viernes, 28 de diciembre de 2012

Las Crisis más relevantes del Cristianismo Ruso



El pueblo ruso fue cristianizado a finales del siglo décimo (988). Esto acaeció unos setecientos años después del comienzo de la Iglesia en las Islas Británicas. Fue el príncipe Vladimir de Kiev (+ 1015) quien fue responsable del cambio de religión entre su pueblo. Él mismo invitó a su patria a los misioneros de Constantinopla, la capital del Imperio Bizantino y, de este modo, colocó los cimientos de la Iglesia en Rusia.
Desde comienzos del siglo x, cuando los príncipes rusos abrazaron el cristianismo, hasta la conquista de Rusia por parte de los mongoles (siglo XIII), más que de Iglesia rusa se puede hablar de Iglesia bizantina en territorio ruso. Constantinopla consideraba a Kiev como una especie de protectorado espiritual, y los patriarcas de la capital elegían a los metropolitas de Kiev que, además, eran con frecuencia bizantinos. De 1240 a 1470, bajo el dominio de los mongoles, aunque no se vio sofocada la vida espiritual, la cultura, incluida la teológica, sufrió un notable retraso por causa de las circunstancias. Sin embargo, precisamente en este período tenemos la espléndida creatividad iconográfica de Andrej Rublev (+ 1430), cuyas obras no son más que teología escrita con colores.
Con la caída de Constantinopla (1453) y la liberación gradual del poder de los mongoles, la Rusia cristiana fue adquiriendo cada vez más conciencia de su autenticidad ortodoxa, hasta el punto de desarrollar la teoría eclesiológico-política de Moscú como tercera Roma. Bajo el reinado de Iván el Terrible (1533-1584) el cesaropapismo bizantino se arraiga en tierras rusas consolidando la relación Iglesia-Estado.
En el siglo XVI actúa en Rusia Máximo el Griego, considerado el «Iluminador de los rusos». Entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII se creó en Kiev la primera escuela teológica rusa.
Puede decirse que la escuela teológica de Kiev tuvo siempre un tinte filolatino. Al contrario, la de Moscú, fundada en 1665 por Simeón Polockij, se caracterizó por su marcada tendencia filogriega.
El siglo XII destacó además por el cisma (Ralkol) de la Iglesia rusa, relacionado con la reforma de los libros litúrgicos que sostenía el patriarca Nikón. En esta ocasión los cismáticos desarrollaron un confuso milenarismo que creó una espasmódica espera del final de los tiempos, que indujo incluso a suicidios colectivos.
La Revolución de Octubre interrumpió bruscamente la gran vitalidad teológica del siglo anterior y de comienzos del xx. Pero grandes filósofos y teólogos siguieron escribiendo y actuando fuera de la tierra rusa, especialmente en París. Esta «fuga de cerebros» a Francia contribuyó a dar a conocer el pensamiento teológico ruso en amplios ambientes occidentales. Muchos de estos teólogos prófugos de la primera y de la segunda generación encontraron un puesto de enseñanza en los dos grandes centros de teología rusa: el Institut de Théologie Orthodoxe St. Serge de París y St. Vladimir's Seminary de Nueva York, dos faros de indiscutible valor de la teología rusa en Occidente. 
 Tras el hundimiento del comunismo y la libertad recuperada de la Iglesia, la teología rusa volverá a actuar y a desarrollarse dentro de sus confines naturales con aquella vitalidad que la caracterizó en el último siglo, a pesar de la tragedia del comunismo

