Jonás predicó a los ninivitas ante una gran catástrofe y se convirtieron, a pesar de las palabras de un extrangero desconocido, y del agrado se Dios no fuero los detalles concretos que explica la biblia, sino las obras genéricas que hacían que provocaron su compasión, es de suponer que al ver como lo hacían en cuanto a intención y ganas o intensidad y sinceridad mucho más que el echo en si.
¿que actos se han de hacer para que las gentes de esta generación no tev vean con los ojos de la crítica, la censura o el resquemor...? creo que no hay ninguna, estas generaciones han perdido el norte y hagas lo que hagas siempre estará mal y será criticable, censurable y malinterpretado. Siempre se dice que has de mirar de agradar, o cumplir con los que te quieren, los demás no deberían importar.... aunque cuesta obviarlos.
Tanto con los amigos, los familiares como con Dios... cumple hacia los que importan, los demás no deberían ser tu motivo de preocupación más si lo has intentado y ellos no quieren enternezco de esa manera. Fácil es la crítica superficial.... hay mucho dolor y desesperación en el mundo
Tres enemigos principales tiene el Hombre, a saber según Santa Catalina de Siena: El Mundo, la Carne y el Demonio, Y ante eso tenemos que estar bien armados... ¿y cuales son nuestras armas?...
Posiblemente como cristianos dos sean las más intensas y fuertes armas que nos ayudan a resistir los embates de esa parte material que limita nuestro espíritu o alma. Uno es la FE como confianza ciega y amorosa: pueden pasarnos desgracias o cosas que ni deseamos ni provocamos como parte de la causalidad del mundo material, que nos recuerdan nuestros limites y debilidad... pero la confianza de no estar solos, de estar protegidos a pesar de todo y que todo pasa por algo debe ayudarnos a sobrellevar, que no a llevar sumisamente y dejarse ante la adversidad. Hemos de luchar con la confianza de estar acompañados
Y la otra es la ORACION, sea cual sea que nos ayuda a entrar en nosotros y activar esa parte espiritual y sensitiva que nos ayuda a desplegar nuestras mejores defensas y abrir canales para estar sensibles a las respuestas que nos pueden dar. Esa oración que ayuda a redescubrir el Yo más vital y espiritual.
El que escucha esto y pide y pide y pide lo que más desea (y aquí nos dejamos llevar por nuestros instintos básicos) es muy fácil que quede decepcionado, si además su fe no es muy intensa. Jesús pone el ejemplo del padre: ¿que padre da piedad al hijo que pide pan?. Pero cierto es que no siempre es bueno dar el pan ante la petición del lio (tampoco una piedra, no hay que ser desalmado) sino que le da otra alternativa que puede ser mejor, aunque el hijo no lo sepa o no lo aprecie a primera vista, o le enseñe a hacerse su propio pan...
Es por eso que hay que saber pedir y saber apreciar lo que se recibe, a veces para nuestra sorpresa no apreciamos lo que se nos da o lo apreciamos mucho más tarde.
Yo me quedo con el Buscad y hallareis. Es como los algoritmos de Google, cuanto más miras, buscas y te preguntas, más a tu alrededor te van apareciendo pistas ¿casualidad?, quizá una o dos si... muchas veces tantas ya es sospechoso, la pena es que cada nuevo hallazgo aparecen nuevas preguntas...
Cultivar la conciencia plena nos ayuda a vivir anclados en el presente, en lugar de en el pasado o el futuro.
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¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un minuto para respirar? Simplemente, para eso, respirar. Sin mirar el móvil, hablar con nadie ni hacer nada más que estar en el momento presente. Vivimos rodeados de prisas, tareas pendientes y pantallas que nos roban el tiempo, la atención y la conexión con el presente. Por eso no somos felices.
Esta es una de las muchas enseñanzas que nos dejó Thich Nhat Hanh, uno de los grandes referentes del mindfulness en Occidente. Si no estamos conectados con el presente, no podemos ser felices. Porque la felicidad está en esas pequeñas cosas que se nos escapan.
EL ARTE DE LA ATENCIÓN PLENA
Como maestro budista, Thich Nhat Hanh tuvo que recorrer la senda de la meditación. Una de sus ramas es la de la conciencia plena. Debemos comprender que el objetivo último del budismo es evadir el sufrimiento. Y para los budistas, este tiene un origen principal: el ego.
