lunes, 23 de julio de 2012

Valoración personal del documento “El cristianismo y las religiones” dela Comisión Teológica Internacional (1997)


El hecho religioso del ser humano reside en el descubrimiento de su trascendente hacia algo, llamémosle Misterio, que le supera y abruma. Bajo esa consciencia meta-humana se construye todo un artificio de búsqueda de verdad y comprensión. Los cristianos, como infinidad de religiones, han buscado dar sentido y respuesta a ese hecho y lo han centralizado en la figura de Jesucristo como encarnación de un Dios paternal (Abba), y que es el eje principal de su creencia-verdad y con la que interaccionan con  los demás... sin perder el horizonte del objetivo salvífico por su mediación (A Dios por Cristo).
Uno de los mayores desafíos a los que se confronta una teología cristiana de las religiones, es la de reconocer que cada religión merece ser estudiada en sí misma con sus luces y sus sombras, lógicamente nos acercarnos a ellas desde nuestra historia, cultura y creencia y para ello la Declaración nos marca una pauta interesante desde el magisterio eclesial, al que todo buen católico debe respetuosa obediencia... pero cayendo en la tentación de centralizar la salvación también desde la Iglesia (A Dios por Cristo y A Cristo por la Iglesia), cuya misión quizás debería ser más magisterial.
Y todo esto queda bastante bien reflejado en una buena parte de la Declaración donde se hace insistencia en el aspecto de Jesucristo como elemento salvífico más importante  para los cristianos, pero que al ser considerado como único, anula la posibilidad de un diálogo interreligioso, alejándonos del objetivo que es el Misterio. Y en el fuerte peso que se le da a la Iglesia como universale salutis sacramentum (tema que ocupa una parte del documento)
Otro tema recurrente en el documento es el problema de la verdad de las otras religiones. De hecho, esta cuestión es tratada de un modo explícito por dos veces en el documento, lo que da idea de la importancia que le atribuye: cuando realiza el status quaestionis y cuando se abordan en la tercera parte las consecuencias teológicas de los presupuestos tratados. El documento trata de acoger y respetar los valores de las religiones, siguiendo el ejemplo que entonces ya había dado el más reciente magisterio. Pero a la vez evita todo relativismo, no habla de las religiones como caminos de salvación, aunque se afirma la posibilidad de que en algunos aspectos puedan ayudar en este sentido a sus seguidores. Unas religiones que aunque pueden reflejar algún rayo de la Verdad, no las ilumina la Verdad completa.
Considerando que la problemática de todas las religiones es el esclarecimiento del hecho trascendente del ser humano para el descubrimiento de ese Misterio al que se llama Dios y que los cristianos lo centralizan con la vía salvífica de la encarnación de Jesús, es normal que se pongan los aspectos teologales básicos del cristianismo para aportar una base de diálogo enriquecedora, el problema es encontrar los puentes de conexión. 
Estos textos y otros parecidos sientan con nitidez la doctrina de Cristo, único Salvador a través del misterio de la Iglesia, pero guardan un respetuoso silencio respecto al modo en que la eficacia salvadora de Jesús alcanza a todos los hombres no cristianos. Se nota el rumor de una misteriosa operación divina, que debe ser mucho más adorada que escrutada con los instrumentos de la razón humana, lo cual recomienda a la teología un tono de sobriedad intelectual en presencia de lo misterioso al que no alcanzamos con facilidad y que requiere el trabajo de todos

Nacho Padró

No hay comentarios: