Si puedes mantener  la cabeza en su sitio cuando todos la pierden y te culpan por ello -; si confías en ti  cuando los otros desconfían y les das la razón -; si puedes esperar sin cansarte, si no mientes cuando te vienen con mentiras  ni odias a los que te odian y aún así,  no te las das de santo ni de sabio;  si sueñas, sin llegar a ser esclavo de tus sueños;  si piensas,  pero no te conformas con pensar;  si te enfrentas al Triunfo y al Desastre  y das el mismo trato  a esos dos impostores;  si soportas que tuerzan tus palabras  para embaucar con ellas a los tontos;  si se rompen las cosas  a las que has dedicado tu existencia  y te agachas a rehacerlas;  si juntas todas tus ganancias  para jugártelas a cara o cruz, y pierdes,  y vuelves a empezar de nuevo,  una vez más,  sin mencionar siquiera lo perdido;  y si tu corazón, tus músculos, tus nervios  cumplen incluso cuando ya no son  lo que eran, y resistes  cuando ya no te queda  sino la voluntad de resistir;  si hablas con multitudes  sin perder la honradez  y paseas con reyes  sin perder la humildad: si no pueden hacerte  daño tus enemigos tampoco tus amigos, y todo el mundo cuenta contigo, no en exceso;  si no desaprovechas  ni un segundo de cada  minuto de carrera,  la tierra y cuanto en ella existe  es para ti; serás, en fin,  lo que se dice un hombre.
¿CON CUANTOS HOMBRES DE VERDAD TE HAS TOPADO EN LA VIDA?.
Nacho Padró