CAUSA
|
IGLESIA ORIENTAL
|
IGLESIA OCCIDENTAL
|
Rivalidad
Política
|
Imperio bizantino
|
Sacro Imperio
Romano
|
Pretensiones
papales
|
El patriarca de Constantinopla
considerado segundo en primacía tras el de Roma.
|
El obispo de Roma
reclama autoridad suprema sobre toda la Iglesia.
|
Desarrollo
teológico
|
Se estanca tras
el Concilio
de Calcedonia.
|
Se desarrolla y
crece por medio de las controversias y la expansión.
|
Controversia
filioque
|
Sostiene que el
Espíritu Santo procede del Padre.
|
Sostiene que el
Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo (Filioque).
|
Controversia
iconoclasta
|
Envuelta durante
120 años en la disputa sobre la veneración de iconos. Finalmente concluyó que
era legítima (estatuas prohibidas).
|
Hizo constantes
esfuerzos por interferir en lo que era una disputa puramente oriental
(estatuas permitidas).
|
Diferencias
lingüísticas y culturales
|
Griega/Oriental
|
Latina/Occidental
|
Celibato
clerical
|
Al bajo clero
(sacerdotes) le está permitido casarse.
|
Todo el clero ha
de guardar el celibato.
|
Presiones
externas
|
Los musulmanes
hicieron continua presión sobre la
Iglesia oriental.
|
Los bárbaros
occidentales fueron cristianizados y asimilados por la Iglesia Occidental.
|
Excomunión
mutua en 1054
|
El patriarca
Miguel Cerulario excomulgó al papa León IX tras ser excomulgado por él.
|
León IX excomulgó
al patriarca de Constantinopla Miguel Cerulario.
|
Causas del Cisma
Algunos autores lo resumen entres grupos las principales causas que
motivaron el Cisma:
1. De tipo étnico: La natural antipatía y aversión entre
asiáticos y europeos, unidas al desprecio que en esta época sintieron los cristianos orientales hacia los latinos, a quienes consideraban
contagiados de barbarie a causa de las invasiones
germánicas.
2. De tipo religioso: Las variaciones que, con el paso del
tiempo, fueron imponiéndose en las prácticas litúrgicas, dando lugar al uso de
calendarios y santorales distintos; las continuas disputas sobre las
jurisdicciones episcopales y patriarcales que se originaron a partir de
dividirse en dos el Imperio; la opinión extendida por todo el Oriente de que,
al ser trasladada la capital del Imperio de Roma a Constantinopla, se había
trasladado igualmente la Sede
del Primado de la Iglesia
universal; las pretensiones de autoridad por parte de los patriarcas de
Constantinopla, que utilizaron el título de ‘Ecuménicos’ a pesar de la
oposición de los papas, que reclamaban para sí, como obispos de Roma, la
suprema autoridad sobre toda la cristiandad; la negativa de los patriarcas de
Oriente a reconocer esa autoridad sobre la base de la Sagrada Tradición
Apostólica y las Sagradas Escrituras, alegando que el obispo de Roma sólo podía
pretender ser “primus inter pares” (un primero entre sus iguales); y la
intromisión de los emperadores en asuntos eclesiásticos, creyéndose pontífices
y reyes, y pretendiendo decidir ellos solos los graves problemas de la Iglesia.
3. De tipo político: El apoyo que buscaron los papas en los
reyes francos y la restauración en Carlomagno del Imperio de Occidente (s. IX)
mermaron prestigio a los emperadores de Oriente, que tenían pretensiones a la
reunificación del antiguo Imperio romano.
A estas causas de carácter general pueden añadirse los cargos —en
realidad, pretextos— que los patriarcas Focio y Cerulario imputaron a la Iglesia de Roma, y que
pueden resumirse en los cuatro siguientes: Que los papas no consideraban válido
el sacramento de la confirmación administrado por un sacerdote; que los
clérigos latinos se rapaban la barba y practicaban el celibato obligatorio; que
los sacerdotes de la
Iglesia Romana usaban pan ácimo en la Santa Misa, práctica
considerada en Oriente una herejía de influencia judaica; y, en fin, que los
papas habían introducido en el credo la afirmación de que el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo (“Credo in Spiritum Sanctum qui ex Patre Filioque
procedit”), en contra de lo que sostenían los patriarcas orientales, que no
reconocían esta última procedencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario