viernes, 23 de septiembre de 2022

SI... (de Rudyand Kipling)

 Si puedes mantener la cabeza en su sitio

cuando todos la pierden —y te culpan por ello—;

si confías en ti cuando los otros

desconfían —y les das la razón—;

si puedes esperar sin cansarte, si no

mientes cuando te vienen con mentiras

ni odias a los que te odian y, aún así,

no te las das de santo ni de sabio;

si sueñas, sin llegar a ser esclavo

de tus sueños; si piensas, pero no te conformas

con pensar; si te enfrentas al Triunfo y al Desastre

y das el mismo trato a esos dos impostores;

si soportas que tuerzan tus palabras

para embaucar con ellas a los tontos;

si se rompen las cosas a las que has dedicado

tu existencia y te agachas a rehacerlas;

si juntas todas tus ganancias para

jugártelas a cara o cruz, y pierdes,

y vuelves a empezar de nuevo, una vez más,

sin mencionar siquiera lo perdido;

y si tu corazón, tus músculos, tus nervios

cumplen incluso cuando ya no son

lo que eran, y resistes cuando ya no te queda

sino la voluntad de resistir;

si hablas con multitudes sin perder la honradez

y paseas con reyes sin perder la humildad:

si no pueden hacerte daño tus enemigos

—tampoco tus amigos— y todo el mundo cuenta

contigo —no en exceso—; si no desaprovechas

ni un segundo de cada minuto de carrera,

la tierra y cuanto en ella existe es para ti;

serás, en fin, lo que se dice un hombre.

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