martes, 23 de agosto de 2016

¿Qué era el oráculo de los muertos?

En 1958, el arqueólogo griego Sotirios Dakaris descubrió los restos de varias edificaciones en una colina de Epiro, en el noroeste de Grecia, que parecían corresponderse con las descripciones que habían hecho Homero y Herodoto del Nekromanteion, el oráculo de los muertos.
El complejo, situado cerca del Aquerón, uno de los ríos que fluía a través del inframundo, según la mitología griega, estaba dedicado al dios subterráneo Hades y su consorte Perséfone, y se componía de una estructura parecida a un zigurat y varias cámaras secundarias.

Aunque las ruinas datan del siglo IV a. C., en la zona se han encontrado tumbas micénicas del siglo XIV a. C. A este lugar, en el que la leyenda situaba las puertas del averno, acudían peregrinos de todo el orbe helénico a consultar a los espíritus, que supuestamente tenían el don de predecir el futuro y conceder favores. Para ello, debían seguir una ceremonia muy concreta.
El viajero que acudía al oráculo tenía que entrenarse física y mentalmente para comunicarse con los antepasados, según el arqueólogo Sotirios Dakaris. Tras acceder al templo, era conducido a las cámaras de preparación. Allí, en casi total oscuridad, consumía alimentos característicos de los banquetes fúnebres, como vino, miel, habas crudas y hongos alucinógenos, y escuchaba las historias sobre el inframundo que narraba su sacerdote-guía.
En las salas cercanas, recibía baños purificadores y participaba en ceremonias mágicas. Luego, pasaba semanas en completo aislamiento, tras lo cual debía sacrificar una oveja. Así, podía acceder al laberinto, un sendero sagrado que le conducía a una antesala donde se hacían libaciones –derramamiento de licores– en honor a Hades y Perséfone.
Tras ella, se encontraba el punto más sagrado del recinto, en el que supuestamente podía contactar con los muertos. Además de aprovechar su predisposición mental, los sacerdotes aparentaban ser espectros: según parece, vestían ropas oscuras e incluso usaban grúas para levitar por la sala.
MUY HISTORIA

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