domingo, 20 de julio de 2014

Inmigración y derechos humanos

Los terribles acontecimientos de El Ejido no sólo han puesto en evidencia que la barbarie sigue presente en nuestra civilización, con la incalificable conducta de algunos de sus vecinos, sino las condiciones infrahumanas en las que vive un tercio de su población, ante la impasibilidad de todos nosotros.

El PNUD, en su informe sobre derechos humanos y sus consecuencias para el desarrollo humano, afirmaba que la pobreza constituye una violación de los derechos humanos. La pobreza y la desigualdad socavan los derechos humanos al alimentar la intranquilidad social y la violencia, al situar en posición precaria los derechos sociales, económicos y políticos. La pobreza y los medios de vida sostenible son multifacéticos, engloban tanto la satisfacción de los derechos básicos como de otros no materiales: derechos de participación, a la dignidad humana y a la seguridad. Estas violaciones se han evidenciado estos días en una franja de los habitantes de la población almeriense, olvidándonos de que la eliminación de la pobreza es un objetivo primordial para el desarrollo del derecho humano sostenible, meta a la que tienen derecho todas las personas.

Éste no es un fenómeno aislado, ni en cuanto a la pobreza de los trabajadores ni en cuanto a las conductas xenófobas, tiene antecedentes en el desarrollo del capitalismo. Desde los ochenta el Estado social se ha visto desacreditado y desmantelado, siendo reemplazado por un sistema económico sin fronteras, abandonándose de facto los principios de los tratados internacionales aprobados en 1966, el pacto internacional de los Derechos Civiles y Políticos y el pacto internacional relativo a los Derechos Económicos Sociales y Culturales. La solución se ha denominado "mercado libre". Los países del Tercer Mundo son las víctimas de la avaricia del Primer Mundo. En este contexto, el problema de los derechos humanos no se ha solucionado con el reconocimiento como seres humanos de todos los individuos del planeta, a partir de sus diferencias (básicamente dadas por el 80% de los recursos en manos del 12% de población del globo sin olvidar las bolsas de pobreza del Primer Mundo). En más de 70 países, principalmente del sur, el ingreso por habitante y año no ha hecho más que bajar. En el mundo tres mil millones, la mitad de la humanidad, viven con menos de 1,5$. En España hay 8,5 millones de pobres, el 44% son jóvenes.

Con este panorama, la migración y el exilio son el reverso inevitable de la libre movilidad del capital. Según las Naciones Unidas, 130 millones de refugiados y de inmigrantes viven fuera de su país natal (1997). Un hombre de cada cincuenta se encuentra hoy en camino de la migración y el exilio. Un tercio de los refugiados vive en Europa. En la UE somos testigos de una política contradictoria: a ningún representante de los gobiernos se le ocurriría mantener que la migración y el exilio son sancionables. Pero, al mismo tiempo, la inmigración legal se ve limitada de forma drástica. Las fronteras de la Europa occidental se convierten en barreras, mientras las respectivas constituciones reconocen la libertad de circulación de los ciudadanos.

Como recordaba Robert Vergés, la Declaración Universal de 1948 es producto de la tradición social y política europea. Así, el ser humano es masculino, la religión es la judeocristiana, la raza es la blanca, etcétera, que han servido para la utilización de identidades culturales, para justificar restricciones a sujetos de derecho: negros, mujeres, indios... Observando la realidad de los países del Norte, en ellos también existe la pena de muerte, la tortura, la pobreza, la discriminación por razón de origen social, nacional y cultural, que comúnmente son violaciones de derechos que recaen sobre individuos distintos al prototipo liberal sobre el que se hizo la declaración y los pobres.

Los más expuestos a padecer el cercenamiento de derechos son los que han venido huyendo de otros países donde las condiciones son peores. El inmigrante en el Primer Mundo se encuentra, además de en la pobreza y marginación, al margen de la legalidad, con dificultades para obtener documentación, residencia y trabajo, que le colocan en situación de explotación laboral, sin asistencia sanitaria, con imposibilidad para alquilar una vivienda, abrir una cuenta corriente, etcétera. Todo ello les sitúa en guetos autoprotectores de identidad, pues el entorno les exige para la integración una renuncia de hecho de aquélla (es ilustrativa la profanación de la mezquita de El Ejido). Ello les expone a ser víctimas del racismo y la xenofobia, que suelen aparecer en el territorio donde se les acoge, que olvida la riqueza que generan. La discriminación institucional entre ciudadanos nacionales y extranjeros es el gran desafío de los derechos humanos que nos presentan las corrientes migratorias y que no se resolvió con la Ley Orgánica Sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España de 1985, que ya nació con unos valores represivos, primando el control policial de las personas, consideradas como sujetos de sospecha, ignorando las verdaderas causas socioeconómicas de los flujos migratorios. Así se explican las expulsiones y las devoluciones en España en 1997 o el más de un centenar de muertos en el estrecho de Gibraltar al intentar cruzarlo con frágiles embarcaciones. Asimismo, se dictaron 11.212 decretos de expulsión, se practicaron 23.023 devoluciones, se concedieron 105 peticiones de asilo (2,7% de las solicitadas.)