Podríamos pasarnos horas debatiendo sobre la conciencia del yo occidental y la idea del ego en oriente. Pero lo que se haría evidente al final de la conversación es que es nuestra percepción de las cosas lo que nos hace sufrir. Nuestro cerebro tiende a distorsionar, a imaginar, a fingir. Y nuestro ego se resiente.
El ego es el causante de que te lances cada mañana a la calle, sin pensar en el café que te has tomado, en tu vecino que te saluda con amabilidad, ni en las carreteras pavimentadas gracias a las cuales llegas a tiempo a tu trabajo. Somos esclavos de nuestros egos, que nos dicen que en este mundo solo existimos nosotros, y se olvida de los pequeños detalles que nos rodean y en los que, de hecho, podemos encontrar la felicidad.
El mindfulness, o conciencia plena, es arte de desacelerar el ritmo de los pensamientos para obligarnos a tomar conciencia. Es, como lo define Vicente Simón, autor de Iniciación al mindfulness, “abrir resquicio al silencio, a la ausencia de actividad”. Porque solo desde ese silencio podemos apreciar las pequeñas cotas de felicidad que tenemos al alcance de la mano.
EL MUNDO ES UN LUGAR MARAVILLOSO
De cuando en cuando deberíamos obligarnos a pensar que, en realidad, el mundo es un lugar maravilloso. Porque quizá al hacerlo nos daríamos cuenta de que es cierto.
La profesora y doctora en Estudio Budistas, Paula Arai, escribe así en El libro de la sanación zen: “el suelo, la luz solar, el agua, los insectos… infinidad de causas y condiciones dan origen incluso a un simple grano de arroz.
Percibir eso hace que nuestras conexiones con las condiciones cósmicas sean palpables, incluidas las explosiones estelares que hace mucho tiempo generaron los minerales de nuestra comida”. La suya es una de esas grandes reflexiones que, al interiorizarlas, demuestran la belleza del mundo.
Vivimos, al fin y al cabo, en un universo en el que existe el arroz. De todos los universos posibles, de todos los millones de casualidades posibles, vivimos en el mundo en el que existe el arroz. También el café. Y las flores. Y las abejas. Y la Luna. Y la brisa. Y tú. Y yo. Existimos en el mundo en el que todo esto es posible, pero enajenados por el ego lo olvidamos.
Es eso a lo que se refería Thich Nhat Hanh cuando dijo “el momento presente está lleno de alegría y felicidad, pero no lo ves porque no estás atento. Si estás atento lo verás”. ¿Y por qué no lo vemos? Porque el ego nos instala en el futuro y en el pasado
EL PASADO, EL FUTURO
El ego una vez más nos tiende su trampa para hacernos creer que existe algo más que el presente. Lo que vivimos en el pasado nos condiciona, lo que ocupa el futuro nos asusta. Y no nos damos cuenta de que ni uno ni el otro existen en realidad.
Al mantener la mente ocupada en el pasado surgen la culpa, la vergüenza y también el autoengaño. Porque con la nostalgia, vestimos sucesos del ayer con nuevas ropas, y nos imaginamos que fueron tiempos mejores solo porque quedaron atrás.
El futuro despierta la ansiedad, el miedo y la incertidumbre. Nos desasosiega no poder influir ni controlar algo que todavía no existe. Nada podemos hacer para cambiar el futuro, porque aún no se ha dado. Pensar en cómo actuaremos cuando una hipotética situación futura nos dé en las narices es absurdo.
Y mientras que el ego nos secuestra en el futuro y el pasado, nos perdemos el arroz, el café, las flores, las abejas, la Luna, la brisa. Y a ti, y a mí.
El Misterio deja de ser lejano, terrible, inalcanzable... como cuando estaba en la montaña o se asociaba a las tormentas y a las furias de la naturaleza... ahora es algo cercano... ¡¡Padre!! algo amado, respetado y que aun en la incomprensiñon del niño hacia el padre, no deja de ser su referente, su guía, parte de él.
Pero el escándalo llega cuando leemos el texto lucano en el arameo de Jesús al referirse a Dios... Abba: este Padre respetuoso, distante pero a la vez cercano se convierte en Papá, Papi... con una carga de amor, cercanía y proximidad novedosa en la concepción del Misterio, ya no es un algo lejano y respetuosos, sino cercano y parte integral de nosotros.
Y como a todo padre tenemos momentos de intimidad y cercanía y otros momentos de respeto y "charla serie", es por eso que así lo expresamos en el momento de llamarlo en la oración de la seriedad que nos enseñan a orar
Es el inicio del Padre Nuestro: Abwoon: d-bashmayo, Nethcadash shmokh
¿Cual és el sentido de la vida? ¿para que vivimos en este valle de lágrimas?... sea cual sea la respuesta, la mayoría de la gente espera que tras sufrir en este mundo, haya algo más, "el deseo de la vida eterna" que de dignificación y sentido a esta vida. Si que es cierto que algunos ateos dicen que esto no les importa, somos como "sacos de comida de gusanos" avenates y no parece ser afectados por el Horror Vacui. Aunque me cuesta de creer pues en la raíz del ser humano está anclada la necesidad y el deseo de la eternidad... aunque como decía Pitágoras: "El hombre es mortal por sus miedos e inmortal por sus sueños"
Servicio sin humildad, no es servicio, es aprovechamiento, es soberbia del que muestra que es mejor y entonces puede "bajar" a ayudar a todos. Es la contraposición de los misioneros... en el libro "El loco De Dios..." de Javier Cercas se habla de ello, de como Francisco I busca una Iglesia misionera, en un párrafo del libro hablando de los misioneros de Mongolia y de como son los misioneros en general, se muestra ese toma y daca del que da con amor y acaba recibiendo sin quererlo tanto o más.
El servicio como cosa que toca, porque es lo correcto, porque el que tienes delante es tu hermano, un ser humano como tú que ha tenido peor suerte en el reparto de las cartas de la vida y que tu mismo agradecerías de recibir esa ayuda (material, espiritual) de otro.
No es sin la idea y concepción de la hermandad de los seres humanos que no se puede entender ese SERVICIO altruista, desinteresado y abierto al amor del prójimo.
La frase "Alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo" proviene del Evangelio de Lucas, capítulo 10, versículos 17-24, donde Jesús instruye a sus discípulos a no glorificarse por los poderes espirituales que les han sido dados, sino por la salvación y la vida eterna que significa que sus nombres están inscritos en el cielo.
Contexto del pasaje de Lucas 10:20-24:
Las maravillas a los discípulos:
Jesús había enviado a los setenta y dos discípulos a predicar, y ellos regresaron regocijándose por el poder que habían recibido para expulsar demonio
La advertencia de Jesús:
Jesús les dice que no deben alegrarse de este poder, sino de que sus nombres están escritos en el cielo.
La verdadera alegría:
La alegría genuina no proviene de los logros terrenales o el poder sobre los espíritus, sino de saber que sus nombres están registrados en el reino de Dios, asegurando su salvación y participación en su reino.
Significado teológico:
Pertenencia a Dios:
Tener el nombre inscrito en el cielo significa que uno pertenece a Dios y que está en una relación de gracia con Él.
Salud y Salvación:
Es un símbolo de la esperanza en la vida eterna, de la salvación que es un don de Dios y no un logro que se debe ganar.
La voluntad de Dios:
Jesús alaba al Padre por revelar estas verdades a los simples y humildes, más que a los sabios e instruidos, de acuerdo con Su voluntad.
La idea de la escritura como algo fijado y perdurable que los sabios pueden leer, aquello que
queda fijado. Más que las obras, más que las palabras o incluso las buenas acciones, lo más
i mportante es el reconocimiento, el ser reconocido por "el cielo". Que aquello que hagamos se
sea una muestra tan importante de los que quiere el Señor, que hasta él lo reconoce y así lo deja
Hay que tener actitud de escucha critica y luego analizar, pensar, pero nunca rechazar de entrada. El cerrarse a la novedad, a la introspección y el no querer aprender de aquello que desconocemos es de una triste cerrazón.
Y el rechazo como de que nada se puede aprender es triste, de todas las filosofías, culturas, religiones o maneras de ver el mundo se puede aprender cosas que nos sirven y nos hacen mejores... ¿a caso somos tan ciegos y engreídos que creemos tener toda la verdad absoluta?.
