miércoles, 18 de marzo de 2020

descubrimiento sobre el origen del juego de pelota en mesoamérica

A pesar de tener un origen poco conocido, el juego de pelota ha sido considerado por los investigadores uno de los rasgos más característicos de la civilización mesoamericana (una región que abarcaba Guatemala, Belize, gran parte de México y zonas de Honduras y El Salvador). Pero el juego de pelota o pok-ta-pok no era un deporte, sino un ritual de gran importancia política y religiosa que simbolizaba la regeneración de la vida y servía para garantizar el orden cósmico.
Marcador maya del juego de pelota, recuperado del sitio de Chinkultic y fechado en 591 d. C.
Marcador maya del juego de pelota, recuperado del sitio de Chinkultic y fechado en 591 d. C.
Foto: CC

DOS CANCHAS EN OAXACA

Hasta ahora, el origen de este juego siempre se había situado en las tierras bajas, desde las que se habría extendido al resto de la región. Pero el sorprendente descubrimiento en el yacimiento de Etlalongo, en las montañas de Oaxaca, en las tierras altas de México, de dos canchas de juego de pelota (la más antigua, datada en 1374 a.C.), sitúa 800 años antes de lo que se pensaba la existencia del primer campo de juego conocido en esta zona. Los arqueólogos Jeffrey Blomster y Victor Chávez, de la Universidad George Washington, en Estados Unidos, autores del descubrimiento en 2015, han publicado los resultados de su investigación en la revista Science Advances.
El descubrimiento en Etlalongo sitúa 800 años antes de lo que se pensaba la existencia del primer campo de juego conocido en esta zona.
La creencia generalizada entre los investigadores de que las tierras bajas eran el origen de este ritual se ha debido, entre otros motivos, al estudio del caucho de algunas bolas aztecas que se utilizaban en el juego (las cuales simbolizaban el Sol). Los análisis químicos de este material mostraban que había sido extraído de un árbol, la Castilla elastica, que se asociaba a las llanuras del sur de Mesoamérica.
Las nuevas canchas descubiertas en Etlatongo, así como el hallazgo en ellas de algunas imágenes de jugadores (muy parecidas a algunas halladas en San Lorenzo, la capital olmeca situada en el golfo de México, que floreció entre los años 1400 y 1000 a.C.) sugieren, según los autores del estudio, que las tierras altas "desempeñaron un papel importante en los orígenes de un juego que se convertiría en un componente crucial de los estados subsiguientes durante dos mil años". Todo ello sugiere que lo que hasta ahora se sabía sobre el origen de este famoso juego deberá ser replanteado.
Jugadores del ullamaliztli azteca actuando para Carlos V en España, elaborado por Christoph Weiditz en 1528.
Jugadores del ullamaliztli azteca actuando para Carlos V en España, elaborado por Christoph Weiditz en 1528.
Foto: CC

¿CAMBIO DE PARADIGMA?

La cancha de juego de pelota más antigua conocida hasta la fecha es la que se encuentra en Paso de la Amada, en las tierras bajas costeras del sur de Chiapas (México), datada hacia 1650 a.C.; en las tierras altas, las más antiguas databan de un siglo después. Esto parecía indicar una implantación más tardía del ritual en las tierras altas, aunque el hallazgo de Etlatongo parece indicar que no fue así.
La cancha de juego de pelota más antigua conocida hasta la fecha es la que se encuentra en Paso de la Amada, en las tierras bajas costeras del sur de Chiapas.
Casi un milenio separa a las canchas de juego de pelota de Paso de la Amada y Etlatongo de otros campos de juego tanto de las tierras bajas como de las tierras altas. Blomster y Chávez esperan que posibles descubrimientos de nuevas canchas de juego de pelota en ambas zonas ayuden a esclarecer el origen y desarrollo de uno de los rituales más emblemáticos de estas culturas

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