martes, 21 de diciembre de 2021

¡Qué descansada vida!

 [1] ¡Qué descansada vida 

la del que huye del mundanal ruïdo,

y sigue la escondida

senda, por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido; 

[2] Que no le enturbia el pecho

de los soberbios grandes el estado,

ni del dorado techo

se admira, fabricado

del sabio Moro, en jaspe sustentado! 

[3] No cura si la fama

canta con voz su nombre pregonera,

ni cura si encarama

la lengua lisonjera

lo que condena la verdad sincera. 

[4] ¿Qué presta a mi contento

si soy del vano dedo señalado;

si, en busca deste viento,

ando desalentado

con ansias vivas, con mortal cuidado? 

[5] ¡Oh monte, oh fuente, oh río!

¡Oh secreto seguro, deleitoso!

Roto casi el navío,

a vuestro almo reposo

huyo de aqueste mar tempestuoso. 

[6] Un no rompido sueño,

un día puro, alegre, libre quiero;

no quiero ver el ceño

vanamente severo

de a quien la sangre ensalza o el dinero. 


He escollit aquest poema de Fray Luís de León perquè parla de gaudir la vida, del plaer del que troba la tranquil·litat amb la natura i fugeix de la ciutat, del materialisme o la violència i l'ànsia pels diners.

Crec que és necessari gaudir de la vida i de la natura, trobar la tranquil·litat i ignorar el que els demés pensin de tu i centrar-se en un mateix/a.


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