Nacho Padró

Movimientos y Figuras del Cristianismo Ruso




Constantinopla consideraba a Kiev como una especie de protectorado espiritual, y los patriarcas de la capital elegían a los metropolitas de Kiev que, además, eran con frecuencia bizantinos. De 1240 a 1470, bajo el dominio de los mongoles, aunque no se vio sofocada la vida espiritual, la cultura, incluida la teológica, sufrió un notable retraso por causa de las circunstancias. Sin embargo, precisamente en este período tenemos la espléndida creatividad iconográfica de Andrej Rublev (+ 1430), cuyas obras no son más que teología escrita con colores. Baste pensar en el famoso icono de la "Trinidad" que, por sí solo, constituye un tratado de teología trinitaria.
Con la caída de Constantinopla (1453) y la liberación gradual del poder de los mongoles, la Rusia cristiana fue adquiriendo cada vez más conciencia de su autenticidad ortodoxa, hasta el punto de desarrollar la teoría eclesiológico-política de Moscú como tercera Roma. Bajo el reinado de Iván el Terrible (1533-1584) el cesaropapismo bizantino se arraiga en tierras rusas consolidando la relación Iglesia-Estado.
En el siglo XVI actúa en Rusia Máximo el Griego, considerado el «Iluminador de los rusos». Entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII se creó en Kiev la primera escuela teológica rusa.
Su fundador fue el metropolita Pedro Mogila ( 1594- 1646); su nombre va ligado a la famosa Confesión de fe ortodoxa, que constituía la respuesta ortodoxa a la Confesión de inspiración calvinista del patriarca de Constantinopla Cirilo Laskaris. Durante mucho tiempo, la Confesión de Pedro Mogila representó uno de los libros más importantes de la Simbólica ortodoxa, a pesar de que recibió la influencia de la teología católica postridentina.
Los siglos XII y XIII se distinguen por la influencia masiva católica y protestante, no sólo en la teología sino incluso en la iconografía y en la música litúrgica. Todo esto creó una atmósfera confusa e híbrida en los ambientes eclesiásticos y más en general en la vida sobre todo de los moscovitas.
En el terreno teológico, se traducen al ruso las obras de Belarmino, de César Baronio, de Juan Cartagena... Hay teólogos que estudian en Roma, que escriben en latín y que mantienen estrechos contactos con la Congregación de Propaganda Fide, como Simeón de Polotsk ( 1629- 1680) y Paisij Ligarides, sobre el que Leone Allatio atestigua: « Era un hombre dispuesto a sacrificar su vida y a dar incluso su alma por la fe católica».
Era tan grande la influencia de la teología católica sobre la rusa que en sus cuatro Academias eclesiásticas (Kiev, Moscú, Petrogrado y Kazán) la enseñanza de la teología se hacía en latín, y los manuales de dogmática estuvieron escritos en esta lengua hasta la mitad del siglo XIX.
En el siglo XVIII destacaron en el terreno teológico, entre otros, Teófanes Procopovich (1681-1736), que intentó liberar a la teología rusa de la influencia de la escolástica católica, pero atándose en cambio al carro de la teología protestante; Stefan Javorskij (1658-1722), adversario de Procopovich y gran apologista del cristianismo; el metropolita Platón Levshin ( 1737 1811), considerado como el "Pedro Mogila de la Academia Teológica de Moscú », gran predicador, catequista y muy sensible a los problemas eclesiológicos. Este siglo se caracterizó, no sólo por la influencia protestante sino también por la difusión del pietismo en grandes capas del cristianismo ruso. En el siglo XIX vivieron algunos de los más grandes teólogos rusos. Asistimos a un despertar de la teología dentro del clima de un florecimiento general de la cultura. Recordemos a Puskin y a Gogol en la literatura y a Glinka en la música. El esfuerzo por liberar a la teología y en general a la cultura rusa de las influencias de Occidente comenzó con el zar Alejandro 1, que reformó la enseñanza eclesiástica e impuso el ruso como lengua de enseñanza. El antioccidentalismo llevó a una aguda eslavofilia alimentada por el pensamiento de grandes personalidades de filósofos-teólogos. La reacción comenzó con el metropolita Filaretes Drozdov de Moscú (1782-1867), considerado como el teólogo más importante de la primera mitad del siglo XIX. Él nos dejó el famosísimo Catecismo cristiano extenso que alimentó religiosamente a muchas generaciones de cristianos. Ante Roma se sintió inspirado de una gran apertura «ecuménica» ante litteram. Al contrario , su contemporáneo Aleksej S. Chomjakov (1804-1860), basó su pensamiento en una plataforma de antítesis con la Iglesia romana, considerada como la que había sacrificado la libertad cristiana en favor de la unidad centrada en el papa. Sin embargo, según él, la Iglesia se basa en la eclesiología de la sobornost. Sobornoja en ruso significa al mismo tiempo catolicidad y conciliaridad, elemento que constituye la base y el principio de la vida de la Iglesia. Iglesia «católica» o "sobornaja» es la Iglesia que es según todos o según la unidad de todos. «La sobornost' de Chomjakov se presenta como un inmanentismo espiritualista, como tradición eclesial interiorizada y vivida» (G. Cioffari).
El siglo XIX se caracteriza además por las obras de tres manuales de teología dogmática: el de Macario Bulgakov (1816-1879), profesor de teología en la Academia de Kiev y luego metropolita de Moscú, el de Silvestre Malevanskij (1828-1908) y el de Nicolás Malinovskij (t 1917). Especialmente la Dogmática del metropolita Macario se ha traducido a varias lenguas y ha alimentado a enteras generaciones de teólogos ortodoxos de las diversas Iglesias. Fue también ésta la primera Dogmática que se escribió en ruso y no en latín. Podría decirse que estos manuales de dogmática, demasiado escolásticos, se escribieron sobre la pauta de los manuales católicos de aquella época y que los santos Padres constituyen en ellos un elemento muy periférico.
A finales del siglo XIX vivieron también filósofos y escritores que trataron en sus escritos el problema religioso, o en cuanto pensamiento, como Vladimir Soloviev (1853-1900) con su interesante pensamiento cristológico y eclesiológico, o en cuanto descripciórl del alma religiosa rusa, como los grandes novelistas Fedor Dostoievski (1821-1881) y Lev Tolstoi (1828-1910).
La Revolución de Octubre interrumpió bruscamente la gran vitalidad teológica del siglo anterior y de comienzos del xx. Pero grandes filósofos y teólogos siguieron escribiendo y actuando fuera de la tierra rusa, especialmente en París. Esta «fuga de cerebros» a Francia contribuyó a dar a conocer el pensamiento teológico ruso en amplios ambientes occidentales. Muchos de estos teólogos prófugos de la primera y de la segunda generación encontraron un puesto de enseñanza en los dos grandes centros de teología rusa: el Institut de Théologie Orthodoxe St. Serge de París y St. Vladimir's Seminary de Nueva York, dos faros de indiscutible valor de la teología rusa en Occidente.
Algunos de estos teólogos (entre los que la mayoría son más bien filósofo-teólogos) de la diáspora:
Nikolaj Berdjaev (1874- 1948), espíritu libre y gran pensador, un profeta de gran interés tras el derrumbamiento del sistema comunista que él había criticado duramente a partir de los principios cristianos y cuyo fin había previsto.
Pavel Florenskij (1882-1943), el único de los teólogos conocidos de este período que pasó toda su vida en Rusia y murió condenado a trabajos forzados. Su pensamiento teológico está inspirado en la sociología y el idealismo alemán: pero conoce bien a los santos Padres y los usa de forma muy inteligente.
Sergej Bulgakov (1871-1944). Se trata quizás del «mayor teólogo que ha producido la Ortodoxia en este milenio» (G. Cioffari). En sus numerosas obras teológicas intenta una interpretación sociológica de los dogmas del cristianismo con tal originalidad que deja al lector atónito, aunque no siempre esté de acuerdo con sus conclusiones.
Vladimir Losskij (1903-1958). Se trata del teólogo de origen ruso que más ha influido en la teología ortodoxa en general por su insistencia en el apofatismo, la recuperación de la doctrina palamita y la crítica exasperada del filioquismo latino.
Nikolaj Afanasev (1893-1966). Sus intereses teológicos se centraban sobre todo en la eclesiología. Su nombre va ligado a la llamada eclesiología "eucarística» : la Eucaristía hace a la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía. La Iglesia centrada en la Eucaristía se identifica con la Iglesia local y ésta con la Iglesia católica.
Georgij Florovskij (1893-1979). Quizas nadie ha contribuido tanto como él a hacer salir a la teología ortodoxa de la ("cautividad de Babilonia» de la Escolástica y a recuperar la mentalidad patrística que había perdido.
Podríamos recordar todavía a otros teólogos rusos de la diáspora como Paul Evdokimov, que ha contribuido con sus obras a la difusión del pensamiento ortodoxo en Occidente, J Meyendorff, A. Schmemann, N. Arseniev, N. Koulomzine y otros. Sin embargo, más que a los teólogos de la diáspora, habrá que mirar en adelante a los teólogos que viven y crecieron en Rusia.