Hay que crear dentro de la UE el marco propicio para evitar que ser ciudadano no europeo sea un elemento de discriminación respecto a los demás ciudadanos. La lucha por los derechos de los extranjeros inmigrantes es el gran reto en el continente. Son el gran grupo de desposeídos de todo, a los que se niega el derecho de integración. La conductas xenófobas que se siguen generando en Europa y fuera de ella, las agresiones y rechazos sociales cuestionan nuestra capacidad de convivencia intercultural, preludio necesario de todo proceso de integración de las diferencias.

En Europa y en el Estado español deberíamos haber aprendido que no es posible alcanzar la auténtica integración generadora de la paz si no es desde el profundo respeto de las diferencias culturales de los pueblos; no como una resignación inevitable, sino como un reconocimiento positivo de nuestra diversidad cultural como un factor de enriquecimiento y dinamización de las sociedades.

SILVIA VENTURA MAS, SANTIAGO VIDAL MARSAL y MATILDE ARAGÓ GASSIOT, miembros de Jueces para la Democracia [02 marzo 2000]



LA INJERENCIA HUMANA, UN DEBER..

Kofi Annan acierta al proclamar que la comunidad internacional tiene la obligación de actuar cuando millones de personas sufren persecución o son víctimas de masacres y violaciones de sus derechos.
En medios de comunicación han reflejado estos días, con distinta intensidad, los discursos pronunciados ante la Asamblea General de la ONU por su secretario general y los líderes mundiales. Uno de los temas tratados ha sido el del derecho de injerencia por razones humanitarias.
Kofi Annan se expresó con claridad al proclamar que la comunidad internacional tiene no sólo el derecho sino el deber de actuar cuando millones de personas sufren persecución, deportaciones o son víctimas de masacres y violaciones masivas y sistemáticas de sus derechos humanos. O para restablecer la paz y la seguridad. Y que hoy en día una concepción plenamente soberanista de las relaciones entre los estados está desfasada. Esta posición cobra su pleno sentido al calor de los acontecimientos de Kosovo y Timor Oriental, como en relación con Ruanda y Bosnia, por poner sólo algunos ejemplos.
Uno no puede más que felicitarse ante esta toma de postura de Annan, impensable hace tan sólo unos años y algunos genocidios. Y qué menos que felicitar a Bernard Kouchñer, que inició el camino de la injerencia desde Médicos Sin Fronteras hace ya más de dos décadas y que ha liderado desde entonces nuestros esfuerzos. Poco a poco, y a costa de demasiados horrores, pero se va abriendo paso otra forma de ver las relaciones internacionales que, en un mundo global, pretende globalizar también los derechos de sus habitantes. Y que éstos no sean prisioneros de las fronteras del odio.
Los que llevamos largos y penosos años tratando de romper las barreras de todo tipo, incluidas las mentales, para permitir de verdad hacer avanzar el derecho internacional, sabemos que esta buena noticia va a ir acompañada de todos los principios de los soberanistas, que pondrán en marcha todos sus argumentos señalando los peligros del nuevo injerencismo: que estén tranquilos. Nadie conoce mejor los riesgos y peligros de abrir la vía a la intervención, sin que esté claramente regulada, que los que la apoyamos, porque, en general, hemos estado en el terreno sufriendo todas las hipocresías y manipulaciones de los poderosos. Pero hemos aprendido, con demasiado dolor ajeno, que lo peor es la no intervención para salvar vidas y prevenir desastres. Hemos aprendido de la inmoralidad de dejar a su suerte a millones de personas porque nacieron en un territorio determinado. A su suerte y en manos de los asesinos, fueran éstos de derechas o de izquerdas.
Cada crisis no evitada volverá a poner sobre la mesa las preguntas del porqué, qué hicimos para evitarla, o qué hacernos para mitigarla y resolverla. Y sea cual sea el balance de Kosovo y Timor, se impone la certeza de que hubiera sido peor no intervenir. Y va quedando claro para mucho aspirante a genocida, que el mundo ha cambiado y que se están acabando, poco a poco, cierto es, y no en todas partes, las patentes de corso y la impunidad. Lo saben Pinochet y Milosevic, y creo que los generales indonesios...
Sabemos también que la necesidad de intervenir militarmente es el resultado de un fracaso, de la ausencia de intervención preventiva. Y que puede convertirse en una trampa a favor de un nuevo militarismo Para evitarlo, el Derecho debe reforzar los mecanismos preventivos y disuasorios y no basarse únicamente en la tentación de actuar post facto, cuando ya es demasiado tarde para muchos, cuando la destrucción es ya irreparable.
Por eso, el deber de intervención requiere de todo un sistema prioritario y complementario de medidas y recursos que eviten la necesidad del uso de la fuerza. Y entre ellos, la puesta en marcha urgente del Tribunal Penal internacional, que, además de juzgar a los criminales, debe jugar un papel de disuasión para los aprendices a serlo. Y, cómo no, reforzar la autoridad, la capacidad, la independencia (y por tanto la reforma) de las Naciones Unidas, dotarlas de recursos humanos y financieros suficientes, ,crear una fuerza internacional permanente de paz... Estas y otras son algunas medidas imprescindibles para hacer avanzar los derechos humanos y garantizarlos en este fin de siglo lleno de desastres y riesgos. Y para evitar la creciente necesidad de ir a la guerra en nombre de la paz.
No podemos esperar a que todo sea perfecto para avanzar. Y habrá abusos, se ocultarán las verdaderas razones para intervenir o para no hacerlo en muchos casos, habrá dobles raseros, como los hay con China y el Tíbet, y podremos añadir una larga lista de argumentos variados pero que no modificarán lo esencial: afortunadamente el mundo ha cambiado y en este asunto estamos más cerca de la justicia que antes. Y ninguna frontera debe servir de reja de prisión para sus habitantes.
Costará, pero hemos emprendido el camino que a trancas y barrancas nos irá conduciendo a un orden democrático mundial si continuamos batallando. Y en todo caso, la suma de los desastres y de las injusticias que persisten o se agravan en el planeta sólo puede llevarnos a continuar el compromiso para que el cambio de siglo sea también el cambio de prioridades en la gestión de recursos y derechos.
Y por favor, dejemos de admitir que se masacre, torture, expulse por la fuerza o se cometan genocidios sobre la base de la soberanía nacional o contando con la inacción internacional, porque resulta absolutamente intolerable. Y no se puede estar en contra o a favor en función de las simpatías o antipatías que nos provoquen Pinochet o Milosevic. O sus víctimas. Hay que objetivar las razones para intervenir, más allá de las supuestas causas desde las que se justifican y cometen los crímenes. Porque se trata de lograr que todo el conjunto de medidas disponibles y nuevas se pongan a funcionar en la defensa de valores y principios universales y para todos los habitantes del planeta, sea cual sea su color o religión o tendencia política.
José María Mendiluce.
Eurodiputado.
La vanguardia

