lunes, 9 de agosto de 2021

RESCATAR LA VIDA INTERIOR

El cultivo de la vida interior hace real la religión.


 La contemplación no tiene nada que ver con ir al templo, aunque el templo debe ciertamente alimentar la vida contemplativa.


 La contemplación consiste en encontrar al Dios que llevamos dentro, en crear un espacio sagrado en un corazón saturado de reclamos publicitarios y promociones, de envidias y ambiciones, para que el Dios cuyo espíritu respiramos pueda vivir plenamente en nosotros.


Para ser contemplativos es preciso dedicar cada día algún tiempo a acallar la violenta voz interior que ahoga la voz de Dios en nosotros. 


Cuando el corazón es libre para dar volumen a la llamada de Dios que llena cada minuto, las cadenas se rompen, y el espíritu se encuentra a gusto en cualquier punto del universo. Entonces nuestro psiquismo sana, y nuestra vida se plenifica.


El hecho es que Dios no está más allá de nosotros, sino en nuestro interior, y tenemos que entrar en nosotros mismos para alimentar el Aliento que sostiene nuestros espíritus.


“LA VIDA ILUMINADA”. Joan Chittister, OSB

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