasia.

¿A qué cosas tendrías que morir ahora mismo para conseguir ese tipo de fecundidad?

Mirar amb bons Ulls

Hola Jesús.
Tu que miraves amb bons ulls
tot el que t'envoltava,
ensenya'ns cada dia a tenir cura
de tot el que tenim al nostre costat.

Consejo.....

Felicidad....

Soy.....

lunes, 28 de mayo de 2018

El Nostre Temps

Senyor Jesus,
t'oferim la nostra persona
i el nostre temps.
Volem aprofitar-ho al màxim
per poder ajudar als altres.
Dona'ns força
per a que sapiguem organitzar.nos
i treballar una mica tots els dies.
Gràcies Senyor

domingo, 27 de mayo de 2018

Luz...

L'esforc

Senyor, et presentem les nostres il.lusions
i sobretot, l'esforç.
Dona'ns força 
i ajuda'ns a treballar cada dia.
Ajudan'ns a no desanimar-nos per res.

Dóna'ns força per ajudar 
als nostres companys que més 
dificultats tinguin per
fer realitat les seves il.lusions.

viernes, 25 de mayo de 2018

Lucha....

Estimat Jesús

Estimat Jesús,
cada dia vull demanar-te 
que em donis tres coses:

Conèixer-te més
estimar-te més,
i seguir-te més de prop.

martes, 22 de mayo de 2018

El Amor...

Pare nostre

Pare nostre, que esteu en el cel,
sigui santificat el vostre nom;
vingui a nosaltres el vostre regne;
faci's la vostra voluntat,
així en la terra com es fa en el cel.

El nostre pa de cada dia doneu-nos, Senyor, el dia d'avui;
i perdoneu les nostres culpes,
així com nosaltres perdonem els nostres deutors;
i no permeteu que nosaltres caiguem en temptació;
ans deslliureu-nos de qualsevol mal. Am
én.

 

Descifradas unas tablillas cuneiformes del Imperio asirio halladas en 2017

La colección de más de 90 tablillas de arcilla con escritura cuneiforme del sitio arqueológico de Bassetki, situado en la Región de Kurdistán, en el norte de Irak, un hallazgo que fue anunciado en octubre de 2017, han sido descifradas por Betina Faist, de la Universidad de Heidelberg, revelando la más que probable ubicación de una antigua ciudad real del Imperio asirioMardaman, una importante ciudad del norte de Mesopotamia citada en las fuentes antiguas pero cuya situación era desconocida para los investigadores, según informó la semana pasada la Universidad de Tübingen, en Alemania. Mardaman existió entre el 2200 y el 1200 a.C., unas veces fue un reino y otras veces fue la capital de una provincia; fue conquistada y destruida en varias ocasiones.
Las tablillas de arcilla, pequeñas y parcialmente deterioradas, fueron excavadas en el verano de 2017: habían sido depositadas en una vasija de cerámica a modo de archivo. "Puede que fueran escondidas de esta forma poco después de la destrucción del edificio que había alrededor. La información depositada en el interior quizá tenía que ser protegida y preservada para la posteridad", afirma Peter Pfälzner, el director de las excavaciones. Las tablillas, fechadas en el 1250 a.C., en el Imperio medio asirio, revelan la antigua función del sitio arqueológico: la sede administrativa del gobernador de una provincia del imperio hasta ahora desconocida, que se extendía por buena parte del norte de Mesopotamia y Siria en el siglo XIII a.C. Incluso el nombre del gobernador, Assur-nasir, y sus tareas y actividades aparecen descritas en las tablillas. "De repente quedó claro que nuestras excavaciones habían sacado a la luz el palacio de un gobernador asirio", expresa Pfälzner.
La historia de Mardaman se remonta a los primeros tiempos de la civilización mesopotámica; la fuente más antigua se remonta al Imperio acadio, considerado el primer imperio de la historia. La ciudad, según menciona dicha fuente, fue destruida por primera vez alrededor del 2250 a.C. por Naram-Sin, el gobernante acadio más poderoso. La ciudad volvió a ser destruida poco después de comienzos del siglo XVIII a.C., esta vez por los turuqueos. "Los textos cuneiformes y nuestros hallazgos de las excavaciones en Bassetki ahora demuestran que ese no fue el final", afirma Pfälzner. "La ciudad existió de forma continuada y alcanzó una importancia definitiva como la sede del gobernador asirio entre el 1250 y el 1200 a.C.", concluye.

Santa Rita, la festa de les roses vermelles

Les tradicions manen i el dimarts 22 de maig toca venerar les restes de Santa Rita a l'Església de Sant Agustí al barri del Raval, que s'omple de roses vermelles per celebrar aquest diada on és tradició que centenars de feligresos li portin roses vermelles beneídes a Santa Rita, patrona dels venedors ambulants de flors i de les coses impossibles.

Fora del convent, hi proliferen les paradetes on es venen roses, estampes i llantions. Amb la flor beneïda, els fidels fan cua per dipositar-la al costat de les relíquies, que són en una urna al lateral de l’altar. A més, la tradició diu que qui es guarda un pètal beneit de la flor tindrà sort i diners la resta de l’any.

Descubierta una cerradura de muralla romana del siglo III en una antigua casa gerundense

Los arqueólogos han puesto al descubierto una cerradura de muralla romana del siglo III después de Cristo (dC) en el interior de una casa del casco antiguo de Girona. Tiene una longitud aproximada de 5 metros, una altura de 4 y forma parte de las paredes de este edificio, situado en la calle Bellmirall (junto al rectorado de la UdG).
La casa se reconvertirá ahora en apartamentos, pero antes de que comience la obra se ha hecho un estudio arqueológico previo, que ha permitido documentar la evolución histórica a lo largo de los siglos. Entre los elementos singulares que tiene la edificación están los restos de un silo de grano, un tramo de muralla de época carolingia con una torre de defensa o gárgolas del siglo XIV (cuando el edificio era una casa noble y aparece documentada como el castillo de Bellmirall). 
La parte exterior de la casa de la calle Bellmirall, en la que se puede apreciar una parte de la antigua muralla romana
La parte exterior de la casa de la calle Bellmirall, en la que se puede apreciar una parte de la antigua muralla romana (ACN)
Ahora, todo este legado histórico se preservará cuando el edificio se adapte a las necesidades del siglo XXI y acoja hasta unos catorce pisos. Situado en los números 2 y 4 de la calle Bellmirall de Girona es, en sí mismo, el ejemplo de la evolución de Girona a lo largo de los siglos. Actualmente está en ruinas, pero dentro de un tiempo se reconvertirá en un bloque donde habrá entre trece y catorce apartamentos.
Y donde la modernidad convivirá con el pasado, para que aquellos elementos arqueológicos singulares se conserven. Antes de que entren los albañiles, el Ayuntamiento y el Departament de Cultura han llevado a cabo un estudio arqueológico previo, que ha permitido reconstruir la historia . Casi no se ha intervenido, sino que a partir de aquellos restos y elementos que hay a la vista, y de lo que se conocía a través de documentos, se han identificado los diferentes elementos patrimoniales.
Tan sólo picar el yeso y el mortero que recubría una de las paredes interiores, sin embargo, los arqueólogos han descubierto una cerradura de muralla romana que data del siglo III dC. Se construyó sobre la muralla primigenia de la ciudad -del siglo I aC y que no se conserva- y, según concreta la arqueóloga Maribel Fuertes, el hallazgo les ha sorprendido. 
Una muralla romana y una torre de defensa 