Como cristiano no debo cerrarme a maneras de pensar diferentes que me ayudan a enriquecer mi propia cultura y pensamiento, ¿acaso si hubiera nacido en la India no sería Hindú con sus matices, creencias y riquezas?, o embutido en la cultura musulmana estaría planamente integrado en el Islam. Así como cristiano crítico escucho y aprende de todos
Sigo buscado, escuchando y aprendiendo de los estudios teológicos, críticos y analíticos sobre el cristianismo para aprender, corregir o mejorar la profundidad del estudio.
Un equipo del Departamento de Cultura y Turismo de Abu Dabi ha descubierto una cruz cristiana de estuco con más de 1.400 años de antigüedad en la isla de Sir Bani Yas, situada en aguas del Golfo Pérsico. La pieza apareció en el patio trasero de una vivienda adyacente a las ruinas de una iglesia y un monasterio cristiano, sugiriendo que el lugar formaba parte de un enclave monástico activo en tiempos antiguos.
El descubrimiento ofrece una visión única de la presencia cristiana en una región tradicionalmente islámica. La cruz, con 27 centímetros de largo y 17 de ancho, propone la existencia de una comunidad religiosa que albergaba monjes o peregrinos en retiro.
Un testimonio de apertura cultural
El diseño de la cruz presenta una pirámide escalonada que simboliza el Gólgota, acompañada de motivos florales inspirados en tradiciones locales. Los especialistas apuntan a una clara relación con cruces similares halladas en Irak y Kuwait, lo que refuerza su conexión con la Iglesia del Oriente, una rama cristiana que desde el siglo I se expandió por Asia hasta llegar a India y China.
La directora de la excavación, Maria Gajewska, destaca la importancia de este hallazgo como evidencia de una coexistencia cultural dinámica. "La cruz no solo representa una presencia religiosa, sino también una adaptación visual al contexto local", explica, subrayando cómo el cristianismo persistió más allá de la expansión islámica.
El yacimiento de Sir Bani Yas, documentado desde 1992, no solo conserva restos de un monasterio construido con piedra caliza y coral, sino también objetos como cerámica, vidrio y una pequeña botella verde usada en rituales. Desde 2019 está abierto al público, permitiendo a los visitantes descubrir de cerca esta huella única del cristianismo en la península arábiga.
Descubren en Abu Dabi una cruz cristiana de 1.400 años que reescribe la historia religiosa de Oriente MedioDepartamento de Cultura y Turismo de Abu Dabi
Las enseñanzas del gran maestro cobran especial sentido en un mundo acelerado.
Thich Nhat Hanh España
EL SENTIDO DE LA VIDA
“Cada pensamiento que produces, cualquier cosa que dices, cualquier acción que haces, lleva tu firma”, escribía el gran maestro budista vietnamita Thich Nhat Hanh, cuya influencia en el budismo europeo ha sido clave. Todo lo que haces, dices y piensas, es parte de quien eres. Te configura, y de alguna forma, configura el mundo en el que vives.
El maestro también dijo, “con tu sonrisa haces el mundo más bello”, y con la sencillez de estas dos ideas, nace una revolución. La idea de que quizá no puedas cambiar las grandes cosas. No puedes detener la guerra, no puedes frenar el cambio climático, no puedes arreglar el mundo. Pero hoy, en el mismo momento en el que lees estas palabras, sí hay algo que puedes hacer. Y es hacer un poco más feliz a la persona a la que tienes al lado.
¿Serviría de algo hacerlo? Por supuesto. Para empezar, te haría feliz a ti, porque nuestro cerebro está químicamente diseñado para recompensarnos cuando hacemos algo bueno por los demás. Para seguir, harías feliz a esa persona. Estarías viviendo una vida con un sentido, el de dar felicidad, en ese momento presente. Y de eso, al final, es de lo que va la vida. De marcharnos de esta Tierra habiéndola dejado un poquito más bonita de lo que la encontramos. Y para ello, necesitamos hacer el bien a los demás, aportarles un poco de felicidad.
LA MISIÓN
Asumida la misión, llega la siguiente pregunta. De acuerdo, hacer felices a los demás, me hará feliz. Es cierto, solo con propósito podemos dar sentido a nuestras vidas, y la felicidad parece la mejor de las misiones. Pero ¿cómo podemos hacer felices a los demás?
Puede que pienses que tu área de influencia sobre lo que sienten los demás sea limitada, pero no lo es. En absoluto. Estamos conectados, es un hecho. Si alguien entra en una habitación llena de personas llorando a moco tendido, todos, exceptuando a quien carezca de empatía, mirarán con rostro apenado a quien llora. Porque las emociones se contagian, porque estamos conectados a un nivel mucho más profundo del que imaginamos, como revela la neurocientífica Nazareth Castellanos. Somos holobiontes, seres conectados.
El asunto, en realidad, es comprender que, como dice el gran maestro budista, “la buena voluntad no es suficiente, tenemos que aprender el arte de hacer felices a los demás”.
EL ARTE DE HACER FELICES A LOS DEMÁS
Afrontada la voluntad, queda conocer el arte. Y por suerte, la ciencia y la psicología pueden ayudarnos en gran medida a dominarlo. Porque sí, sabemos, sin atisbo de duda, cuáles son los sencillos gestos que pueden ayudarnos a hacer felices a los demás. Y no, no se trata de grandes gestos ni sacrificios, sino de actos tan sutiles que integrarlos en tu vida apenas supondrá un esfuerzo, pero genera grandes recompensas.
Escucha de verdad. Cuando escuchamos sin interrumpir, juzgar o adelantar soluciones, ofrecemos al otro un espacio en el que ser visto y comprendido. La psicología revela que ser escuchado con atención genera bienestar y conexión, un acto de presencia que puede tener un efecto sanador.
Agradecer y reconocer. Mostrar gratitud y reconocer los esfuerzos ajenos genera un círculo de refuerzo emocional positivo. Dar las gracias es, por tanto, un gesto sencillo, y al mismo tiempo, una manera poderosa de hacer felices a los demás.
Ser amable. “Realizar un acto de amabilidad produce el aumento momentáneo de bienestar más fiable de todos los ejercicios que hemos probado”, explica el padre de la psicología positiva Martin Seligman. Sonreír, ceder el paso, ayudar a alguien a cargar las bolsas de la compra, recoger el vaso de la mesa cuando terminas tu consumición en una cafetería. Son gestos sencillos, pero poderosos. Formas sutiles del arte de hacer felices a los demás.
La Mezquita-Catedral de Córdoba nos sigue sorprendiendo. A lo largo de siglos ha sido objeto de importantes transformaciones sin perder su identidad arquitectónica y siempre ha mantenido un uso religioso, primero como mezquita y después como catedral. Está incluida en laLista de Patrimonio Mundial de la UNESCOy sigue acaparando el interés de la propia ciudad, de miles de viajeros y de nuevas investigaciones que tratan de desvelar sus misterios.
En un reciente artículo científico que hemos publicado en la revista EGA se han identificado más de mil sepulturas en un plano anónimo de 1741 conservado en el Archivo de la Catedral de Córdoba. Se ha constatado que un gran cementerio ocupaba entonces sus capillas y naves.
Plano anónimo de la Mezquita-Catedral, 1741.Archivo de la Catedral de Córdoba, CC BY-NC
Por su gran precisión dimensional e interés documental, el de 1741 ha sido considerado el primer plano científico de este monumento. Es uno de los dibujos arquitectónicos más importantes del siglo XVIII en Europa.
Entre sus abundantes y valiosos pormenores destaca un gran rótulo con la palabra “SEPULTURAS”, que subraya su objetivo central. Tras una cuidadosa trascripción gráfica con técnicas digitales, hemos identificado 1 085 sepulturas y 52 criptas, difíciles de percibir a simple vista o en las reproducciones publicadas hasta ahora. La superficie total ocupada por enterramientos sería de unos 2 000 m² de los 13 680 m² útiles del monumento, incluidas las galerías del patio. Las sepulturas ocupaban más de la mitad de la superficie de algunas naves.