25/09/99

El Humor en el AT

No hace todavía muchos años, cuando se hablaba de los géneros literarios utilizados por la Biblia para transmitirnos su mensaje, era excluido el mito. Sencillamente por su incompatibilidad con la santidad de la Biblia. La Biblia no podía recurrir a la falsedad, a un producto puro de la fantasía, a algo que no es verdadero sino falso y, además, esencialmente politeísta. El recurso al mito equivaldría a decir que la Biblia nos contaba algo que no era verdad. Hoy las cosas han cambiado. Y el cambio se ha producido desde dos vertientes. Por un lado se ha conocido mejor el mundo histórico-cultural en cuyo contexto nacieron los libros bíblicos. Además se ha estudiado a fondo el concepto de mito y su función dentro de las culturas antiguas. Aunque todavía estén lejos los especialistas en ponerse de acuerdo acerca de la naturaleza del mito, han ido cayendo casi todas los reservas que existían frente a él y ha alcanzado una valoración altamente positiva. La forma o narración mítica es siempre símbolo de la realidad captada oscuramente y como por intuición. Esta realidad es percibida y representada, no por medio de la abstracción, sino en acontecimientos o sucesos concretos que son ofrecidos como una historia.
Siguiendo esta línea de pensamiento, ¿Es posible leer todos los pasajes de la Sagrada Escritura con gesto serio y mirada hierática? Más bien no. Ya se ve que una de las formas obliga a leer algunos textos con un tono grave y serio, como es el tono con que se ha de recitar el célebre “Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es un solo Dios...” y otro el tono con que se han de recitar algunos de los versículos expuestos como pequeños ejemplos. Hay textos de la Sagrada Escritura que podrían inscribirse en mármol en grandes letras capitales, mientras que otros parecen estar ideados como arma arrojadiza, más bien podríamos hablar de versículos arrojadizos cargados de humor e ironía.
Estos y otros textos de la Biblia nos dan a entender una característica divina: su sentido del humor, el posible sentido del humor de Dios. Ya Bessiere lo intuía en su artículo  El humor, ¿actitud teológica?” (Revista Concilium nº 95) al afirmar sin importar que se rieran de él que “El humor es signo de Dios en la humanidad”.
Tenemos ejemplos, como hemos visto, en el libro de Jonás acaba con estas palabras de Dios: “Tú te compadeces del ricino [un tipo de árbol], (...) y ¿Yo no habría de compadecerme de Nínive, la gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su derecha y su izquierda, y numerosas bestias?” (Jon 4, 10-11). Como se ve es muy encomiable la preocupación de Dios por el ganado doméstico cuando están en juego 120.000 personas y el libro de Jonás es a menudo señalado por los estudiosos como un excelente ejemplo de humor negro.
También los Salmos contienen varias referencias a la risa de Dios mismo, y, en el Génesis, Dios ordena a Abraham ya Sara para nombrar a su hijo Isaac (que significa “risa”) debido a la alegre sorpresa que la concepción del bebé trae. En Pr 17-22, encontramos esta directiva explícita: Un corazón alegre es buena medicina, pero un espíritu triste seca los huesos. Sin embargo, como el sabio autor del Eclesiastés se dio cuenta, el humor no siempre es apropiado y hay que saber reconocer su momento adecuado. Con frecuencia, en las Escrituras Hebreas, el uso del sarcasmo excesivo es la marca de un cínico hastiado del mundo o algo peor. Los que dudaban de Moisés, por ejemplo, se burlaron de su líder cuando más necesitaba el apoyo (Éx 14,11).
¿Cuándo y por qué, qué los autores del Antiguo Testamento usan el humor? Muy a menudo, era para dilucidar uno de sus temas principales: que el pecado debe ser condenado. Los idólatras son otro blanco frecuente. Recordemos en 1 Re 18,27, como Elías se burla de los seguidores de Baal: “Gritad con voz más fuerte, porque él es dios, pero tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo, estará de camino; tal vez estará dormido y despertará!”.
Nos podemos preguntar si era la manera de entender a esos escritores, o era la expresión más humana para que lo comprendieran sus coetáneos. Un pueblo, como se ha visto, con un concreto sentido del humor, en parte a causa de su historia… donde se les hace presente Yahvé ¿nos muestra así un reflejo de su actitud, una nueva virtud teologal?
Lo veremos posteriormente en Jesús, el hijo de Dios, donde el humor era similar al de los escritores del Antiguo Testamento: graciosos oscuro, y distintivamente judío. Su propósito era casi siempre, para avergonzar a los malos y / o para desinflar el pomposo. Algunas de sus humillaciones, como “un ciego guiando a otro ciego” que se han convertido en parte del lenguaje cotidiano.
Y considerar su réplica irónica a la mujer en el pozo de Jacob: “Tienes razón cuando dices que no tienes marido. El hecho es que has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es tu marido!”. Ejemplos de humor del Antiguo Testamento se podrían multiplicar. Aunque es probable que pocos provoquen una profunda hilaridad, estos fragmentos de mordiente humor son capaces de evocar una sonrisa y posiblemente estaban destinados a hacerlo. Ya que sociológicamente nos encontramos con un texto que era narrado por un pueblo con su propio sentido del humor, como todos los pueblos de alrededor como se ha demostrado y que quedó plasmado, con mayor o menor gracia, en su paso a la escritura, quedando reflejada esa manera de conectar con la divinidad tan peculiar y propia.