En una de las paredes exteriores de la casa, la muralla romana se aprecia a simple vista. Pero justo en este punto, el muro giraba y se adentraba hacia donde ahora hay el edificio. “Nos sorprende que lo que las construcciones posteriores habían tapado, ahora nos haya aparecido totalmente conservado”, dice Fuertes, en referencia a la cerradura de muralla.
En concreto, el trozo que se ha descubierto hace unos 5 metros de largo, 2 de anchura y 4 de altura (de los que se han puesto 2 y medio al descubierto, porque el resto se encuentran bajo el suelo). La muralla está hecha de sillares arenosos que procedían, como todos los de la época, de la zona de Domeny o Taialà.
El estudio previo también ha permitido documentar (sobre todo, gráficamente) aquellos otros elementos históricos del edificio que ya estaban al descubierto. En el exterior, en la parte que da al rectorado de la UdG, los arqueólogos han estudiado los restos de muralla que se aprecian ya desde la calle. Son 17 metros de muralla romana -que forman parte de la base del edificio- y parte de una torre de defensa carolingia, que se adosó en el siglo VIII (cuando la muralla romana se reforzó por la parte posterior y , en vez de 2 metros de ancho, pasó a tener 4). 
En un patio interior de la casa, donde aún se conserva un silo de grano
En un patio interior de la casa, donde aún se conserva un silo de grano (ACN)
“Desconocemos qué altura real tenía la torre, porque en el siglo XIV se construyó encima, pero sí sabemos que al menos la primera planta era del todo maciza “, precisa Fuertes. Precisamente, fue en la Edad Media cuando este edificio se convirtió en una casa noble, que en documentos del siglo XIII ya aparece documentada como el “palacio Bellmirall”.
Entre los elementos singulares de la época que aún se conservan hay un patio interior con gárgolas del siglo XV. Y aquí, precisamente, es donde se han localizado los restos de un antiguo silo de grano (en este caso, de época carolingia) que certifican como, en los siglos VIII-XIX en esta parte de la ciudad no se construía.
La arqueóloga concreta que, durante la Edad Media, la casa noble -que seguramente dio nombre a la calle- fue “un edificio imponente”. Y que en el siglo XVI, el entonces abad de Sant Joan de les Abadesses, Miquel de Agullana, hizo reformas y dejó huella (marcando su sello en puertas y ventanas) .A partir de ahí, el estudio arqueológico previo también ha determinado que, ya en la época moderna, el edificio acogió un colegio de seminaristas (el de la Sagrada Familia) y que más adelante, por lo menos hasta los años noventa del siglo pasado, se convirtió en el archivo diocesano.
“Gracias a este estudio previo, a través de la documentación que se conserva y de los elementos que hay en el edificio, hemos podido entretejer su evolución”, concretó Fuertes. Ahora, todo esto servirá para que, a la hora de hacer las obras, estos elementos se conserven (e incluso, puedan ser visitables). La alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, subrayó que los estudios previos forman parte de un nuevo protocolo “y un cambio de estrategia”. En vez de esperar a que los restos salgan a la luz cuando el promotor privado haga la obra.

