domingo, 13 de mayo de 2012

las funciones que Rey David tiene para Ezequiel.


Ez 34:23f; 37:24f;
Ez 34:23f: Yo suscitaré para ponérselo al frente un solo pastor que las apacentará, mi siervo David: él las apacentará y será su pastor.
Ez 37:24f: Mi siervo David reinará sobre ellos, y será para todos ellos el único pastor; obedecerán mis normas, observarán mis preceptos y los pondrán en práctica.

En estos textos redescubrimos como
David jugó un papel decisivo en el establecimiento de Jerusalén como el centro del culto de Israel. A través de la regla personal de David, Dios ejerce su propio reinado de su pueblo. David dará pie al anuncio del Mesías, que surgiría de su linaje real. Ezequiel se muestra reacio a usar la palabra "rey", en referencia a cualquiera de los gobernantes históricos de Jerusalén, sino que prefiere llamarlos "príncipe" (v. 25; 12:10, 12; 19:01; 21:12, 25; 22:6; 34:24). Aquí, sin embargo, describe el futuro gobernante davídico como "rey" (v. 22, 24), posiblemente de una manera sutil de distinguir el futuro gobernante de los demás. El Nuevo Testamento revela que este rey-pastor es Jesús (34:2-10, 23 y notas), que reina sobre el pueblo renovado de Dios para siempre (v. 25; 34:31, Juan 10:11, 14; Matt. 2:02, Hechos 5:31).
La imagen del Rey-Pastor es antigua en el patrimonio literario de Oriente. En este caso Ezequiel recoge el tema de Jeremías (Jr 3:15 i Jr 23: 4), quien usa el tema del pastor aplicándolo a los reyes de Israel cuando desea censurarles por haber cumplido mal sus funciones. Ezequiel echa en cara a los pastores (aquí los reyes y jefes civiles del pueblo) sus crímenes por lo que Yahvé les castigará por maltratar a su rebaño convirtiéndose él mismo en pastor, como anuncio de una futura teocracia. De hecho, a la vuelta del Destierro, no será restablecida la realeza; sólo más tarde dará Yahvé un pastor de su elección, un “príncipe”. La descripción del reinado de este príncipe y el nombre de David que se le da sugieren una era mesiánica en la que el mismo Dios reinará, por medio de su Mesias, sobre su pueblo, en justicia y paz. Como en Oseas, Dios anuncia la restauración mesiánica de Israel, después de los sufrimientos del Destierro.
Esta promesa de la restauración de un reino mesiánico de un siervo de Dios, de uno como David, que iba a decidir en la paz, la justicia y la prosperidad superior a la que se conoce durante el gobierno de la historia de la Monarquía. Ningún descendiente de David, en el período de restauración cumplió la descripción profética de Ezequiel del futuro de Israel. Por ello el Nuevo Testamento identificará a Jesús como el Buen Pastor
En cuanto a la descripción del Mesías mismo presentado bajo la imagen de David: Será el gran Pastor de las ovejas, que se hará por su rebaño, lo que nadie más podía hacer. Él es el único Pastor, en virtud de los cuales Judios y gentiles debe ser un solo rebaño. Él es el siervo de Dios, empleados por él y para él, y hacer todo en obediencia a su voluntad, con un ojo puesto en su gloria, para volver a establecer su reino entre los hombres y promover los intereses de ese reino. Él es David, uno al corazón de Dios, que establece como su rey en el santo monte de Sión, con el que la alianza de la realeza se cumple, y a quien Dios le dará el trono. 

Nacho Padró