martes, 19 de octubre de 2021

una investigación arroja nueva luz sobre la civilización preincaica de tiwanaku

 El templo Kalasasaya, en la ciudad preincaica de Tiwanaku.

El templo Kalasasaya, en la ciudad preincaica de Tiwanaku. Foto: iStock

una de las civilizaciones preincaicas más importantes y poderosas de América del Sur fue la de Tiwanaku, en el altiplano de Bolivia. La cultura Tiwanaku dominó la región desde el siglo VI probablemente hasta principios del siglo XII, y debe su nombre al centro ceremonial homónimo, ubicado junto al lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo (3.812 m). En Tiwanaku, los restos de monumentales templos y edificios de piedra se han conservado en perfecto estado y son pruebas incontestables del antiguo esplendor de esta civilización. Una civilización cuyos orígenes y final siguen siendo, a día de hoy, motivo de controversia para los arqueólogos.

Vista panorámica del lago Titicaca.

Foto: iStock

UNA GENÉTICA COMÚN

Un reciente estudio genético llevado a cabo por un equipo de científicos polaco e internacional sugiere que, al parecer, la cultura Tiwanaku era mucho más homogénea genéticamente de lo que se pensaba hasta ahora."Nuestra última investigación genética muestra que, contrariamente a las opiniones anteriores, los representantes de la civilización Tiwanaku eran definitivamente más homogéneos en términos de genética de lo que se creía anteriormente", afirma Mariusz Ziolkowski, del Centro de Estudios Andinos de la Universidad de Varsovia. El estudio es fruto de la colaboración de su equipo con investigadores de paleogenética del Centro de Nuevas Tecnologías de la Universidad de Varsovia (CENT) y un grupo internacional de investigadores pertenecientes a diversas instituciones. El artículo acaba de publicarse en la revista Science Advances.

A) Mapa de las ubicaciones geográficas de los grupos estudiados. B) Andes centrales. C) Extensión de la influencia de Tiwanaku. D) Ubicación de los monumentos en el sitio.

VV. AA.

Nuestra última investigación genética muestra que, contrariamente a lo que se pensaba, los representantes de la civilización Tiwanaku eran definitivamente más homogéneos en términos de genética de lo que se creía anteriormente, afirma Mariusz Ziolkowski.

Basándose en estudios genéticos, los científicos concluyeron que la mayor parte de la población rural que vivía alrededor del lago Titicaca no se vio afectada por ninguna migración externa importante durante varios cientos de años. Según los investigadores, el caso era diferente en la propia metrópoli (Tiwanaku), que era un gran centro religioso y un importante lugar de peregrinaje, un sitio donde gentes procedentes de diversas áreas del sur de los Andes se reunían durante los rituales que allí tenían lugar y luego regresaban a sus asentamientos nativos. Aunque no todos. "Descubrimos la presencia de gente recién llegada del sur de Perú, e incluso de un individuo procedente de la cuenca del Amazonas. Este últimos fue sacrificado", explica la genetista del CENT Danijela Popović. La investigadora ha añadido que los estudios de los restos de dos personas más han mostrado que estas también tuvieron ancestros cercanos originarios de la región amazónica, además de la zona del lago Titicaca. "Esta es una información interesante, porque hasta el momento no se sabía si los artefactos asociados con la región amazónica, como un collar de dientes de jaguar, solo indicaban comercio o también la presencia de personas de aquella zona", comenta Ziolkowski.

DATACIONES PRECISAS

El ADN fósil, es decir, el ADN que se conserva en los restos humanos tras la muerte de un organismo, está expuesto a los embates del entorno, lo que provoca su degradación y fragmentación. Este hecho ha representado un gran obstáculo para los investigadores. De casi el centenar de muestras tomadas en Tiwanaku, se pudo obtener información viable de unas veinte. "A pesar de las dificultades, utilizando las técnicas más modernas hemos duplicado la cantidad de datos genómicos conocidos disponibles para las poblaciones precolombinas en Bolivia", ha señalado Popović. Además, Martyna Molak y Mateusz Baca, del CENT, realizaron análisis paleogenéticos en el Laboratorio de Paleogenética y Genética de la Conservación del Centro de Nuevas Tecnologías de la Universidad de Varsovia.

Cabezas clavas en el templo de Kalasasaya, en Tiwanaku.

Foto: iStock

A pesar de las dificultades, utilizando las técnicas más modernas, hemos duplicado la cantidad de datos genómicos conocidos disponibles para las poblaciones precolombinas en Bolivia, ha señalado Popović

Las muestras de restos humanos que han formado parte de esta investigación genética también han podido datarse con bastante precisión mediante un análisis de radiocarbono en dos laboratorios distintos, en Poznań (Polonia) y en Waikato (Nueva Zelanda). Con los resultados en la mano, los investigadores han podido reconstruir los fenómenos estudiados con mucha más precisión y ubicarlos correctamente en su correspondiente línea temporal. Hasta ahora, la edad de los restos se había determinado sobre la base de los monumentos junto a los que se encontraron. "Por ejemplo, resultó que las personas sacrificadas a finales del período Tiwanaku, a mediados del siglo X, procedían de la zona del lago Titicaca y no tenían influencias extranjeras. Esto podría indicar una reducción del alcance de la influencia del imperio de Tiwanaku en este período", señala Ziolkowski.

¿UNA INFLUENCIA REDUCIDA?

No sabemos qué pudo causar la caída de Tiwanaku. Por ejemplo, algunos investigadores creen que la sequía que duró décadas y que destruyó el sistema agrícola de las llanuras aluviales de los campos adyacentes podría haber contribuido al colapso de esta civilización.Sin embargo, investigaciones más recientes muestran que los campos todavía estaban cultivados en esa época. Quizás hubo algún tipo de revuelta social, como podría sugerir la destrucción intencionada de algunos templos, aunque el motivo no está claro, según Ziolkowski.

La Puerta del Sol, en el sitio arqueológico de Tiwanaku.

Foto: iStock

No sabemos qué pudo causar la caída de Tiwanaku, quizás hubo algún tipo de revuelta social, como podría sugerir la destrucción intencionada de algunos templos.

Asimismo, el investigador polaco ha señalado que este estudio genético ha sido posible gracias a la ayuda de investigadores bolivianos, estadounidenses y polacos que compartieron los materiales obtenidos durante sus propias excavaciones tanto en Tiwanako como en sitios arqueológicos adyacentes. "Particularmente digna de mención es la contribución del arqueólogo estadounidense Alexei Vranich, del Departamento de Antropología de la Universidad de Texas, quien descubrió una de las principales víctimas humanas de Tiwanaku", ha destacado Ziolkowski.

La investigación de la Universidad de Varsovia sobre la cultura Tiwanaku comenzó en 2007 como parte de un proyecto de excavación polaco-italiano-boliviano en un templo semisubterráneo ubicado en el sitio arqueológico que no había sido explorado con anterioridad y que se conoce como Kantatallita, que significa "luz del amanecer".

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