Cómo el cristianismo ‘asesinó’ la cultura clásica


Las destrozadas estatuas de Palmira hablan de atrocidades. Sus mármoles ojos han visto con inmovilizado horror cómo hombres barbudos vestidos de negro se lanzaban contra ellas en nombre de una fe que no compartían. Y no hablamos de los recientes ataques de los yihadistas del ISIS, que también, sino de cristianos que los precedieron muchos siglos antes, cuando la nueva religión se imponía a golpes de fanatismo y de terror.
“Durante los siglos IV y V la Iglesia cristiana demolió, destrozó y fundió una cantidad de obras de arte simplemente asombrosa”, explica la historiadora y periodista cultural de The Times Cahterine Nixey, que acaba de publicar el libro La edad de la penumbra (Taurus) con el objetivo de aportar luz a uno de los episodios más oscuros de la historia: cómo el cristianismo triunfó aniquilando mucho más que la cultura clásica, imponiendo un nuevo modelo que premiaba la fe y condenaba el conocimiento.
Catherine Nixey, autora de 'La edad de la penumbra: cómo el cristianismo destruyó el mundo clásico'
Catherine Nixey, autora de 'La edad de la penumbra: cómo el cristianismo destruyó el mundo clásico' (Dani Duch)
“El cristianismo también contenía aspectos positivos en su ideología”, justifica la autora, “pero su triunfo armó con gran efecto la ignorancia y el fanatismo”, analiza. Algo que fue posible gracias a una “combinación de ley, retórica y violencia”. “A medida que transcurría el siglo IV, cualquiera que hiciera sacrificios a los antiguos dioses podría, según decía la ley, ser ejecutado”.
Con la ley a su favor, los pensadores cristianos atizaron la llama del terror. San Agustín, por ejemplo, exclamó: “¡Que toda superstición de paganos debe ser aniquilada es lo que Dios quiere, Dios ordena, Dios proclama!”. “Dijo que no era crueldad sino bondad vencer con varas a quienes tenían creencias incorrectas y al final la violencia fue terrible”, cuenta Nixey. “En la ciudad de Harran, las personas que no se convertieron fueron ejecutadas y sus extremidades, colgadas en la calle”, ejemplifica. “El pensamiento libre difícilmente puede sobrevivir en un mundo así”.
¡Que toda superstición de paganos debe ser aniquilada es lo que Dios quiere, Dios ordena, Dios proclama!
Los intelectuales de la época quizás pecaron de condescendientes ignorando o menospreciando una religión que no valía la pena ni rebatir porque sus creencias no se basaban en experimentos u observaciones, pero que finalmente acabaría con la mismísima Academia de Atenas y sus filósofos. “Muchos pensadores veían como una estupidez la enseñanza cristiana y para ellos Jesús era un simple embaucador”, apunta Nixey.
Solo algunas voces como la de Celso en el 170 d.C. lanzó ataques contra esas creencias que consideraban irracionales, desde la supuesta virginidad de María a la doctrina de la resurrección. “Describió a los cristianos como estúpidos y al Antiguo Testamento como basura”, añade la historiadora. “¿Cómo puede ser inmortal un muerto?”, se preguntaba Celso sarcásticamente a la vez que también lanzaba fuego contra el mito de la creación. Cabe tener en cuenta que en aquella época ganaba peso entre las élites la teoría del atomismo de Demócrito que consideraba que el mundo había sido creado por la colisión y la combinación de átomos.
No fueron solo las piedras las que fueron atacadas, pronto todos tenían que ser cristianos o pagar un precio por ello
Pero todo cambió por orden casi divina. Cuando el emperador Constantino, que proclamaba “un dios, un emperador”, legalizó el cristianismo abrió, quizás sin saberlo, la caja de Pandora. “No fueron solo las piedras las que fueron atacadas, pronto todos tenían que ser cristianos o pagar un precio por ello”. Los que han pasado a la historia con el epíteto de ‘paganos’ “fueron perseguidos de todas las maneras posibles: legal, financiera y físicamente”.
En cambio, los que empuñaban martillos y piedras “no fueron vistos como criminales”, al contrario “fueron elogiados y santificados”, aclara Nixey. “En la Galia, San Martín fue aplaudido por su habilidad para reducir templos antiguos a escombros”, explica.
El emperador Constantino.
El emperador Constantino. (piola666 / Getty)
