martes, 24 de mayo de 2022

Los retos de la Iglesia del FUTURO:

 Vimos que el contexto que enfrentó la iglesia cristiana del primer siglo fue muy similar al actual. Un mundo globalizado, pagano, amante del pecado, con una espiritualidad libre, signado por el libre comercio, desarrollado, con un gran idioma común (latín) y con leyes que se extendían uniformemente (derecho romano) bajo el dominio de Roma. 

Los desafíos de predicar el Evangelio no fueron menores, la iglesia utilizó una amplia variedad de formas y acciones para anunciar el nombre de Jesús en cada rincón del imperio, según el Espíritu les daba. 

Vimos cómo la iglesia impactó al Imperio Romano por medio de un proceso de cambio espiritual. La iglesia conmovió las ciudades a través de la proclamación del Evangelio, saturaron cada ciudad con múltiples formas de compartir la Palabra de Dios. Proclamaban a Jesús como Señor. Por medio del arrepentimiento miles y miles de personas tuvieron un Señor, una fe, un bautismo, un solo Dios y Padre de todos que los impulsaba en unidad aún en medio de la diversidad. 

La iglesia llevó adelante un proceso de transformación basado en el amor, encarnaron los valores del Reino, Dios intervino poderosamente la realidad del Imperio Romano haciendo milagros, señales extraordinarias pero fundamentalmente por medio del amor, entre ellos no había ningún necesitado, nadie hacía propio lo que tenía sino que servía para ayudar al otro. 

Finalmente, vimos que todo el proceso de transformación se sustentó en un concepto eclesiológico dinámico, utilizaron una gran variedad de formas de trasmitir el mensaje, predicaron en todo tiempo, en todo lugar y ante toda circunstancia. No se ataron a estructuras rígidas o basadas en cargos y posiciones, sino por el contrario fueron flexibles y predominaron los dones y ministerios a la hora de funcionar como parte del cuerpo de Cristo. 

Pero ahora hay una gran crisis dentro y fuera de la Iglesia católica… ¿Cómo le afectará? 

 

1) Reconciliarse con el mundo moderno 

Reconciliarse con el mundo moderno.Una tarea todavía pendiente del Cristianismoinstitucional, sobre todo de la Iglesia Católica.Voy a citaros un texto que es una parte del dis-curso de apertura del Concilio Vaticano II quepronunció el papa Juan XXIII en el año 1962.Decía Juan XXIII entre otras cosas: “En el ejer-cicio diario de nuestro ministerio apostólico nospuede ocurrir que percibamos voces de perso-nas que arden en celo religioso, pero no dansuficiente margen al recto sentido de lascosas ni al juicio prudente. Creen ver sólomales y ruinas en la situación de la sociedadactual. Repiten constantemente que nuestraépoca va de mal en peor en comparación conel pasado. Se diría que no han aprendido nadade la historia que es maestra de la vida y queen tiempos de anteriores Concilios todo eraperfecto en lo concerniente a la doctrina cris-tiana, a las costumbres y a la libertad de laIglesia. Nosotros opinamos de modo muy dife-rente que estos profetas de calamidades, quepresagian siempre la desgracia como si fuerainminente la ruina del mundo. Debemos ver,por el contrario, en los acontecimientos actua-les que parecen traer un nuevo orden a lahumanidad, un plan oculto de la divina provi-dencia”.Son palabras de Juan XXIII en el discursoinaugural del Concilio Vaticano II. Creo que tie-nen plena actualidad, porque sigue habiendodemasiados profetas de calamidades en laIglesia Católica, de la que yo formo parte y enla que me siento cómodo con nuestros más ynuestros menos. Pero digo que hay demasia-dos profeta de calamidades en la Iglesia Cató-lica y así nos manifestamos; participamos endemasiadas manifestaciones diciendo quetodo lo que hoy se piensa, se dice, se hace, enla política, en la Iglesia, en lo que fuera... todoestá mal. No. Reconciliarse con la cultura moderna yreconciliarse con las ciencias, aceptar que nohay certezas absolutas, que todos tenemosque ir aprendiendo en todo, y que tenemos quetener una mirada de simpatía y de acogidafrente a lo que el Espíritu está promoviendo enel mundo actual. Este es el primer gran reto.  

 

a) nuestras opinión del problema consensuar 

El desenvolupament de la religió cap al pluralisme provocarà inevitablement el trauma del teisme. Creiem que també es pot comparar el desenvolupament de la ciència i la tecnologia. La tecnologia no retrocedirà. La crítica i l'ansietat per la globalització i la modernitat poden ser el nostre trauma inevitable a la innovació. Potser el que cal urgentment en aquests moments és pensar més en com establir una bona relació amb la globalització, la modernitat i fins i tot la tecnologia. Si tothom pot "creure" de manera més conscient, aleshores crec que la religió és un instrument efectiu i preparat. eina feta 


b) propuesta de mejora o que debería hacer la Iglesia para superar el problema. Concreta, pensada y sobretodo realista., 

Sovint ens trobem davant d’articles, debats de ràdio o televisió... en què es critica i ataca l’Església.  Se solen repetir certs llocs comuns: que si l’Església ha estat unida amb els poderosos, que si les riqueses del Vaticà, que si el cas Galileu, que si la Inquisició... El que fa més mal en aquests casos és la falta d’amor  i la desconfiança que molts abriguen respecte de l´Església.  Això no vol dir que la mateixa Església no hagi pogut donar peu a aquestes crítiques i menyspreus.  És com si un sacerdot, com a home que és, es comporta malament.  Hi pot haver raons per discrepar de la seva actitud.  però això no hauria de portar en desqualificar la raó de ser del sacerdoci.  En tot cas, si és que ha obrat malament, ho ha de reconèixer i esmenar-se.Tots sabem que s’han comès i es cometen al món moltes atrocitats en nom de Déu.  I hem de reconèixer que de vegades els membres de l’Església hem donat davant del món una imatge força deplorable, força diferent del que Jesús va viure i ens va ensenyar.  I no és estrany que aquesta mala conducta hagi contribuït que l’Església hagi perdut credibilitat davant de molta gent.  El Concili ens ha fet un gran favor en reconèixer-ho, alhora que ha pretès ser un fort impuls a la purificació i renovació.En tot cas, cal reconèixer que s’ha arribat a una mena de cercle viciós: el món que desconfia de l’Església i l’Església que desconfia del món.  I un dels grans encerts del Concili és promoure el diàleg entre tots dos, eliminar les distàncies.  Si el món ha rebut molt de l’Església i en pot esperar molt, també l’Església ha rebut molts beneficis de l’evolució històrica del gènere humà, de les diverses cultures... Fins i tot les crítiques i les persecucions li han servit de profit.  Hem de reconèixer amb humilitat que de vegades l’Església va reaccionar amb retard davant de situacions que exigien una ràpida intervenció. 


Xinqi Yan, Hexi Xu i Qinglong Xu 

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