martes, 16 de marzo de 2021

matanza de my lai, un crimen sin castigo

 Aviones del ejército estadounidense rocían la selva vietnamitas con el Agente Naranja en septiembre de 1965.

Aviones del ejército estadounidense rocían la selva vietnamitas con el Agente Naranja en septiembre de 1965. Foto: Cordon Press

la mañana empezaba como otra cualquiera en My Lai, en la provincia vietnamita de Quang Ngai, el 16 de marzo de 1968. Todo parecía normal excepto por el ruido de los rotores de los helicópteros norteamericanos que se iban acercando a la pequeña aldea donde sus habitantes se disponían a desayunar. El ejército norteamericano estaba convencido de que la zona en la que se ubicaba la pequeña aldea de My Lai era un bastión del vietcong, los temibles guerrilleros vietnamitas a los cuales se estaban enfrentando y a los que aún no habían podido ver, y que allí tenían su base de operaciones. De pronto, y al grito de al grito de "Tudi maus", todos los habitantes de la aldea fueron obligados por los soldados norteamericanos a salir de sus casas mientras los apuntaban con sus metralletas. No sabían que sus vidas estaban a punto de terminar.

UN ERROR DE "INTELIGENCIA"

La provincia de Quang Ngai, no solamente había sido un objetivo habitual de los bombardeos estadounidenses y del ejército de Vietnam del Sur, sino que estuvo sometida a continuos ataques con el letal Agente Naranja, un herbicida utilizado por el ejército estadounidense como parte de su programa de la guerra química en la llamada Operación Ranch Hand durante la guerra de Vietnam. Durante el mes de marzo de 1968, la 11ª Brigada de Infantería de la División America, conocida como Compañía Charlie, fue advertida de que guerrilleros del 48ª batallón del vietcong habían tomado el control del pueblo de Son My (del que formaba parte la aldea de My Lai). Rápidamente la Compañía Charlie se trasladó al área el 16 de marzo con una única misión: buscar y destruir al enemigo.

La provincia de Quang Ngai estuvo sometida a continuos ataques con el letal Agente Naranja, un herbicida utilizado por los militares estadounidenses como parte de su programa de la guerra química.

Los servicios de inteligencia norteamericanos sugirieron que el 48º Batallón del vietcong se había refugiado en el área de My Lai, pero lo que desconocían es que esa unidad en realidad se encontraba en las tierras altas de la región, a más de 65 kilómetros de la zona de aterrizaje de los helicópteros. El día anterior, el comandante de la Compañía Charlie, el capitán Ernest Medina, comunicó a sus hombres que finalmente se verían las caras con los escurridizos vietcong que los había estado esquivando durante más de un mes. Creyendo que los civiles ya habían abandonado el área hacia la ciudad de Quang Ngai (que tiene el mismo nombre que la provincia), Medina ordenó que cualquier persona que se encontrara en My Lai fuera tratada como un combatiente o simpatizante del vietcong, por lo cual los soldados eran libres de disparar contra quien se encontraran. Aparte de "matar a todo lo que vieran", se les ordenó que destruyeran todos los cultivos, quemaran las casas y acabaran con el ganado.

SE DESATA EL TERROR

El oficial al mando de la operación era el teniente William Calley, quien poco antes de las 7:30 de la mañana ordenó bombaradear la zona de Son My para despejar el área de aterrizaje de los helicópteros y forzar a los habitantes de la aldeas circundantes a abandonar el lugar. Pero el efecto fue el contrario, y bajo una lluvia de bombas los habitantes se refugiaron en su cabañas. Creyendo que la zona ya estaba "asegurada", la Compañía Charlie se dispuso a avanzar adentrándose en el área de Xom Lang, marcada en los mapas militares norteamericanos como My Lai. Sorprendidos, los soldados se encontraron con una aldea llena de mujeres, ancianos y niños, y no había ni rastro de guerrilleros vietcongTras registrar el pueblo y comprobar que los habitantes solo tenían escondidas algunas armas, Calley ordenó a sus hombres que sacaran a toda la gente de las cabañas y empezaran a disparar.

Un guerrillero del vietcong es hecho prisionero por soldados estadounidenses al sur de la provincia de Quang Ngai.

Un guerrillero del vietcong es hecho prisionero por soldados estadounidenses al sur de la provincia de Quang Ngai.

Foto: Cordon Press

El oficial al mando era el teniente William Calley, quien poco antes de las 7:30 de la mañana ordenó bombardear la zona de Son My para despejar el área de aterrizaje de los helicópteros y forzar a los habitantes de la aldeas circundantes a abandonar el lugar.

Existen multitud de testimonios de quienes sobrevivieron a aquel aciago día. Muchos de ellos los ha recogido Christian G. Appy en su libro La guerra de Vietnam: una historia oral. Uno de ellos es el de Pham Thi Thuan, de 30 años, que llevaba en brazos a su hija de tres: "...Cuando las metralletas callaron, algunas personas se levantaron. Yo vi a mi padre. Quise decirle que se tumbara, que no se moviera, pero tuve miedo y me callé. Le vi caer en la segunda ráfaga, y aún hubo una tercera. Yo seguía allí doblada, apretando a mi hija, que temía que se hubiera ahogado. Al rato, cuando ya no se oía nada, fui apartando los cuerpos para salir. Dos mujeres que también remontaron la zanja fueron vistas por los soldados que aún quedaban. Las persiguieron y las mataron. A nosotras no nos vieron". Al finalizar la matanza tan solo hubo una veintena de supervivientes y al finalizar la guerra, en 1975, algunos volvieron para rehacer sus vidas.