Los no cristianos “estaban horrorizados por estos matones barbudos y vestidos de negro que recorrían el campo destrozando con palos y barras de hierro”, cuenta Nixey. La desolación avanzaba a pasos gigantescos. “Sabemos exactamente lo que las personas cultas pensaban mientras veían tales actos de violencia porque nos han llegado sus palabras”, añade. Por ejemplo, un poeta escribió: “Somos hombres reducidos a cenizas. Porque todo se ha vuelto en nuestra contra”. Un filósofo inmortalizó desesperado: “Estamos siendo arrastrados por el torrente”.
Tal figura retórica no era para nada gratuita. En tan solo un siglo, los cristianos pasaron a ser del 10% al 90% de la población del imperio. Los números se invertieron gracias a “muchas personas que se convertieron felizmente al cristianismo”, pero también debido a la “violencia y a su hermana aún más eficiente, el miedo a la violencia”, argumenta Nixey.
Arte destrozado y personas silenciadas
La autora realiza un gran trabajo de recopilación de arte destrozando en La edad de la penumbra, detallando las grandes obras que perdió la humanidad a manos de la barbarie cristiana. No solo se derrumbaron las estatuas de la ciudad de Palmira, también cayeron las del Partenón de Atenas y se desfiguraron las imágenes del templo egipcio de Dendera, dedicado a la diosa Hathor. 
El templo más hermoso del mundo, el Serapis de Alejandría, fue arrasado por orden del obispo Teófilo. Evidentemente, tampoco se salvó el Museion, el templo dedicado a las musas. La lista es interminable. “Este período presenció la mayor destrucción de arte que la historia humana haya visto jamás, desde Antioquía a España”, detalla la autora.
Ruinas de la  Acropolis de Atentas y la ciudad de fondo en Grecia
Ruinas de la Acropolis de Atentas y la ciudad de fondo en Grecia (Poike / Getty Images/iStockphoto)
Nixey también repasa las voces que fueron silenciadas, como la de la famosa matemática Hipatia de Alejandría, desollada viva “porque los cristianos creían que era una criatura satánica del infierno porque usaba símbolos matemáticos de apariencia demoníaca”. 
Unas pocas décadas después, se lanzó una persecución contra los filósofos no cristianos de la ciudad. “Como era de esperar, la filosofía disminuyó precipitadamente”, ironiza a la vez que recuerda que una de las pérdidas más irreparables fue la destrucción “de todo lo que quedaba en la Gran Biblioteca de Alejandría”.
Hipatia de Alejandría
Hipatia de Alejandría (LV)
El físico italiano Carlo Rovelli calificó que la pérdida de todas las obras del pensador griego Demócrito fue “la mayor tragedia intelectual derivada del colapso de la antigua civilización clásica”. El filósofo y matemático griego “dijo que no había necesidad de temer a los dioses porque el mundo está hecho de átomos, que todo lo que vemos y sentimos solo son átomos que se unen y se separan”, recuerda Nixey.
“En términos de cultura, nunca recuperaremos lo que se perdió”, resume la historiadora británica. Se estima que el 90% de toda la literatura clásica se desvaneció en los siglos posteriores a la cristianización. La famosa hoguera de las vanidades de Savonarola en el Renacimiento parece una broma insignificante al lado de la sabiduría que desapareció para siempre entre las llamas de los cristianos que pretendían enviar al infierno el conocimiento clásico.
Savonarola
Savonarola (.)
Pero no todas las obras se redujeron a cenizas. Algunas se rasparon para aprovechar los caros pergaminos “con temas mas elevados”, ironiza Nixey. Así pues, Agustín escribió comentarios a los Salmos encima del único ejemplar que quedaba de Sobre la república de Cicerón. Otro ejemplo: una obra biográfica de Séneca desapareció para copiar un Antiguo Testamento.
“¿Qué pasaría si aún tuviéramos a Demócrito, a todos los Arquímides, a todos los Cicerón?”, se pregunta Nixey. “Para mí la mayor pérdida es algo más intangible: la forma en que hablamos y nos vemos a nosotros mismos”, valora. “Desde el cristianismo, el mundo se ha roto en líneas religiosas”.
Así pues, los vientos oprimidos del cristianismo golpearon sin piedad los fundamentos de la civilización conocida hasta entonces, cuya debilidad “era la pluralidad”, según la autora. El mundo clásico fue tambaleándose hasta desmenuzarse en el suelo hecho añicos. De sus restos, el Cristianismo construyó su nuevo mundo, levantando iglesias de los mármoles de los templos caídos. “La historia la escriben los vencedores, y la victoria cristiana fue absoluta”, concluye Nixey.