Pero ¿qué nos llega a nosotros de ese humor?. Del esquivo humor que tan difícil reconocemos en tan sagrada obra nos encontramos con el reconocimiento de la presencia de Dios en la realidad, al humanizar caracteres, situaciones y profundizar, desde otra perspectiva los hechos de acontecieron dándoles una nueva forma de verlos, interpretarlos y permitiéndonos ser así de nuevo interpelados por el texto. Es posible así descubrir que el humor no deja de ser un recurso del texto para trascender lo inmediato. Se trata, sin embargo, no de un humor para reírse a carcajadas, sino para provocar la reflexión capaz de conducir a las personas al entendimiento de la voluntad de Dios, quien parece que se da a conocer con cierta ironía.

Nacho Padró

Perlas de humor en el AT

¿por qué no un breve resumen de algunos de los mejores pasajes, vigilando de no descontextualizar, y esperando provocar una sonrisa al esforzado lector que hasta aquí ha llegado?.

Génesis 2, 18-20
18 Luego Dios dijo, No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.
19 Entonces Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los llevó al hombre para ver como los llamaba y para que cada ser tuviese el nombre que el hombre les diera
20 El hombre puso nombre a todos los animales del campo, más para el hombre encontró una ayuda adecuada.

Es decir que antes de hacer a la mujer como compañera, Dios le monta un zoológico y le hace trabajar de taxónomo. ¿Aves y animales para satisfacer el deseo más profundo del corazón humano? Antes el trabajo que el placer. No me extraña que hombre y mujer no se pongan nunca de acuerdo.



Éxodo 4, 24-25
24 Durante el viaje, en un albergue, Yahvé le salió al encuentro e intentó darle muerte.
25 Tomó entonces Séfora un pedernal, cortó el prepucio de su hijo y tocó las partes de Moisés diciendo “Eres mi esposo de sangre”

No puedo dejar de imaginarme al hijo gritando y a Moisés mirándolo con asco y sorpresa.

Éxodo 28,42-43
42 Hazles calzones de lino para cubrir su desnudez, desde la cintura hasta los muslos. 43 Y Aarón y sus hijos los llevarán al entrar en la Tienda del Encuentro, o cuando al acercarse al altar para oficiar en el Santuario, para que no incurran en culpa y mueran. Decreto perpetuo será éste para él y su posteridad.

Ya es difícil aceptar el ser designado por herencia sacerdote, pero que te tengan que regular hasta los calzones que vas a llevar (todos lo sabrían) ¿era necesario? ¿Y qué culpa hay por no llevarlo? ¿Tan grave es?