FOTOGRAFÍAS INCRIMINATORIAS

Entre los testigos de lo que ocurrió en My Lai estaba el sargento Ron Haeberle, un fotógrafo que iba "incrustado" en la Compañía Charlie. Haeberle estaba encargado de documentar la misión y para ello usó carretes en blanco y negro en los que debía plasmar los registros y los interrogatorios a la población, que era lo que le había encargado el ejército estadounidense. Pero lo que no sabían los mandos militares es que Haeberle también hizo fotos en color con su cámara personal, que nunca fueron entregadas al ejército y que se publicarían más tarde en el periódico Cleveland Plain Dealer y en la revista Life. En dichas imágenes podía verse un reguero de cadáveres, y a un grupo de mujeres y niños aterrorizados momentos antes de que les mataran. Estas instantáneas, algunas de las cuales se convertirían en imágenes icónicas del conflcito, causaron conmoción en Estados Unidos y sirvieron para reavivar los movimientos contra la guerra de Vietnam en el país. 

El ejército estadounidense se despliega durante la operación Bold Mariner, en la provincia vietnamita de Quang Ngai.

El ejército estadounidense se despliega durante la operación Bold Mariner, en la provincia vietnamita de Quang Ngai.

Foto: Cordon Press

Haeberle hizo fotos en color con su cámara personal que nunca fueron entregadas al ejército y que se publicarían más tarde en el periódico Cleveland Plain Dealer y en la revista Life, lo que reavivaría los movimientos contra la guerra.

Tras más de una hora de tiroteo indiscriminado, que se cobró 504 víctimas, el suboficial Hugh Thompson, que sobrevolaba la zona en misión de reconocimiento, aterrizó su helicóptero entre los soldados que aún estaban disparando y los aldeanos que trataban de huir. Thompson, horrorizado, amenazó a sus compatriotas con abrir fuego si continuaban los ataques: "Seguimos volando de un lado a otro… y no pasó mucho tiempo hasta que comenzamos a notar la gran cantidad de cuerpos en todas partes. Dondequiera que miráramos, veíamos cuerpos. Eran bebés, niños de dos, tres, cuatro, cinco años, mujeres, hombres muy mayores; ninguna persona en edad de reclutamiento", afirmaría Thompson en una conferencia sobre My Lai celebrada en la Universidad de Tulane muchos años después, en 1994. Thompson y su tripulación trasladaron en helicóptero a los aldeanos supervivientes para que recibieran atención médica y en 1998, él y otros dos miembros de su tripulación recibieron la Medalla del Soldado (una condecoración que el ejército de Estados Unidos otorga por actuaciones consideradas heroicas, pero que no comportan contacto directo con el enemigo).

LA MASACRE SALE A LA LUZ

Tras su regreso a la base, Thompson informó a sus superiores de la matanza generalizada e indiscriminada de civiles que había tenido lugar en la aldea de My Lai. En los días posteriores se llevó a cabo una investigación superficial para comprobar la veracidad de estas acusaciones, y a pesar de los informes ofrecidos por funcionarios vietnamitas sobre el hecho de que cientos de civiles habían muerto en My Lai y de que Son My había sido arrasada casi por completo, las conclusiones finales de la investigación dictaminaron que la operación My Lai había sido un éxito rotundo. El 24 de abril de 1968, el coronel Oran Henderson, comandante de la 11ª Brigada de Infantería, concluyó que solo veinte civiles habían muerto accidentalmente en My Lai a causa del bombardeo inicial de la artillería o por el fuego cruzado entre las fuerzas estadounidenses y las del vietcong y concluyó que el informe de Hugh Thompson era falso.

Imagen en color que muestra a varios aviones estadounidenses arrojando Agente Naranja sobre suelo vietnamita en 1971.

Imagen en color que muestra a varios aviones estadounidenses arrojando Agente Naranja sobre suelo vietnamita en 1971.

Foto: Cordon Press

Se llevó a cabo una investigación superficial sobre las acusaciones de Thompson, y a pesar de los informes ofrecidos por funcionarios vietnamitas, las conclusiones finales de la investigación dictaminaron que la operación My Lai había sido un éxito rotundo.

El encubrimiento de la masacre de My Lai continuó hasta que Ron Ridenhour, un artillero de helicótperos de la 11ª Brigada que conocía la realidad de la masacre, pero no había participado en ella, inició una campaña para sacar a la luz los hechos. Después de escribir cartas al presidente Richard Nixon, al Pentágono, al Departamento de Estado, al Estado Mayor Conjunto y a varios congresistas, y no obtener respuesta, Ridenhour finalmente concedió una entrevista al periodista de investigación Seymour Hersh, quien publicó la historia en noviembre de 1969. El relato de Hersh, que ganó el premio Pulitzer en 1970, sobre el "asesinato a quemarropa" en My Lai, apareció en los periódicos junto con las fotografías que había tomado Haeberle y que conmocionaron al mundo.

Al final, varios oficiales fueron acusados de delitos relacionados con la matanza de My Lai, entre ellos el teniente William Calley, el capitán Ernest Medina y varios soldados más. Con la excepción de Calley, todos los acusados fueron absueltos o se desestimaron los casos en su contra antes del juicio porque se argumentó que solo cumplían órdenes. Al finalizar el consejo de guerra de Calley, en marzo de 1971, este fue declarado culpable del asesinato de 22 civiles vietnamitas y condenado a cadena perpetua. El único condenado por aquella misión criminal fue puesto en libertad condicional en 1974.

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