martes, 28 de enero de 2020

las misteriosas momias de quinto

en el año 2010, el ayuntamiento del pequeño pueblo de Quinto de Ebro, situado a una media hora de Zaragoza, decidió llevar a cabo unas obras de rehabilitación en la iglesia de la localidad, un edificio desacralizado y de titularidad municipal. La construcción, que en su día fue la iglesia de la Asunción, de principios del siglo XV, con un exterior bien conservado y una bonita torre mudéjar de gran valor cultural, era conocida popularmente como El Piquete, y durante muchos años se usó como almacén. De hecho, lo único bien conservado en la iglesa de Quinto era el exterior. El interior se hallaba en unas pésimas condiciones debido a los expolios y a los continuos bombardeos que sufrió durante la Guerra Civil.

UN HALLAZGO SENSACIONAL

El Ayuntamiento tenía previsto rehabilitar el interior de la iglesia para convertir el edificio en un centro de interpretación del mudéjar aragonés y destinarlo a actividades culturales. Pero cuando en la primavera de 2011 se levantó el suelo para instalar la calefacción, la sorpresa de los operarios fue mayúscula cuando de las entrañas del edificio empezaron a emerger cuerpos humanos momificados, tanto adultos como infantiles, todos en sus correspondientes ataúdes de madera. De hecho, muchos de los cuerpos descubiertos eran monjes que vestían el hábito de San Francisco. En total se hallaron unos setenta enterramientos (aunque ahora hay más de mil documentaods), treinta de ellos perfectamente momificados.
Cuando en la primavera de 2011 se levantó el suelo para instalar la calefacción, la sorpresa de los operarios fue mayúscula cuando de las entrañas del edificio empezaron a emerger cuerpos humanos momificados
Entre los arqueólogos e investigadores que acudieron a estudiar el sensacional hallazgo se encontraba Mercedes González, directora del Instituto de Estudios Científicos de Momias, que vio los cuerpos en 2014. Lo primero que afirma la especialista es que los cuerpos de Quinto no fueron sometidos a ningún proceso de momificación artificial, sino que todos se momificaron de forma natural debido a las condiciones climáticas de lugar, es decir, por la falta de humedad que presenta el subsuelo de la iglesia.
Los enterramientos son casi todos de la mitad del siglo XVIII y principios del XIX, una época en la que era habitual enterrar a los muertos bajo suelo sagrado. Hasta que Carlos III prohibió esa prácita por razones de salubridad.
Mercedes González y su equipo se encargaron de estudiar y restaurar los cuerpos y recuperar sus vestimentas.Incluso se logró identificar a una de estas personas gracias a los documentos históricos que se conservan.

EL PRIMER MUSEO DE MOMIAS DE ESPAÑA

El hallazgo despertó tanta expectación que las administraciones han contribuido a hacer de la iglesia de Quinto el primer museo de momias de España, el Museo de las momias de Quintoque fue inaugurado a principos del verano de 2018. El interior de la antigua iglesia se adecuó para una precisa musealización, y los cuerpos expuestos (por ahora quince) se muestran al público mayoritariamente en unas vitrinas de cristal sitas en la antigua capilla de Santa Ana.
Pero ¿quiénes fueron estas personas? Conocemos en qué época vivieron. Y algunos, por su hábito, sabemos que fueron religiosos. Éstos estaban enterrados con la cabeza mirando al altar y los pies hacia fuera, en cambio los seglares estaban dispuestos al revés. Hay también muchos niños de corta edad, desde el mes de vida hasta los siete años (la mortalidad infantil era muy elevada entonces).

HACE DOSCIENTOS AÑOS

Dos de las momias de frailes mantenían perfectamente preservado su calzado. Uno de ellos llevaba unos zapatos de tacón muy habituales entre las familias nobles alemanas de finales del siglo XVII. Otras momias también calzaban zapatos de piel y alpargatas que se encontraban en un óptimo estado de conservación. Un aspecto común a todos los cuerpos es que presentan las manos atadas sobre el pecho. La idea era mantener las manos juntas, con los dedos entrelazados, en actitud orante. Algunos ejemplos magníficos son la momia de un varón pelirrojo vestido con hábito franciscano que ha recibido el nombre de Van Gogh por su parecido con el famoso pintor holandés. Delante de él, yace la momia de una mujer con una magnífica cabellera de pelo castaño recogido en un moño bajo, que ha sido bautizada como Lady. El estudio de esta momia llevado a cabo en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza aportó interesantes conclusiones: al parecer nació en Alcañiz, vivía en Madrid y murió a causa de un prolapso de útero y recto a la edad de 35 años. Posiblemente fue enterrada en Quinto porque había acudió allí a tomar las aguas termales para tratar sus problemas digestivos cuando le sorprendió la muerte.
También se exponen algunas momias infantiles, tal vez lo más impactante y emotivo. En contraste, cerca del altar se expone la momia de una mujer que al parecer murió hacia los 70 años. Toda una proeza en una época en que la esperanza de vida no superaba los cuarenta.
Todos los cuerpos presentan las manos atadas sobre el pecho para mantener las manos juntas, con los dedos entrelazados, en actitud de oración
La exposición se completa con exhaustivos paneles informativos. Todo ha sido realizado con el máximo respeto y precisión para que el visitante pueda echar la vista atrás y contemplar las historias de unas personas con las mismas preocupaciones, penas y alegrías que nosotros, que vivieron hace doscientos años y que hoy, gracias a los investigadores, pueden hacer oír su voz a través del abismo del tiempo.

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