miércoles, 23 de septiembre de 2015

Planteamiento psicológico del origen de las religiones para Freud

Sigmund Freud (Totem y tabú, 1913; El futuro de una ilusión; Lo incómodo en la cultura, 1930; El hombre Moisés y la religión monoteísta, 1938) aporta la más osada teoría del origen de la religión. Freud (1856-1939), neurólogo y fundador del psicoanálisis, descubridor del Inconsciente como la base de las perturbaciones en la vida psíquica y del psicoanálisis como sistema para eliminar esas perturbaciones y que se declaraba judío ateo convencido sostiene que la religión es una neurosis colectiva y coactiva, «el intento de controlar el mundo de los sentidos en el que nos vemos inmersos por medio del mundo de nuestros deseos desarrollado en nosotros por impulsos de las necesidades psicológicas y biológicas humanas».
Aunque Sigmund Freud (1856-1939) coincide en que el origen de la religión comienza con el totemismo, discrepa radicalmente con Tylor y con Durkheim. Desde el punto de vista de Freud las creencias y prácticas religiosas tienen su origen en una profunda represión psicológica. Básicamente son ilusiones, proyecciones simbólicas, basadas en deseos. La teoría de Freud se fundamenta en una visión hedonista de la naturaleza humana; el propósito de la vida es potenciar el placer y evitar el dolor.
En concreto para Freud la religión surgió como respuesta a la culpabilidad que los hijos primitivos sintieron por haber matado a sus padres, quienes les habían impedido el acceso sexual a las mujeres de la horda original. Como Tylor y Frazer, Freud proporciona un porqué y también un cómo del origen: la religión surge para satisfacer la necesidad de mitigar la culpabilidad motivada por acciones edípicas. El origen de la religión, según Freud, es una acto específico. Utilizando la teoría de la horda de Charles Darwin, Freud, en Totem y tabú (1913), elabora un relato en el que los machos jóvenes se reúnen para aparearse con las hembras guardadas por el macho más viejo, el más poderoso. Para lograr eso lo matan. Como sienten remordimiento y culpabilidad, hacen entonces un pacto para no volver a matar y crean una fiesta conmemorativa con el cadáver como comida. Este hecho localiza el origen de la cultura y la religión, el origen de los sistemas de parentesco, el totemismo y el tabú del incesto. Se postularon totems y después dioses para permitir a los hijos aliviar su culpabilidad obedeciendo a sus padres, ahora deificados, en cuya obediencia antes habían fallado. En lo sucesivo la satisfacción de los deseos será severamente restringida por prohibiciones religiosas (creencias), pero el sufrimiento causado por estos tabúes se aminorará por medio de prácticas rituales periódicas que simbólicamente representan el hecho original.
Aunque el origen de la religión es sociológico (y en esto está de acuerdo con Durkheim), para Freud este origen está basado en experiencias psicológicas individuales y en la satisfacción de los instintos individuales, que se repiten en otros sujetos del clan. En el fondo Freud no puede calificarse como sostenedor de un origen puramente sociológico claro de la religión, sino como impulsor de una teoría individualista.
Freud sabe perfectamente que su teoría sobre el origen de la religión es una simple especulación, pero nunca duda que el origen de la cultura y de la religión debe tener algo similar a la violencia incestuosa como causa (el comienzo del complejo de Edipo). Variaciones sobre esta corazonada heurística siguen siendo populares entre muchos estudiosos contemporáneos de la religión, por ejemplo, René Girard (La violencia y lo sagrado, 1972).
Como complemento a las teorías del origen de la religión centradas en el concepto de totem conviene mencionar a Salomon Reinach, autor de una obra de historia de las religiones (Orpheus. Histoire générale des religions, París 1909) en la que sostiene que el totemismo es el inicio de todas las religiones. El totemismo supone la existencia de una comunidad invisible entre una especie, normalmente animal, y un grupo humano. La adoración del totem (que sublima las cualidades del grupo o clan humano) y los sacrificios del animal totémico para consumir su carne y unirse con la fuerza supranatural que está detrás, es el origen de todas las religiones.

Antonio Piñero Sáenz

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