Sin llegar al cisma formal, el patriarcado de Moscú ha
suspendido las relaciones con la sede de Constantinopla, que tiene la primacía
de honor para toda la ortodoxia. El motivo es el conflicto en torno a la Iglesia ortodoxa de
Estonia, hasta ahora dependiente de Moscú, a la que Constantinopla ha aceptado
bajo su jurisdicción.
La "ruptura de comunión" se ha señalado con
un gesto significativo durante una solemne liturgia celebrada el 23 de febrero
en la catedral moscovita. Cuando llegó el momento de leer los dípticos, en los
que se nombra a todos los patriarcas en ejercicio, el patriarca de Moscú,
Alexis II, y otros cincuenta obispos oficiantes no mencionaron a Bartolomé I,
patriarca de Constantinopla. Una declaración oficial del patriarcado de Moscú
confirmó que la omisión había sido deliberada, al subrayar que era la primera
vez que se hacía tal cosa desde el año 988, fecha en que comenzó a existir la Iglesia en Rusia. Además
de este símbolo, el patriarcado ruso ha prohibido a sus sacerdotes participar
en actos litúrgicos con clérigos dependientes de Constantinopla.
El enfrentamiento entre los dos patriarcados a
propósito de la Iglesia
estonia es antiguo, y dos años de negociaciones no han podido resolverlo. Los
problemas comenzaron cuando, después de que Estonia recobrara la independencia,
la Iglesia
ortodoxa de este país pidió sustraerse de la jurisdicción rusa, a la que había
sido adscrita por imposición soviética en 1945. Hasta entonces dependía de
Constantinopla, en virtud de una disposición de 1923.
Bartolomé I alega que ha vuelto a aceptar bajo su
autoridad a la Iglesia
estonia a petición del gobierno de Tallinn y de dos tercios de los fieles
estonios. Por su parte, el patriarcado de Moscú, en su comunicado, describe la
decisión como un "atentado contra la secular unidad ortodoxa" y acusa
a Constantinopla de injerirse en sus asuntos internos y de violar las leyes
canónicas.
La Iglesia ortodoxa de Estonia no es la primera que se separa de
Moscú tras el hundimiento de la
URSS. En Moldavia (república con mayoría de población de
origen rumano), una parte de la comunidad ortodoxa se pasó ya al patriarcado de
Bucarest. En Ucrania, la
Iglesia está dividida en varias obediencias, y algunas no
quieren depender de Moscú. Aunque perseguida en la era soviética, la Iglesia rusa también hizo
concesiones al régimen comunista, por lo que no es vista con simpatía en
algunos países que pertenecieron a la órbita de la URSS.
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