domingo, 9 de diciembre de 2012

El obispo Pere Casaldàliga, evacuado de su casa de São Félix por amenazas de muerte

El obispo Pere Casaldàliga, de 84 años, se ha visto obligado a dejar su casa en São Félix do Araguaia e irse a más de 1.000 kilómetros por indicación de la policía federal de Brasil. La causa ha sido la intensificación en los últimos días de las amenazas de muerte que recibe por su labor durante más de 40 años en defensa de los derechos de los indios Xavante. La productora Minoria Absoluta, que trabaja en una 'mini serie' sobre el religioso, ha sido uno de los denunciantes. El hecho de que el gobierno de Brasil haya decidido tomar las tierras a los "fazendeiros" para devolver a los indígenas, legítimos propietarios, ha agravado el conflicto.
De hecho, la productora señaló que el equipo de rodaje tuvo que modificar su plan de trabajo. En concreto, y por recomendación del gobierno brasileño, el equipo tuvo que cruzar el bosque y hacer una ruta de 48 horas de duración para evitar la zona de conflicto.
Casaldàliga se ha convertido en objetivo de los llamados 'invasores' que fraudulentamente se apropiaron de las tierras en Marâiwatsédé de los Xavantes. El obispo, de 84 años y afectado de Parkinson, trabaja desde hace años a favor de los indígenas y de sus derechos fundamentales a la prelatura de São Félix y se ha convertido a nivel internacional en cara visible de la causa.
Los terratenientes y los colonos que ocuparon fraudulentamente y con violencia las tierras, serán desalojados próximamente por la orden ministerial que desde hace 20 años está pendiente de cumplimiento. Según informó en un escrito la Asociación Araguaia con Casaldáliga, el obispo ha tenido que coger una avión escoltado por la policía y actualmente se encuentra en casa de un amigo suyo del que se ha ocultado identidad y la localización por temas de seguridad.
"Nos sentimos plenamente identificados con la defensa que desde siempre ha hecho el Obispo Pere y la Prelazia de Sâo Félix de la causa indígena", dice el escrito de la asociación, que emplaza a la comunidad internacional a velar por la seguridad de Casaldàliga y los derechos de los indios de Xavantes.
También a través de Twitter ha circulado el comunicado de apoyo del Conselho Indigenista Missionário-organismo vinculado a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil-, firmado por asociaciones y entidades vinculadas con la lucha indígena y con los derechos humanos.
"Don Pedro está seguro", se limitó a explicar un portavoz del Consejo Indigenista Misionero (CIMI), una organización vinculada al Episcopado brasileño, que declinó decir a dónde ha sido trasladado Casaldáliga, de 84 años y quien desde hace tiempo sufre del mal de Parkinson.
Según dijo, el obispo ha abandonado Sao Félix do Araguaia y se ha trasladado a una localidad que no puede ser revelada por seguridad y en la que cuenta con protección de la Policía Federal.
El CIMI denunció que las amenazas se redoblaron en las últimas semanas, al parecer debido a la inminente decisión de un tribunal que, según fuentes judiciales, fallará en favor de los indios Xavante en un proceso por la propiedad de unas tierras cercanas a Sao Félix do Araguaia.
Los Xavante han contado desde hace más de dos décadas con el apoyo y solidaridad de Casaldáliga, quien llegó en 1968 a ese remoto rincón del estado de Mato Grosso, en el que reside desde entonces.
Según una nota difundida por el CIMI, la inminencia del fallo de la justicia ha hecho que "una de las personas más amenazadas por los invasores (de las tierras xavantes) sea Pedro Casaldáliga, obispo emérito de Sao Félix do Araguaia, a quien le quieren imputar la responsabilidad por la demarcación" de las áreas indígenas.
En ese sentido, el CIMI y otras organizaciones indigenistas han expresado "su absoluta solidaridad" con Casaldáliga, quien "desde que pisó el suelo de Araguaia trabaja en defensa de los intereses de los más pobres, de los pueblos indígenas y los peones" del campo.
Casaldáliga, nacido en Balsareny (Cataluña), llegó a la Amazonía brasileña en 1968, tras haber pasado siete años como misionero en Guinea Ecuatorial.En Mato Grosso abrazó la Teología de la Liberación, una corriente nacida en los movimientos de base de la Iglesia católica de Brasil, que luego se expandió por el resto de América Latina y fue condenada por el Vaticano, que identificaba ciertos principios "marxistas" en sus postulados.

Nacho Padró

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