Jueces 3, 16-24
16 Ehúd se hizo un puñal de dos filos, de un codo de largo, se lo ciño debajo de la ropa sobre el muslo derecho,
17 y presentó el tributo a Eglón, rey de Moab. Eglón era un hombre muy obeso.
18 En cuanto terminó de presentar el tributo, Ehúd mandó marchar a la gente que había llevado el tributo;
19 pero él, al llegar a los Ídolos que hay en la región de Guilgal, volvió otra vez y dijo: «Tengo un mensaje secreto para ti ¡oh rey!» El rey respondió: ¡Silencio!» y salieron de su presencia todos los que estaban con él.
20 Ehúd se le acercó. El rey estaba sentado en su galería fresca particular. Ehúd le dijo: «Tengo una palabra de Dios para ti.» El rey se levantó de su silla.
21 Ehúd alargó su mano izquierda, cogió el puñal de su cadera derecha y se lo hundió en el vientre.
22 Detrás de la hoja entró incluso el mango, y la grasa se cerró sobre la hoja, pues Ehúd no le sacó el puñal del vientre. Luego escapó por la ventana.
23 Ehúd salió por la galería; había cerrado tras de sí las puertas de la galería y echado el cerrojo.
24 Después de que se fue, llegaron los criados y miraron, y he aquí, las puertas de la sala de la terraza tenían pasado el cerrojo, y dijeron: Sin duda está haciendo su necesidad en la sala de verano. Y esperaron hasta sentir inquietud, pues he aquí que él no abría las puertas de la sala de la terraza. Entonces tomaron la llave y las abrieron, y he aquí, su señor caído en el suelo, muerto.

Esto es estrategia y pérdida de un puñal. Situación curiosa como asesinato pues aparentemente la espada cruzo hasta el otro lado y algo inesperado salió por el otro. El autor sintió que este era un detalle necesario de contar, pero ¿era necesario hacer referencias a las pestilencias de sus necesidades que hasta confunden con la podredumbre de la muerte?



2 Reyes 2, 23-24
23 Luego subió de allí a Betel y, según subía por el camino, unos cuantos chicuelos salieron de la Ciudad y se burlaron de él diciendo: ¡Sube, calvo; sube, calvo!
24 Él se dio la vuelta, se les quedó mirando y los maldijo en nombre de Yahvé. Dos osos salieron entonces del boque y despedazaron a cuarenta y dos de aquellos chicuelos.

Veo que Dios castiga adecuadamente a los que se burlan de los calvos

2 Crónicas 21, 18-19
18 Después de todo esto, le hirió Yahvé [a Jorán] con una enfermedad incurable de vientre. 19 Y al cabo de cierto tiempo, al fin del año segundo, se le salieron las entrañas a causa de su enfermedad y murió en medio de terribles dolores. El pueblo no le encendió fuego, como lo había encendido por su padre.

Tuvo dos años para arrepentirse y mira como acabó. Este debe ser el mártir de los tercos.

Ezequiel 16, 17
17 Tomaste tus joyas de oro y plata que yo te había dado y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte ante ellas.

¿Que hizo con sus ídolos de oro y plata?

Ezequiel 23, 19-20
19 Pero ésta multiplicó sus prostituciones, acordándose de los días de su juventud, cuando se prostituía en el país de Egipto,
20 y se enamoraba de aquellos disolutos de sexo de asnos y esperma de caballos.

¡Menuda juventud! ¿Y esto lo proclamaban en la sinagoga? Lo que no me queda claro es si se trata de una queja o una reclamación.

Números 16, 23, 31-33
16 Dijo Moisés a Coré: «Tú y toda tu cuadrilla presentaos mañana delante de Yahvé: tú, ellos y Aarón.
17 Que tome cada uno su incensario, le ponga incienso y lo presente delante de Yahvé; cada uno su incensario: 250 incensarios en total. Tú también, y Aarón, presentad cada uno vuestro incensario.»
18 Tomaron cada uno su incensario, le pusieron fuego, le echaron incienso y se presentaron a la entrada de la Tienda del Encuentro, lo mismo que Moisés y Aarón.
19 Coré convocó ante éstos a toda la comunidad a la puerta de la Tienda del Encuentro y se apareció la gloria de Yahvé a toda la comunidad.
20 Habló Yahvé a Moisés y Aarón y les dijo:
21 «Apartaos de esa comunidad, que los voy a devorar en un instante.»
22 Ellos cayeron rostro en tierra y clamaron: «Oh Dios, Dios de los espíritus de toda carne: un solo hombre ha pecado, ¿y te enojas con toda la comunidad?
23 Respondió Yahvé a Moisés:

31 Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió el suelo debajo de ellos;
32 la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias, así como a todos los hombres de Coré, con todos sus bienes.
33 Bajaron vivos al sehol con todo lo que tenían. Los cubrió la tierra y desaparecieron de la asamblea.
34 A sus gritos huyeron todos los israelitas que estaban a su alrededor, pues se decían: «No vaya a tragarnos la tierra.»
35 Brotó fuego de Yahvé, que devoró a los 250 hombres que habían ofrecido el incienso.

Vaya una manera de devorarlos.

Deuteronomio 23, 1
1 No podrá entrar en la asamblea del Señor ningún hombre que tenga magullados los testículos o mutilado el pene.

Entiendo que no se debe dejar entrar a cualquiera... pero ¿hasta ese extremo?... y no puedo evitar pensar en ¿cómo lo comprobaban?

Deuteronomio 25, 11-12
11 Si un hombre está peleándose con su hermano, y la mujer de uno de ellos se acerca y, para librar a su marido de los golpes del otro, alarga la mano y agarra a éste por sus partes,
12 tú le cortarás a ella la mano sin piedad.