Detalle de sepulturas en plano de 1741 de la Mezquita-Catedral de Córdoba.Anónimo [Archivo Catedral de Córdoba], CC BY-NC
Enterramientos variados
Diversos estudios habían analizado los enterramientos en la Mezquita-Catedral hasta el siglo XVI, pero no los del XVIII. Para constatar la veracidad del plano, se han revisado los Libros de Cuentas de Fábrica en el propio Archivo de la Catedral y el Libro de Defunciones de la parroquia del Sagrario. También se han consultado muchos testamentos del Archivo Histórico Provincial de Córdoba.
La Mezquita-Catedral fue un lugar de enterramiento elegido por la nobleza y el clero desde la Edad Media, como símbolo de prestigio social. Esto se convertiría en un importante fundamento de la economía eclesiástica. Debe recordarse que en la Capilla Real fueron enterrados los reyes Fernando IV y Alfonso XI. A partir del siglo XVI, tras concluirse la construcción de la Parroquia del Sagrario en el recinto, se comenzó a enterrar allí personas ligadas a ella, además de personajes ilustres como el escritor Luis de Góngora, entre otros muchos.
Se ha comprobado que en los 20 años previos al plano, entre 1722 y 1741, hubo 1 966 enterramientos en el interior del templo y 623 en el patio, que suman 2 589. Su procedencia era diversa: el clero, la nobleza, la Parroquia del Sagrario y el Hospital de San Sebastián. Todo ello hace verosímil la información dibujada en el documento.
Además, se han obtenido datos sobre distintos tipos de enterramientos, su denominación (“llano”, “una capa”, “dos capas”, “solemne”, “madrugada”…) y su correspondiente coste según la ubicación. Por ejemplo, junto a una pila de agua bendita la limosna era de 50 reales (5 agosto 1710), delante del altar de Nuestra Señora del Sol costaba 240 reales (15 marzo 1710), y en la nave de Villaviciosa (28 febrero 1711) 750 reales. Los lugares más cotizados estaban cerca del crucero, de la Capilla Real y de Villaviciosa.
Las sepulturas de la Parroquia del Sagrario ocuparían las naves de la ampliación de Almanzor, que entonces tenían pavimento de tierra. Muchos testamentos indicaban el deseo de ser sepultado en una cripta común de la Cofradía del Santísimo Sacramento, a la que pertenecían. También se ha constatado que las 143 sepulturas dibujadas en la galería oeste del patio eran compartidas entre numerosos pobres, en gran parte procedentes del Hospital de San Sebastián. Por cada difunto el capellán entregaba una limosna de 2 reales.
La prohibición de enterramientos masivos en templos
Las frecuentes epidemias hicieron que el estado de salubridad provocado por los enterramientos en los templos fuese muy cuestionado. Además de la peste, Córdoba sufrió graves plagas, como las fiebres catarrales malignas y tabardillos, que hacia 1738 provocaron miles de muertes. Según el plano de 1741, la Mezquita-Catedral se había convertido en un verdadero cementerio, al igual que ocurriría en otras parroquias cordobesas, como Santa Marina, San Pedro, San Miguel o San Lorenzo.
Para mejorar la salud pública, una Real Cédula de Carlos III de 1787 prohibió los enterramientos masivos en los templos españoles. A partir de entonces se promovieron nuevos cementerios fuera de la ciudad, como el de Nuestra Señora de la Salud construido en Córdoba a partir de 1811.
Aún hoy se conservan unas 200 sepulturas en la Mezquita-Catedral, muchas menos que en el siglo XVIII. En su mayor parte fueron eliminadas, reagrupadas o trasladadas durante los cambios de pavimentación acometidos entre finales del XIX y mediados del XX. El arquitecto Ricardo Velázquez Bosco cambió el pavimento de ladrillo por mármol blanco; y otro arquitecto, Félix Hernández, rebajó la solería a su nivel primitivo.
Para facilitar una adecuada comprensión de la Mezquita-Catedral, nuestra investigación aporta finalmente un plano de su hipotético subsuelo, ocupado por sepulturas en el siglo XVIII. Se trata de ilustrar este singular espacio de enterramiento de la sociedad cordobesa durante siglos.
Planta hipotética del subsuelo de la Mezquita-Catedral, con las sepulturas y criptas del plano de 1741.JCO/AGG, CC BY-NC
Con ello se pretende ofrecer una nueva visión del monumento, que debe sumarse a su complejidad patrimonial y a su importancia religiosa, cultural, histórica, arqueológica y arquitectónica.