Nacho Padró

Relación entre el Patriarcado de Constaninopla y Patriarcado de Moscú




Sin llegar al cisma formal, el patriarcado de Moscú ha suspendido las relaciones con la sede de Constantinopla, que tiene la primacía de honor para toda la ortodoxia. El motivo es el conflicto en torno a la Iglesia ortodoxa de Estonia, hasta ahora dependiente de Moscú, a la que Constantinopla ha aceptado bajo su jurisdicción.
La "ruptura de comunión" se ha señalado con un gesto significativo durante una solemne liturgia celebrada el 23 de febrero en la catedral moscovita. Cuando llegó el momento de leer los dípticos, en los que se nombra a todos los patriarcas en ejercicio, el patriarca de Moscú, Alexis II, y otros cincuenta obispos oficiantes no mencionaron a Bartolomé I, patriarca de Constantinopla. Una declaración oficial del patriarcado de Moscú confirmó que la omisión había sido deliberada, al subrayar que era la primera vez que se hacía tal cosa desde el año 988, fecha en que comenzó a existir la Iglesia en Rusia. Además de este símbolo, el patriarcado ruso ha prohibido a sus sacerdotes participar en actos litúrgicos con clérigos dependientes de Constantinopla.
El enfrentamiento entre los dos patriarcados a propósito de la Iglesia estonia es antiguo, y dos años de negociaciones no han podido resolverlo. Los problemas comenzaron cuando, después de que Estonia recobrara la independencia, la Iglesia ortodoxa de este país pidió sustraerse de la jurisdicción rusa, a la que había sido adscrita por imposición soviética en 1945. Hasta entonces dependía de Constantinopla, en virtud de una disposición de 1923.
Bartolomé I alega que ha vuelto a aceptar bajo su autoridad a la Iglesia estonia a petición del gobierno de Tallinn y de dos tercios de los fieles estonios. Por su parte, el patriarcado de Moscú, en su comunicado, describe la decisión como un "atentado contra la secular unidad ortodoxa" y acusa a Constantinopla de injerirse en sus asuntos internos y de violar las leyes canónicas.
La Iglesia ortodoxa de Estonia no es la primera que se separa de Moscú tras el hundimiento de la URSS. En Moldavia (república con mayoría de población de origen rumano), una parte de la comunidad ortodoxa se pasó ya al patriarcado de Bucarest. En Ucrania, la Iglesia está dividida en varias obediencias, y algunas no quieren depender de Moscú. Aunque perseguida en la era soviética, la Iglesia rusa también hizo concesiones al régimen comunista, por lo que no es vista con simpatía en algunos países que pertenecieron a la órbita de la URSS.

La Iglesia de Chipre



Esta Iglesia fue fundada por San Pablo y San Bernabé el año 45. Se independizó de la sede de Antioquía en el Concilio de Éfeso del 431. En el siglo VII fue conquistada por los musulmanes. En 1191 fue reconquistada por los cruzados de la expedición del Rey Ricardo Corazón de León y se convirtió en un estado feudal latino. Desde 1489 cayó bajo el dominio de la República de Venecia. El año 1571 fue conquistada por los turcos. La población, muy contraria a los latinos, saludó a los turcos como liberadores. Pero comenzó así una dura dominación de casi tres siglos. En 1821 la Iglesia de Chipre se unió al movimiento griego de liberación contra los turcos. El arzobispo, sus metropolitanos y muchos sacerdotes y laicos fueron ejecutados. En 1878 la isla fue ocupada y dominada por los ingleses. En 1931 el arzobispo y dos obispos fueron desterrados. De 1933 a 1947 la Iglesia estuvo en sede vacante . De nuevo en 1956 el arzobispo Makarios fue desterrado. A pesar de tantas dificultades la Iglesia contaba con una población muy religiosa de unos 400.000 fieles cuando comenzó a ser amenazada por el comunismo

Nacho Padró

La Iglesia Ortodoxa de Grecia.


Las comunidades cristianas de Grecia formaban, en la unidad con Roma, la provincia eclesiástica de Iliria. Desde el año 730 la provincia pasó a la jurisdicción del patriarca de Constantinopla lo que le arrastró al Cisma el año 1054. En 1829, cuando terminó la guerra de liberación contra los turcos, la Iglesia se separó de la jurisdicción de Constantinopla y fue reconocida por el Patriarcado Ecuménico. El Rey de Grecia, según el modelo ruso, era el dirigente supremo del Santo Sínodo. No tienen un Patriarcado propio. En 1923 el arzobispo Papadupolos reformó la constitución sinodal por la que el Santo Sinodo pasó a ser presidido por el Arzobispo de Atenas. Es el primum inter pares. Mantienen una tendencia a la organización democrática. Durante la Segunda Guerra Mundial y la persecución comunista posterior, murieron muchos sacerdotes y fueron destruidas muchas iglesias. Este debilitamiento de las fuerzas fue aprovechado por la propaganda comunista y por sectas como los Testigos de Jehová y los Predicadores Sacros. La Iglesia ortodoxa de Grecia se ha ido recuperando lentamente de esta postración. Trabaja en estrecha colaboración con el Estado. Una serie de asociaciones trabajan por la formación religiosa por medio de los medios de comunicación y las escuelas. Cada estado tiene sus propias organizaciones apostólicas. También es importante el esfuerzo que despliegan por las obras caritativas y por la formación de sacerdotes competentes. Las relaciones con el movimiento ecuménico se desarrollaron con interés, pero la comprensión del pensamiento y de las condiciones internas de la Iglesia Católica fue escasa. La Iglesia de Grecia mostró siempre una profunda aversión hacia las miras expansionistas del Patriarado de Moscú

Nacho Padró

El patriarcado serbio



Unidos desde el siglo IX al Patriarcado de Constantinopla, los serbios se mantuvieron católicos en el Cisma del siglo Xl. Pasaron a la ortodoxia dos siglos más tarde por la intervención del monje Sava Pasko, que logró constituirla en Iglesia autocéfala. En 1355 fue elevada a la dignidad de Patriarcado. Cuando en 1918 se fundó el estado yugoslavo, el patriarca se estableció en Belgrado. Bajo el gobierno del mariscal Tito fue duramente perseguida  El 16 de abril de 1346 (Pascua), Esteban Uroš IV Dušan de Serbia convocó una asamblea en Skopje a la que asistieron el arzobispo serbio Joanikije II, el arzobispo de Ohrid Nikolaj I, el patriarca Simeón de Bulgaria y varios líderes religiosos del Monte Athos. La asamblea y los clérigos acordaron y luego ceremonialmente realizaron el ascenso del arzobispado autocéfalo de Serbia a la categoría de Patriarcado. El Arzobispo, a partir de ese momento, se titularía Patriarca de Serbia, a pesar de que un documento le llamó Patriarca de los serbios y los griegos, con la sede en el Monasterio de Peć. El nuevo Patriarca Joanikije II ahora solemnemente coronó a Dušan como "emperador y autócrata de los serbios y los romanos" . El estado de Patriarcado resultó en el aumento de obispados a los metropolitas, como por ejemplo el Metropolita de Skopje.
En cuanto a la cuestión del ecumenismo, los obispos manifiestan que su Iglesia está siempre abierta al diálogo, y que hace todo lo posible por promover la Reconciliación y la Unidad entre los cristianos.
La más alta autoridad dentro de la Iglesia Ortodoxa Serbia, es la Santa Asamblea de Obispos, compuesta por todos los obispos diocesanos, los cuales se reúnen cada año en el mes de Mayo. El Santo Sínodo de obispos, está constituido por el Patriarca y cuatro obispos que gobiernan la Iglesia.

Nacho Padró

El patriarcado de Bulgaria.



Fue constituido en 1953, con la desaprobación del Pariarcado Ecuménico y de las Iglesias de Grecia y Chipre. Es el más reciente de los Patriarcados ortodoxos y cuenta con unos 6 millones de fieles . El reconocimiento del Patriarcado Búlgaro autocéfalo por el Patriarcado de Constantinopla en el año 927 d.C. convierte a la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria en la Iglesia eslava ortodoxa autocéfala más antigua del mundo, que se añadió a la Pentarquía de los patriarcados originales —los de Roma .El Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Búlgara esta constituido por el Patriarca y todos los obispos diocesanos, siendo la suprema autoridad eclesial, judicial y administrativa dentro de la Iglesia. El Sínodo se compone de dos cuerpos: 1- El Sínodo Pleno, que se reúne en los meses de Junio y Noviembre, o cada vez que se juzgue necesario, y 2- El Pequeño Sínodo, que está constituido por el Patriarca y cuatro obispos elegidos por el Sínodo Pleno por un término de cuatro años. Este Sínodo está en continuo estado deliberativo y se encargan de los asuntos de la Iglesia. El Patriarca preside ambos cuerpos y mantiene las relaciones con el Estado y con las otras Iglesias.
La Iglesia Ortodoxa de Bulgaria no escapó a los tumultuosos sucesos que acompañaron la caída de los regímenes comunistas. En 1991, el nuevo gobierno creó un Departamento de Asuntos Religiosos que dio comienzo a las reformas de las instituciones religiosas de todo el país. En Marzo de 1992 se insinuó que la elección realizada en 1971, dónde resultó electo el Patriarca Maxim había sido ilegal, porque había sido nombrado por el gobierno comunista de manera bastante anticanónica . Esto provocó una división entre los obispos, con tres de ellos bajo el liderazgo del Metropolita Pimen de Nekrop, quién solicitó públicamente la deposición del Patriarca Maxim. En enero de 1993, una delegación del Patriarcado Ecuménico visitó Sofía con el fin de facilitar una solución, pero no tuvieron éxito.
Tiempo mas tarde, la disputa generó un cisma cuando el 4 de Julio de 1996, el Metropolita Pimen fue instalado como Patriarca rival, anatemizando al Patriarca Maxim y al Santo Sínodo. Es de destacar que Bulgaria fluctuó entre Roma y Constantinopla durante un largo tiempo, convirtiéndose en uno de los mas importantes temas de disputa entre esas dos Iglesias, sin embargo los búlgaros optaron por quedar bajo Constantinopla y la influencia de la cultura bizantina.

Nacho Padró

El patriarcado de Rumanía.


Muy vinculado al de Moscú, aunque jurídicamente independiente, abarca más de 12 millones de fieles y tuvo una situación similar a la de la Iglesia ortodoxa en Rusia. Los fieles de la Iglesia ortodoxa rumana a menudo se refieren a ella como Dreapta credinţă ("creencia correcta, auténtica", nombre similar al griego Ορθος δοξος, "creencia correcta, recta"). Los creyentes ortodoxos son conocidos en ocasiones como dreptcredincioşi o dreptmăritori creştini. El Santo Sínodo, integrado por el patriarca y los jerarcas de la Iglesia en funciones (metropolitanos, arzobispos, obispos, arzobispos vicarios y obispos vicarios) es la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa rumana para todos los problemas dogmáticos y canónicos, así como para regular las relaciones con las otras iglesias ortodoxas y cristianas. Entre las reuniones del Santo Sínodo funciona el Sínodo Permanente, integrado por el patriarca, los metropolitanos y el secretario del Santo Sínodo. 
Su órgano representativo en los apartados administrativos, económicos y aquellos que no dependen del Santo Sínodo es la Asamblea Nacional de la Iglesia, integrada por tres representantes de todas las diócesis (un clérigo y dos seculares) que deben ser designados por las asambleas diocesanas respectivas por periodos de cuatro años. 
El Consejo Nacional Eclesial es, junto al Santo Sínodo y a la Asamblea Nacional de la Iglesia, el supremo órgano administrativo. Está formado por tres clérigos y diez seculares, que son elegidos en la Asamblea Nacional de la Iglesia, también para un periodo de cuatro años. El patriarca de la Iglesia ortodoxa rumana es el presidente de todos estos organismos en calidad de líder de la ortodoxia rumana.La mas alta autoridad de la Iglesia Ortodoxa de Rumania en los asuntos canónicos y espirituales es el Santo Sínodo, compuesto por todos los obispos del país, los cuales se reúnen al menos una vez al año. En otros tiempos la normal administración de la Iglesia recaía sobre el Sínodo Permanente, constituido sólo por el Patriarca y los Metropolitas en actividad. 
En materia financiera y administrativa, la mas alta autoridad recae sobre la Asamblea Eclesiástica Nacional, constituida por un clérigo y dos laicos por cada diócesis, así como también por los miembros del Santo Sínodo. 
La Iglesia Ortodoxa de Rumania es la única existente dentro de la cultura latina, su idioma, el rumano, es una lengua romance que desciende directamente del lenguaje usado por los soldados y colonos del Imperio Romano, quienes ocuparon Dacia en los tiempos del emperador Trajano en el año 106 de la era cristiana.El cristianismo en esta zona puede rastrearse hasta los tiempos apostólicos, pero la historia de su desarrollo después del retiro de la administración romana en el año 271 es bastante oscuro. Ciertamente misioneros latinos y bizantinos tuvieron una intensa actividad en la región, sin embargo cuando los principados rumanos de Moldavia y Wallachia emergieron como entidades políticas en el siglo XIV, la etnia rumana estaba ya fuertemente identificada con la Fe Ortodoxa. El uso litúrgico del idioma rumano fue aprobado recién en el año 1568, en un Sínodo local celebrado en este país. Los siglos siguientes fueron testigos del desarrollo de una tradición teológica rumana autóctona, a pesar de que tanto Moldavia y Wallachia estuvieron sometidas como vasallos del Imperio Otomano desde el siglo XVI al XIX. Los dos principados antes mencionados fueron unidos bajo un solo príncipe en 1859, y Rumania consiguió su plena independencia en 1878; como consecuencia de la nueva situación del país, el Patriarcado de Constantinopla, quien había ejercido su jurisdicción sobre los ortodoxos rumanos mientras estos integraron el Imperio, reconoció en 1885 la autocefalía de la Iglesia Ortodoxa de Rumania. Después de la I Guerra Mundial, Transilvania, quién albergaba gran número de ortodoxos rumanos, fue integrada dentro del Reino de Rumania, y en 1925 se decidió elevar a la Iglesia al rango de Patriarcado

Nacho Padró

El catolicado ortodoxo de Georgia



El Patriarcado de Moscú reconoció su autocefalia o independencia teórica. La Iglesia Ortodoxa Georgiana (nombre completo: Iglesia Georgiana Apostólica Autocéfala Ortodoxa) es la iglesia nacional de Georgia y una de las quince iglesias autocéfalas de la comunión ortodoxa. Reune a unos 4,75 millones de fieles, mayoritariamente en Georgia y la antigua URSS.
Es una de las iglesias cristianas más antiguas: según la tradición, sus orígenes se remontan al apóstol San Andrés, en el siglo I.
La liturgia de Jerusalén de Santiago, era celebrada al comienzo en lengua griega, y luego en el siglo VI en georgiano. La liturgia bizantina, en cambio, siempre fue usada en la región occidental de Georgia, pero el traspaso de la lengua griega al georgiano fue considerablemente mas lento, puesto que recién se lo adoptó como lengua litúrgica hacia fines del siglo VIII o principios del IX. La liturgia bizantina, finalmente se impuso en toda Georgia cuando la región occidental  y oriental de Georgia se unieron bajo un mismo reino y bajo un mismo Catolicado en el año 1008.
La Iglesia al principio dependía del Patriarcado de Antioquía, pero fue establecida como Iglesia independiente por el Rey Vakhtang Gorgaslan en el año 467. Por algún tiempo después del Concilio de Calcedonia (451), los georgianos de Iberia se unieron con sus vecinos armenios en el rechazo de las enseñanzas emanadas del citado Concilio, sin embargo en el año 607, ellos romperían con los armenios aceptando todas las resoluciones conciliares.
El monaquismo comenzó su esplendor en Georgia durante el correr del siglo VI, alcanzando su zenit en los siglos VIII y IX. Los monasterios también fueron importantes centros misioneros y culturales; cabe mencionar que el conocido monasterio de Iviron, en el Monte Athos, fue fundado por los georgianos, dónde muchos de sus monjes se abocaron a la traducción de textos griegos al georgiano.
Desde el siglo XI al XIII, Georgia experimentó una edad de oro con el desarrollo de una rica literatura cristiana, la cual estableció las bases de la lengua georgiana; sin embargo estos buenos tiempos culminarían con la invasión de Gengis Khan en el siglo XIII, y otra invasión en el siglo XV.
Durante el período comprendido entre los siglos XVI al XIX, el Reino de Georgia, experimentó un renacer cultural, en gran parte debido a la rivalidad entre los Otomanos y los Persas por el control de la región, permitiéndole a los georgianos la oportunidad de establecer nuevos contactos con occidente y sobre todo con Rusia.
En 1801, el Imperio Ruso anexó Georgia y a la muerte del Patriarca georgiano acaecida en 1811, abolió el patriarcado y la Iglesia Ortodoxa de Georgia fue administrada desde San Petesburgo por el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa a través de un exarca especial. Las 30 diócesis que componían esta Iglesia en Georgia fueron reducidas a tan solo cinco, y la lengua georgiana fue suprimida de las clases de teología en los seminarios y finalmente también lo fue de la liturgia, siendo reemplazado por el ruso o por el eslavo litúrgico.
Después de abdicar el Zar Nicolás II al trono de Rusia, el 1 de Marzo de 1917, la autoridad de la Iglesia Ortodoxa Rusa en los territorios que pertenecían al antiguo imperio había sido seriamente menoscabado, y el 12 de Marzo de 1917 se reunieron todos los obispos georgianos junto a su clero y al laicado con el fin de proclamar el restablecimiento de su autocefalía, y seis meses mas tarde el Concilio de la Iglesia Ortodoxa de Georgia eligió un nuevo Catolikós y Patriarca. Como es de imaginar, la Iglesia Ortodoxa Rusa no aceptó la nueva situación, pero como consecuencia de la Revolución Bolchevique en Rusia, Georgia, recuperó por corto tiempo su independencia (desde Mayo de 1918 hasta Febrero de 1921). Finalmente el país cayó en manos de la Unión Soviética, pero pese a ello, la Iglesia Ortodoxa de Georgia retuvo su independencia frente al Patriarcado de Moscú.
Pasaron varios años hasta que el Patriarcado de Moscú se decidiera a otorgar finalmente el rango de Iglesia Autocéfala a esta noble Iglesia en el año 1943, bajo el gobierno de Stalin.
 La situación de esta Iglesia bajo el poder soviético fue bastante similar a la suerte corrida por la Iglesia Ortodoxa Rusa, ya que mientras en el año 1917 funcionaban alrededor de 2455 parroquias en Georgia, en la década del 80 funcionaban alrededor de 80, junto a cuatro o cinco monasterios y un seminario.
La Iglesia Ortodoxa de Georgia, durante la época de la Unión Soviética, se vio obligada a seguir las directivas del Patriarcado de Moscú en su política internacional y ecuménica; pero con la apertura operada por Gorbachov, esta Iglesia ganó mas autonomía y logró recuperarse de una manera increíble. El 1ro de Octubre de 1988, la Academia Teológica Ortodoxa de Georgia fue formalmente inaugurada en Tbilisi (Capital del país), con la asistencia de 150 estudiantes. Actualmente existe una segunda Academia de Teología en Gelati, y seis seminarios ubicados dentro del territorio nacional, así como también un instituto para la formación de laicos.
En una carta abierta publicada el 7 de Mayo de 1997, los abades de cinco monasterios amenazaron con romper relaciones con el Patriarca Ilia, quién había servido como uno de los presidentes del Concilio Mundial de Iglesias (durante el período comprendido entre los años 1979 a 1983) por su destacada labor en este campo; pero a causa del continuo aumento de tensiones, y con el fin de evitar un posible cisma, el Santo Sínodo votó el 20 de Mayo de 1997 el retiro de todos sus delegados de ambos movimientos ecuménicos: 1- El Concilio Mundial de Iglesias, y 2- El Concilio Europeo de Iglesias. Esta acción no alcanzaría a resolver plenamente la situación, ya que algunos de los líderes anti-ecumenistas (quienes mantenían estrechos contactos con Sínodos Vetero-calendaristas griegos) llamaron a romper con aquellas Iglesias Ortodoxas que continuaran participando dentro de organizaciones ecuménicas.

Nacho Padró

El Patriarcado de Moscú


Durante el siglo XVII tuvo lugar un acontecimiento trascendental para la historia y cultura de Rusia: un cisma en la Iglesia ortodoxa rusa. En 1652 el patriarca Nikón reformó la liturgia y ritos de la iglesia ortodoxa rusa para adecuarlos a la iglesia ortodoxa griega contemporánea. Esta reforma supuso también una subordinación mayor del estamento eclesiástico al Estado, lo que impulsó una fuerte y tenaz resistencia por la parte del pueblo que fue más tarde denominada Viejos creyentes, autores del cisma religioso. La situación cambió radicalmente con la muerte del Patriarca Tijon y con la coronación fáctica del Patriarca Sergei, en efecto, este primado a nombre del Patriarcado de Moscú y toda Rusia, decidió en 1927 proclamar su lealtad al gobierno soviético y llamar a la Iglesia exiliada a colaborar con el nuevo orden político. Esta declaratoria de lealtad al soviet tuvo por consecuencia que el clero en el destierro decidiera desconocer la autoridad del Patriarca Sergei haciéndose extensiva en lo futuro a todos los Patriarcas de Moscú, hasta la retractación de la declaración de lealtad), provocando un cisma en la ortodoxia del país eslavo 
Cuando Constantinopla finalmente cayó bajo el yugo turco en 1453, Rusia expulsaba a los mongoles de su territorio, dando comienzo a un pujante Estado Independiente. A causa de la caída de Roma en la herejía, y de la segunda Roma (Constantinopla) en manos de los turcos islámicos, algunos rusos comenzaron a referirse a Moscú como la “Tercera Roma”, la cual preservaría las tradiciones de la Fe ortodoxa y la civilización romana. El Zar (César) era ahora el nuevo Campeón y Protector de la ortodoxia, del mismo modo que en otro tiempo lo había sido el Emperador Bizantino. La Iglesia Ortodoxa Rusa en este tiempo ya había comenzado a desarrollar su propio estilo de iconografía, de arquitectura sacra, así como también, sus propias tradiciones espirituales, teológicas y litúrgicas. A mediados del siglo XVII, un cisma de considerable importancia tuvo lugar en el seno de la Iglesia Ortodoxa Rusa, cuando el Patriarca Nikón reformó los numerosos usos litúrgicos locales a fin de hacerlos mas adecuados a los usos griegos. Aquellos ortodoxos que rechazaron someterse a la reforma e insistieron en continuar con sus antiguas tradiciones litúrgicas comenzaron a ser conocidos bajo el nombre de Vétero Creyentes. (En la actualidad hay algunas comunidades de vétero-creyentes dependientes del Patriarcado de Moscú, y otros que están bajo la Jurisdicción de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio).

Nacho Padró

Elementos comunes y elementos diferenciales entre los patriarcados de Constantinopla, de Alejandría, de Antioquia i de Jerusalén


·  El Patriarcado Ortodoxo de Alejandría
Era el patriarcado más importante de la antigua Iglesia de Oriente. Separado de la unidad por el monofisismo surgió en él la Iglesia copta. Los melquitas se separaron de Roma en el siglo XI siguiendo a Constantinopla. Esta Iglesia fue casi destruida por la dominación musulmana. En el siglo XVI recomenzó a mejorar bajo la dirección de patriarcas competentes hasta mediados del siglo XVIII. Pero a mediados del XIX, bajo la dominación de los turcos, el patriarcado volvió a desaparecer prácticamente, reducido materialmente a dos monasterios y diez edificios eclesiásticos. En el siglo XX comenzó otra renovación. A mediados del siglo contaba con 150.000 fieles, con 100 iglesias y unos 120 sacerdotes.

·  El Patriarcado Ortodoxo de Antioquía
En la unidad de la Iglesia, antes del Cisma, era un enorme patriarcado de 15 provincias eclesiásticas y 220 diócesis, que se extendía desde el Eufrates al Nilo. Se derrumbó por culpa de las herejías arriana y nestoriana. Un amplio sector de la población se pasó al monofisismo y rechazaron las decisiones de Calcedonia. La zona de Siria se unió a Constantinopla en su separación de Roma el 1054. Durante siglos tuvieron que sufrir la opresión de los musulmanes. En el siglo XIX los turcos renovaron la persecución religiosa con matanzas terribles. Esto provocó una gran diáspora de los fieles y por eso el patriarcado está enormemente fragmentado: unos 250.000 fieles repartidos entre Siria, Líbano y Turquía y otros 150.000 en el resto del mundo.

·  El Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén
La comunidad más antigua de la Iglesia dejó de existir por la destrucción de Jerusalén el año 70. Reapareció en el siglo II, constituida bajo la jurisdicción de Antioquía. Pero por su antigüedad fue recibiendo títulos y jurisdicciones de la Iglesia universal. Fueron fieles en Calcedonia contra el monofisismo. En 614 sufrieron la conquista de los persas con la destrucción del Santo Sepulcro y el robo de la Cruz de Cristo. El año 630 el Emperador Heraclio venció a los persas y recuperó la Cruz, pero fue atacado por sorpresa por los árabes y sucumbió dejando sin defensas la zona oriental del Imperio. Entonces se extendió la oleada islámica. El 637 los árabes conquistaron Jerusalén. A comienzos del siglo XI, bajo el Califato de Egipto recomenzaron las persecuciones y de nuevo destruyeron los Santos Lugares. El Patriarcado se unió al Cisma de Miguel Cerulario. Contaba con unos 60.000 fieles en Palestina y Jordania. La Iglesia autocéfala del Sinaí. Es la Iglesia independiente más pequeña de la cristiandad. En realidad, es un monasterio: Santa Catalina, a los pies del Djebel Musa, con los beduinos que habitan ese territorio. Fue fundado por Justiniano en el 527. En el siglo VII el abad recibió el título de Obispo de Phanar, Sinaí y Raiths. En 1575 fue proclamado Iglesia autocéfala. El abad arzobispo recibe la consagración del patriarca de Jerusalén


Nacho Padró

Motivos que dieron al traste con los intentos de unión del Concilio de Florencia



El concilio de Florencia es el único que se ha celebrado con la intención de ser un concilio de reunificación. Iniciado en Ferrara el 8 de enero de 1438, se trasladó a Florencia en 1439 y a Roma hacia 1444. Al igual que ocurrió con el II concilio de Lyon, relacionado también con la reunificación, las actas oficiales de Florencia se han perdido, por lo que hay que basarse en textos de discursos, bulas, actas no oficiales y datos indirectos. También aquí, como en el II concilio de Lyon, un motivo determinante para la participación de Oriente fue la necesidad de ayuda militar; en materias doctrinales los griegos tenían la intención de probar que los latinos estaban en el error. Eugenio IV (1431-1447), que fue quien convocó el concilio, vio en la unión un apoyo en su lucha con el conciliarista concilio de  Basilea; en distintos momentos del concilio hubo condenas de este concilio de Basilea, que se desarrollaba simultáneamente.
Las causas del fracaso fueron complejas: los griegos consideraron la ayuda militar como parte de acuerdo de unión, pero en esto se vieron defraudados; las cuestiones étnicas y polémicas fueron también factores importantes. Sobre todo, la unión fue el resultado de un proceso intelectual y espiritual de los que asistieron al concilio; otros, que no habían hecho esta experiencia, rechazaron sus conclusiones. Pero la unión no fue, como algunos afirmarían, ni comprada con dinero y honores, ni impuesta por la fuerza y las amenazas.
El éxito del concilio, por consiguiente, fue limitado. En Oriente su nombre provoca todavía reacciones negativas. Pero en Occidente condujo a un renovado interés por los Padres. Sus decretos sobre el papado sirvieron de freno al conciliarismo. Su aspiración a la unidad sin insistir en la uniformidad sigue siendo válida todavía. A diferencia del II concilio de Lyon, fue un encuentro real de espíritus y no la aceptación pasiva de un documento pontificio previamente elaborado. Su fracaso último se debió al hecho de que se reconocieron dos modelos eclesiásticos, el escolástico y el patrístico, pero ninguna de las dos partes aceptó el otro como complementario, por lo que no lo integró dentro de su propia visión.

Nacho Padró

. Causas principales que indujeron a la ruptura del 1054 entre Oriente (Constantinopla) y Occidente (Roma).


CAUSA
IGLESIA ORIENTAL
IGLESIA OCCIDENTAL
Rivalidad Política
Imperio bizantino
Sacro Imperio Romano
Pretensiones papales
El patriarca de Constantinopla considerado segundo en primacía tras el de Roma.
El obispo de Roma reclama autoridad suprema sobre toda la Iglesia.
Desarrollo teológico
Se estanca tras el Concilio de Calcedonia.
Se desarrolla y crece por medio de las controversias y la expansión.
Controversia filioque
Sostiene que el Espíritu Santo procede del Padre.
Sostiene que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo (Filioque).
Controversia iconoclasta
Envuelta durante 120 años en la disputa sobre la veneración de iconos. Finalmente concluyó que era legítima (estatuas prohibidas).
Hizo constantes esfuerzos por interferir en lo que era una disputa puramente oriental (estatuas permitidas).
Diferencias lingüísticas y culturales
Griega/Oriental
Latina/Occidental
Celibato clerical
Al bajo clero (sacerdotes) le está permitido casarse.
Todo el clero ha de guardar el celibato.
Presiones externas
Los musulmanes hicieron continua presión sobre la Iglesia oriental.
Los bárbaros occidentales fueron cristianizados y asimilados por la Iglesia Occidental.
Excomunión mutua en 1054
El patriarca Miguel Cerulario excomulgó al papa León IX tras ser excomulgado por él.
León IX excomulgó al patriarca de Constantinopla Miguel Cerulario.


Causas del Cisma
Algunos autores lo resumen entres grupos las principales causas que motivaron el Cisma:
1. De tipo étnico: La natural antipatía y aversión entre asiáticos y europeos, unidas al desprecio que en esta época sintieron los cristianos orientales hacia los latinos, a quienes consideraban contagiados de barbarie a causa de las invasiones germánicas.          
2. De tipo religioso: Las variaciones que, con el paso del tiempo, fueron imponiéndose en las prácticas litúrgicas, dando lugar al uso de calendarios y santorales distintos; las continuas disputas sobre las jurisdicciones episcopales y patriarcales que se originaron a partir de dividirse en dos el Imperio; la opinión extendida por todo el Oriente de que, al ser trasladada la capital del Imperio de Roma a Constantinopla, se había trasladado igualmente la Sede del Primado de la Iglesia universal; las pretensiones de autoridad por parte de los patriarcas de Constantinopla, que utilizaron el título de ‘Ecuménicos’ a pesar de la oposición de los papas, que reclamaban para sí, como obispos de Roma, la suprema autoridad sobre toda la cristiandad; la negativa de los patriarcas de Oriente a reconocer esa autoridad sobre la base de la Sagrada Tradición Apostólica y las Sagradas Escrituras, alegando que el obispo de Roma sólo podía pretender ser “primus inter pares” (un primero entre sus iguales); y la intromisión de los emperadores en asuntos eclesiásticos, creyéndose pontífices y reyes, y pretendiendo decidir ellos solos los graves problemas de la Iglesia.
3. De tipo político: El apoyo que buscaron los papas en los reyes francos y la restauración en Carlomagno del Imperio de Occidente (s. IX) mermaron prestigio a los emperadores de Oriente, que tenían pretensiones a la reunificación del antiguo Imperio romano.
A estas causas de carácter general pueden añadirse los cargos —en realidad, pretextos— que los patriarcas Focio y Cerulario imputaron a la Iglesia de Roma, y que pueden resumirse en los cuatro siguientes: Que los papas no consideraban válido el sacramento de la confirmación administrado por un sacerdote; que los clérigos latinos se rapaban la barba y practicaban el celibato obligatorio; que los sacerdotes de la Iglesia Romana usaban pan ácimo en la Santa Misa, práctica considerada en Oriente una herejía de influencia judaica; y, en fin, que los papas habían introducido en el credo la afirmación de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo (“Credo in Spiritum Sanctum qui ex Patre Filioque procedit”), en contra de lo que sostenían los patriarcas orientales, que no reconocían esta última procedencia.