Hemos de reconocer una poderosa imaginación para escribir estas leyes o una venganza ante una situación vívida (en ese caso entiendo la venganza)

Jueces 15, 15-16
15 Encontró una quijada de asno todavía fresca, alargó la mano, la cogió y mató con ella a mil hombres.
16 Sansón dijo entonces: «Con quijada de asno los amontoné. Con quijada de asno, a mil hombres sacudí.»

Todo un poeta, que viniendo de Sansón todavía da más valor.

Samuel 18, 27
27 cuando se levantó David y partió con sus hombres. Mató a los filisteos doscientos hombres y trajo David sus prepucios que entregó cumplidamente al rey para ser yerno del rey. Saúl le dio a su hija Mikal por mujer.


No me extraña que el reconocimiento del pueblo hebreo por medio de la fimosis ritual (nótese que no dice nada de la novia sobre si le gustó o no). Además le piden 100 a David y este les entrega 200 ¿la emoción del momento?.

Nacho Padró

Jonás, el humor y la paciencia de Dios

Un hombre rebelde a la voluntad de Dios es devorado por un pez gigantesco. A los tres días lo “vomita” en una playa y así vuelve a la vida para acabar su misión, una misión de la cual no está muy predispuesto. Este sería el argumento a grandes rasgos del genial libro de Jonás. El mismo argumento nos traslada inevitablemente al terreno de lo mitológico. Esto quiere decir que literaria y popularmente el libro pertenece al género mítico.
A lo largo del relato se halla siempre presente el simbolismo: el pez simbolizaría el poder de la muerte; su venganza expresaría la venganza de la muerte; su vientre hablaría del reino de la muerte en el que el hombre experimenta la ira de Dios. En nuestro caso el gran pez sería la expresión de lo monstruoso y horrible de esta experiencia. El devolver o escupir de nuevo a la tierra nos hablaría del retorno a la vida. La interpretación literalista del libro tiene como único argumento "sólido" el hecho de que en el Mediterráneo existe esta clase de peces. La comprensión seria del libro debe tener más bien como punto de partida su composición literaria y su simbolismo mítico. El mundo supuesto en la narración difícilmente puede recorrerse geográficamente. Va desde Joppe (antigua ciudad portuaria de Fenicia) hasta Tarsis (Tarso en Cilicia, o tal vez Cádiz, Tartesos?); se habla de Nínive, pero esta ciudad es mencionada únicamente por razón de sus características evidentes, en cuanto símbolo del poder antidivino.
A veces se ha presentado al Jonás de nuestra historia como el profeta del mismo nombre en tiempos de Jeroboám II (785-753), (2Re 14,25). Hay que tener en cuenta lo siguiente: Nínive no era la ciudad de residencia del gran rey. Además la problemática que el libro afronta se produce cuando Nínive, en cuanto ciudad famosa, había desaparecido de la historia hacía ya mucho tiempo.
Pero en el libro, el autor hace una crítica fina y despiadada a una mentalidad raquítica según la cual la salvación estaba reservada únicamente a los israelitas. Fuera de Israel era imposible la salvación. Jonás, que conoce perfectamente al Dios de Israel y pertenece al círculo de sus fieles (Jon 4,2) se rebela y huye. Su protesta podría formularse más o menos así: no hay derecho a que también los paganos tengan acceso a este Dios y a la vida que proporciona.
Frente a esta mentalidad raquítica, el autor sagrado afirma rotundamente que el Dios de Israel perdona a todo aquel que se arrepiente de verdad. Y el universalismo del perdón ante la sinceridad del arrepentimiento se pone de relieve eligiendo como término de referencia a Nínive, ciudad proverbialmente corrompida en la antigüedad. Incluso cuando el castigo parece ya inevitable, hay siempre un hilo de esperanza (Jon 3,9). Ante la amenaza del castigo, los ninivitas se agarren al único clavo de salvación: la conversión.
El libro de Jonás es al A.T. lo que la parábola del hijo pródigo al Nuevo. Jonás, como él hijo mayor de la parábola, quiere excluir a los paganos de la misericordia de Dios. Es un grave error. El Dios de Israel derrama su misericordia sobre todos los hombres, no quiere su perdición sino que se conviertan y vivan. Es un Dios "imparcial", en el que no hay acepción de personas y que no se deja atrapar por la categorías y cálculos humanos.
Dentro del universalismo de la salud, el libro de Jonás condena tanto el pecado de los paganos como el exclusivismo nacionalista judío y su errónea comprensión de la elección. Más aún, y aquí está la gran lección, el hombre sólo puede conocer verdaderamente a Dios a través de un nuevo nacimiento (así lo dirá Jesús a Nicodemo, Jn 3,1ss). Esto se halla implicado en todo el simbolismo del pez, del tragar y devolver...
Los últimos estudios tienden a situar a finales del siglo V a.C el escrito de Jonás, uno de los libros proféticos. El libro lleva el nombre del protagonista que significa “paloma”. Es un libro lleno de arameismos, una de las características que aboga a favor de esa datación. Contiene una perspectiva de futuro muy importante: la salvación de Dios también es para los gentiles, no es patrimonio exclusivo del pueblo de Israel. Dios también llama a los gentiles, a los extranjeros, a la conversión: así es la bondad de Dios
Como todo escrito bíblico el libro de Jonás pretende proporcionarnos sabiduría para la salvación (2 Tm 3:15). Relucen en él la omnipotencia y el poder milagroso de Dios haciendo dócil al profeta. Resalta, en particular, el amor perdonador y misericordioso de Dios hacia todos, incluso los páganos peores, con tal de que se arrepientan. (Na 3,1; 4.19). Pero esta enseñanza viene matizada con una perspectiva especial: si nos convertimos, "Dios se arrepentirá del furor de su ira y no pereceremos" (Jon 3,9). Estos sentimientos misericordiosos de Dios, son distintos de los del profeta y le producen a éste tal pesadumbre que quiere sustraerse a su misión (Jon 4,1-3) dando lugar a situaciones bastante cómicas que nos permiten humanizar a Jonás e incluso hacerlo más cercano a nosotros (más de un lector seguro que se siente identificado con él por sus reacciones y comentarios humanos) y hacia esas personas parece que va dirigida la obra, pues con el proceder suave con que Yahvé reprende y educa al testarudo profeta, quiere conquistarse a todos los hijos de su pueblo que tienen un corazón mezquino, así el libro de Jonás de un modo exquisito y ameno nos revela la voluntad salvífica universal de Dios como podemos leer en las palabras finales del libro donde Yahvé le instruye amablemente (Jon 4,9-11)117.
La conducta singular del protagonista es destacable pues reprocha en su fanatismo a la misma bondad y misericordia divina, cosa inaudita para un judío. El desearse la muerte después de la sequía del ricino (Jon 4,6 ss.) resulta ridículo. Son rasgos de tozudez infantil. Caricatura tanto más intencionada cuanto que se hace con palabras (Jon 4,3.8) tomadas del caso de Elías narrado en 1 R 19,4. Pero Elías estaba en una situación extrema: perseguido a muerte por Jezabel, ve venirse abajo toda la obra de su vida: el conducir de nuevo a Israel hacia Yahvé. Al lado de esto la actitud de Jonás provoca risa117.
Como personaje, Jonás es un personaje curioso, Dios le manda ir a Nínive, una ciudad muy escondida de Asia (como si no hubieran lugares más cercanos) y él decide escaparse a Tarsis todo enfadado, es decir, casi en las antípodas según el mundo conocido, a eso se le llama alejarse de Dios, aunque al final de la aventura acabará soltándolo todo al ver que no se puede huir. La misión de Nínive no parece muy complicada, simplemente anunciar que por los pecados, en 40 días la ciudad sería destruida. Tampoco era una novedad dentro de la tradición Bíblica. Aquí ya vemos que Jonás no es de la piel de Abraham, a quien lo primero que se le ocurrió cuando Yahvé  le dijo que iba a destruir a Sodoma, fue interceder a ver si podía hacer cambiar de parecer a Yahvé. Parece mentira, pero lo que a Jonás le preocupaba era que Dios pudiese ablandarse y que la amenaza proclamada no llegase a cumplirse. Lo importante era el prestigio y el poder del clero. Que la gente pereciera, resultaba secundario, sobre todo si era pecadora. Siendo un elegido por Yahvé, a priori no se trataba de un ser inhumano, que desease que Dios abrasara la ciudad y sus habitantes. Por eso no tenía muchas ganas de que a Yahvé se le ocurriese anunciar la catástrofe. Ahora, eso sí, de anunciarla, hay que cumplirla, porque el profeta no puede quedar mal. Parece como si Jonás supiera o sospechara que Yahvé es tan bueno y misericorde, que se ablanda como ya había dado prueba en otras ocasiones (Abraham, Moisés…), dejando a un clérigo serio como Jonás a la altura del betún, y así dándonos una visión muy humanizada desde la ironía de la estirpe sacerdotal del momento. El caso es que se embarcó para Tarsis, pagando religiosamente su pasaje, porque era un hombre formal y digno.
Los marineros eran buenas personas, y cuando estalló una borrasca de no te menees, mientras Jonás estaba durmiendo en el sollado, le despertaron para que rezara a su Dios, Luego echaron a suertes, a ver quién era el gafe, y le tocó la china, que ya es tener mala suerte. Entonces empezaron a preguntarle cosas. Jonás, que no era mala persona, en el fondo, aunque algo antipático, confesó que venía huyendo de Yahvé y que por eso había venido la tormenta118.
Realmente los marineros eran unos benditos al no querer hacerle mal (aunque entonces ¿para que miran quien era el gafe?, ¿morbo?). Así que hay que convencerles que le tiraran al mar (que teniendo en cuenta la fama de supersticiosos que tienen los marineros y más en esa época en la que ya pintaban ojos en las barcas para eludir al mal tiempo… no sé si habría que haber insistido mucho). Curiosamente Jonás se embarcó en la única barca que no le tenía miedo ni a la tormenta ni a los dioses pues se encabezonaron en hacerle llegar a la costa remando como desesperados (tengo curiosidad llegados a este punto en saber cuánto pagó de pasaje, sería un fortunón para que la tripulación actuara de esa manera). Al final, tras ponerse Yahvé a la faena, los hombres se convencieron de que era verdad que había que echarle del barco. Le cogieron y le tiraron al mar. Y el mar se calmó. Entonces le tragó aquel monstruo marino, que el creador de su historia no especifica, pero que la gente dijo después que era una ballena. Y estuviste en la barriga del pez tres días con sus noches.
Aquí el gran autor del libro, que además de gran humorista nos muestra que era poeta, pues puso en sus labios un cántico lleno de fuerza, una especie de antología de frases de salmos y de expresiones sobrecogedoras, aunque caradas de descripciones sobresalientes como éstas: “Me envolvían las aguas hasta el alma, me cercaba el abismo, un alga se enredaba a mi cabeza. A las raíces de los montes descendí, echó la tierra sus cerrojos tras de mí para siempre, más de la fosa tú sacaste mi vida, Yahvé, Dios mío”.
El pez le devolvió a la tierra sin muchas finezas, pues para sacarle de su barriga no le quedaba otro procedimiento que vomitarlo. Entonces Yahvé, como sí no hubiese pasado nada, le dijo suavemente: “Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y anuncia lo que yo te diga”. Para mí Yahvé tiene una dosis impresionante de humor, a la vez que una paciencia conmovedora. Tras la paliza recibida no le queda más remedio que ir a Nínive sin rechistar, aunque inquieto y malhumorado, y predicarlo que él te dijo: “Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”.
Y ahora viene lo bueno, dándole la razón al pobre Jonás. Resulta que los ninivitas creyeron en Dios y se pusieron a hacer penitencia. Eso sí, de una manera un poco primitiva. A lo integrista. Porque la penitencia se organizó bajo la batuta del rey y de los grandes. Y además obligaron a ayunar a los animales, que no se habían metido en nada (¿por qué en el Antiguo Testamento siempre tienen que recibir los pobres animales que no han hecho nada, y que yo recuerde en el paraíso no se comieron nada prohibido?). Pero Yahvé,  con su humor y su misericordia, tuvo por bueno aquello, y pasaron los cuarenta días y la ciudad seguía en pie.
Menudo enfado que le vino a Jonás, a pesar de que desde dentro de la barriga del pez había estado tan humilde, que hasta le había hecho levantarte a las cumbres de la poesía, ahora se le olvidó la humildad, le vino la rabieta, y la tomó nada menos que con Yahvé mostrando un carácter de los fuertes y diciéndolo algo así como “ya te lo dije”. El pobre no sabe lo que le espera. Con la pataleta y la rabia dentro del cuerpo, decide salir de la ciudad hacia el Este, y allí se hizo un chamizo,  una sombrita, y se sentó tranquilamente a ver qué pasaba con la ciudad, todavía con la secreta esperanza de que viniera la catástrofe, para que su poder clerical no quedara desautorizado y él no quedara en ridículo. Tanto esperar le dolió la cabeza y encima Yahvé no hacía nada. Entonces hizo él crecer un ricinillo, tanto y tan deprisa, que le daba sombra en la cabeza. Y a esperar la ruina de la ciudad, para contemplarla desde la de sombra en primera línea. Pero, al amanecer del día siguiente, es decir, cuando el sol iba a empezar a castigar de firme, el guasón de Yahvé  mandó un gusanito para que picara el ricino. Y el ricino se secó. Y por si la broma no fuera suficientemente pesada, al salir el sol, envía Yahvé un viento solano achicharrante.
El enfado fue descomunal, hasta el punto de desear morirse, al fin y al cabo, era un poco más digno desesperarse por el dolor de cabeza, que por despecho de que la gente no muriese para que tú quedases bien. Pero entonces viene Yahvé y nos dice —no sólo a Jonás, sino a los lectores— lo que tenía que decirnos. Y lo dijo con un poco de sorna, haciéndole a Jonás hacer el burro hasta el final, para cogerle en tus propias palabras. Un poco zumbón, le preguntó algo así como: “Pero hombre, Jonás, ¿te parece a ti que está bien enfadarte de ese modo por el ricino de marras?”, Y Jonás, hecho un basilisco, respondió: “¡Sí señor, me parece bien irritarme hasta reventar!”. Y fue cuando Yahvé Dios, con una bondad infinita y un poco triste, dijo esto: “Te dueles por un ricino por el que no te habías tomado ningún trabajo, que no habías hecho crecer tú, que creció en una noche y se marchitó en una noche. ¿Y no me voy a doler yo por Nínive, la gran ciudad, en que hay más de ciento veinte mil niños que no tienen todavía uso de razón, y una gran cantidad de animales?”.

He aquí una muestra en la que el autor, inspirado, nos muestra una forma pedagógica de enseñanza de Yahvé con el recurso de la ironía y el sutil humor. Una herramienta usada por muchos pedagogos para conseguir que aquellas ideas profundamente incrustadas en las personas puedan ser cambiadas. Además de la genial muestra de Jonás, como personaje que dentro de las exageraciones nos muestra un personaje muy, muy humano, alejado de misticismos o personajes míticos que hemos encontrado a lo largo de la lectura de los textos bíblicos. Toda una joya de libro.

Nacho Padró