martes, 31 de mayo de 2016

Hirohito, el último emperador teocrático de Japón

Nació en Tokio el 29 de abril de 1901, hijo del emperador Yoshihito y educado por importantes figuras militares, mezcla de la tradición japonesa y la occidental. Recibió enseñanzas de zoología, botánica, biología marina, floricultura y oceanografía.
En 1921 realizó viajes por Europa, siendo el primer príncipe japonés que lo hacía.
Debido a la enfermedad de su padre, el 25 de diciembre de 1926 subió al trono y en 1933 nació su hijo y sucesor Akihito –actual emperador nipón–.
En los primeros años de su reinado, Hirohito tuvo una posición pasiva en cuanto a política, dejando el gobierno japonés en manos de militares ultranacionalistas, lo que derivó en la contienda con China (1937-1945) y en la alianza militar con las potencias del eje (1940), lo que involucró a Japón en la II Guerra Mundial.
El 14 de agosto de 1945 informó de la rendición incondicional de Japón a los aliados, siendo la primera vez que habló a su pueblo. Hirohito cooperó con las fuerzas de ocupación estadounidenses para convertir a Japón en un estado democrático, y el 1 de enero de 1946 negó públicamente su divinidad.
Aprobó la Constitución de 1947, creando una monarquía constitucional y limitando su papel a aspectos ceremoniales.
Aunque se reconoció su participación como cómplice de guerra, los aliados acordaron no someter a Hirohito a los juicios por crímenes de guerra de 1946-1948.
A lo largo de su vida en la posguerra mantuvo un perfil relativamente bajo y estuvo interesado en la biología marina, publicando numerosos trabajos sobre el tema.
Bajo su mandato se produjo la entrada del Japón en el grupo de los países más desarrollados del mundo, basados en una potentísima industria y en una muy alta capacidad de investigación.
En 1987 dejó temporalmente el trono en manos de su hijo Akihito por motivos de salud, falleciendo el 7 de enero de 1989.
Maria Fernández Rei para Muy Interesante

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