lunes, 9 de junio de 2014

EL CUENTO DEL GRIAL

ORIGEN
La imagen celta más constante que subsiste en las leyendas artúricas es la búsqueda de la soberanía. La causa de la anarquía en las tierras celtas se relacionaba directamente con la enfermedad e incapacidad para gobernar del Rey Pescador, miembro de la dinastía designada a proteger el Grial.
Según Chrétien de Troyes, José de Arimatea, un judío, discípulo de Jesús, se encargó de limpiar el cuerpo de Cristo luego de la crucifixión. Mientras lo hacía algunas gotas de sangre brotaron de las heridas del cuerpo y José las recogió en un cáliz. Luego el cuerpo desapareció y José fue acusado de robarlo y fue encerrado en una prisión, desprovisto de alimento. Pero Cristo se le apareció y le enseñó los grandes misterios y secretos, entregándole el cáliz. Cuenta la historia que José se mantuvo vivo gracias a una paloma que entraba todos los días a su celda y le depositaba alimento en el cáliz.
Finalmente, cuando fue liberado se dirigió, junto a su hermana y su cuñado, Bron, a Britania. El Grial pasó a Bron quien se convirtió en el Rico Pescador delegando su misión de protector del Cáliz Sagrado a sus descendientes (El Rey Pescador, Perceval, etc.).

LEYENDA
La leyenda tiene como protagonista a Perceval. Perceval es criado por su madre en una región desierta con la esperanza de evitar que su hijo se una a la caballería andante y muera en combate, como le sucedió a su esposo. Pero su plan no da resultado y Perceval confunde a unos caballeros (Galván, Urién e Yvaín) con ángeles y se une a ellos. Tras un largo viaje llega a la Corte del rey Arturo donde un caballero rojo ofende a Ginebra, la reina, y desafía a cualquier caballero a cambio de las tierras de Arturo. Perceval, ansioso por conseguir las armaduras rojas del caballero decide combatir con él y finalmente lo vence.
Pasadas varias aventuras, Perceval llega al castillo del grial donde lo recibe el Rey Pescador. Este personaje es en realidad su tío y ha sido herido por sus pecados con una lanza. Mientras todos se encontraban en la gran sala del castillo pasa por delante de ellos una pequeña procesión de pajes y doncellas llevando los cuatro objetos sagrados: La Espada, La Lanza, La Bandeja de Plata, y el Grial. Perceval, siguiendo los consejos de los caballeros que lo entrenaron, no hace ninguna pregunta al respecto aunque la curiosidad se lo estaba sugiriendo. De esta forma, Perceval se retira a dormir, pero al despertar por la mañana encuentra el castillo completamente vacío. De modo que se viste la armadura y parte. En el Bosque se encuentra con su hermana de leche quien le notifica que su madre ha muerto de tristeza cuando él la abandonó al dejar su hogar y seguir a los caballeros. La muchacha lo llama "el desdichado" porque de haber hecho la pregunta correspondiente en el castillo el Páramo de la Tierra se convertiría en el Paraíso que una vez fue y el Rey Pescador sanaría.
Tras numerosas aventuras, algunas con la compañía de Galván, Perceval logra vencer a las nueve brujas de Caer Loyw, las hechiceras que enseñaron al joven el manejo de las armas. En el instante que las vence La Soberanía se restaura y el Páramo acaba. Perceval remedia de esta forma el error que cometió al no hacer las preguntas necesarias en el Castillo del Grial.
Esta historia deja entrever claramente un ciclo reiterativo: épocas oscuras sucederán a edades de oro.
En las creencias celtas se detectan leyendas cuya simbología es la misma que la del Grial. Por ejemplo "El Caldero de Dagda" con quien "nadie quedaba insatisfecho" o "El Caldero de Diwrnach" que proporcionaba la mejor tajada de carne para el caballero más valeroso. También se hablaba de los calderos del remedio con el cual el héroe sanaba todas sus heridas. Otro caldero famoso fue el otorgado por Bran el Santo, rey británico, con el cual era posible revivir a los muertos.


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