La cuestión del Filioque



En la teología cristiana la cláusula filioque, o controversia filioque, hace referencia a la disputa entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa por la inclusión en el Credo del término latino filioque que significa: «y del Hijo».
La Iglesia de Oriente difiere de la Occidental en lo que expone el Credo Niceno acerca del Espíritu Santo. En la forma Oriental se dice: el Espíritu Santo «procede del Padre». En la forma Occidental se añaden las palabras: «y del Hijo» (escrito en latín: filioque). La Iglesia Occidental confiesa una doble procesión del Espíritu Santo: «del Padre y del Hijo». La Iglesia Oriental considera que esto es una herejía
¿Cual es el problema? Pues el problema es que para el Patriarca eso (que en cierta medida ya era desde hacia algún tiempo costumbre no oficial de la liturgia occidental) era salirse de lo establecido en los concilios de Nicea y Constantinopla (que conforman el denominado credo niceno-constantinopolitano), porque, según el Patriarca, allí no se establecía que el Espíritu Santo procediese "del Padre y del Hijo" sino solo "del Padre", por tanto, el Patriarca exigió la retirada oficial de la fórmula "y del Hijo" (es decir, "filioque") en la liturgia.
Igualmente exigió la retirada de otras innovaciones (al menos él las consideraba así) como la de consagrar pan ázimo (sin levadura) para la misa –de hecho, en 1053 y en un gesto de fuerza, el Patriarca Miguel Cerulario ordenó el cierre de todas las iglesias latinas de Constantinopla por “practicar el judaísmo” por la utilización del pan ázimo para la Eucaristía-, además de algunas otras consideraciones más secundarias. En otras palabras, el Patriarca se erigió en defensor de la ortodoxia (de ahí que a la Iglesia griega y a las iglesias orientales que la apoyaron se les denomine "ortodoxas").
En el lado oriental dos puntos se puede hacer. En primer lugar, el verso relevante en Juan (15:26) sólo habla de una que procede del Padre. En segundo lugar, además nunca tuvo la aprobación ecuménico.
Dos puntos más también se pueden hacer para el filioque. En primer lugar, se protege la verdad fundamental de Nicea que el Hijo es consustancial con el Padre. En segundo lugar, el Hijo y el Padre envía al Espíritu en Juan 15:26, y por analogía con esta relación que nos estamos justificados en inferir que el Espíritu procede del Padre y del Hijo en la relación intratrinitarias. No quiere decir esto es de divorcio, el Espíritu del Hijo en contradicción de los pasajes que hablan de él como el Espíritu de Cristo (cf. Rom 8:9;. Gal 4:6.). 

Nacho Padró

¿Por qué razones el Occidente latino condenó el concilio ecuménico de Nicea II (787)?



El Concilio de Nicea II se celebró del 24 de septiembre al 13 de octubre de 787 en Nicea. Fue convocado por Irene, madre del emperador Constantino VI. Los participantes más destacados de la asamblea fueron Adriano I, los legados papales: el Arcipreste romano Pedro y el Archimandrita del monasterio griego de san Saba y el patriarca de Constantinopla Tarasio. El concilio fue convocado a raíz de la controversia iconoclasta iniciada por el emperador León III el Isáurico en el 726.
En Nicea el Papa envió legados que aceptaron el compromiso. Pero no hubo representantes de la Iglesia occidental. Carlomagno denunció el resultado del Concilio, porque lo consideró una afrenta a su dignidad y a la jerarquía de la Iglesia occidental. El y sus sacerdotes de la corte produjeron Libri Carolini, una diatriba violentamenta antigriega, que calificó los resultados del Concilio de "entupidos, arrogantes, erróneos, criminales, cismáticos y desprovistos de sentido o elocuencia... un nauseabundo pozo del infierno". Los francos no solo denunciaron el Concilio - que en definitiva, fue la última reunión universal de la iglesia - sino que llamaron la atención sobre una nueva diferencia doctrinaria entre los latinos y los griegos. Fue la inserción, en el credo, de la formulación agustiniana Fililoque, que subrayaba la divinidad integral de Cristo al insistir en que el Espíritu Santo precedía del Hijo tanto como del Padre. Incorporaron a este  concepto el credo, que ahora se convirtió en material estándar y obligatorio en todas las misas celebradas en los territorios francos. El papado aconsejó enérgicamente que se insertara el Fililoque, pues sabía que la formulación no podía ser aceptada en Constantinopla. Constantino ansiaba evitar una riña, si tal cosa era posible, y si había que afrontarla, quería buscar una solución honrosa.
Había otras razones por las cuales estos obispos Francos objetaron los decretos del concilio. Su pueblo había sido recientemente convertido de la idolatría y sospechaban de cualquier cosa que pudiera parecer como un retorno a ella. Los germanos no sabían nada de las elaboradas formas Bizantinas de respeto; postraciones, besos, incienso y tales signos que los Griegos usaban constantemente para con sus emperadores, aún hacia las estatuas de los emperadores, y por tanto se aplicaban naturalmente a las santas imágenes; esto parecía a estos Francos servil, degradante, aún idólatra. Los Francos pronunciaban la palabra proskynesis (que significaba solamente reverencia y veneración) traducido adoratio y la entendían como significando que el homenaje era sólo debido a Dios. Finalmente, estaba su indignación contra la conducta política de la Emperatriz Irene, el estado de fricción que llevó a la coronación de Carlomagno en Roma y el establecimiento de un imperio rival. La sospecha de todo lo hecho por los Griegos, el disgusto por todas sus costumbres, llevó al rechazo del concilio lo que no significó que los obispos Francos y Carlomagno se alinearan con los Iconoclastas. Si rehusaron a aceptar el Concilio de Nicea, igualmente rechazaron el sínodo Iconoclasta de 754. Tenían imágenes sagradas y las conservaron: pero pensaron que los Padres de Nicea habían ido muy lejos, habían alentado lo que sería una verdadera idolatría

Nacho Padró