martes, 25 de junio de 2013

¿La modernidad, y el proceso de secularización, es un movimiento que erosiona el cristianismo o es su auténtico despliegue?


Centrándome en el cristianismo no puedo evitar pensar en las clases del ISCREB, cada vez más alumnos, o esa es la  impresión y sorpresa que estuvimos comentando en el día de la presencial ante el número de alumnos… ¿interés por las bases, los inicios y los principios,? ¿un despertar en la inquietud por el cristianismo?. Repaso mis clases de la ESO y me encuentro una típica afirmación: ¡¡¡yo no soy católico, a lo sumo soy cristiano!!! (sic) Estamos ante una reafirmación de búsqueda de la necesidad de respuestas a partir de unas bases conocidas (o algo conocidas) alejadas de la dogmatización y de la institucionalidad. Es un poco lo que sucede en todas las religiones, en las que se ha dado un proceso de búsqueda  similar, incluso saliendo del entorno histórico en el que se mueven normalmente, dentro de esta nueva propuesta postmodernista, en la que parece que se mira más la espiritualidad y el misticismo (presente en muchas religiones, como la cristiana, pero no por ello muy desconocidas y poco trabajadas) que otros aspectos de la misma religión.

Pienso más en un despliegue en el momento que nos reformulamos la condición original ¿Por qué no cambiar los puntos de vista?. Es como efectuar una nueva hermenéutica de nuestra esencia, dado que la que nos hemos aprendido hasta ahora no nos satisface completamente o no responde plenamente a los nuevos interrogantes que la modernidad nos plantea y eso nos obliga a buscar fuera o replantearnos el sentido de lo que somos.

Si entendemos la religión (re-ligare) como un continuo religarse con la realidad: las nuevas visiones de esta realidad desde las diferentes corrientes de pensamiento, nos han de permitir replantear nuestras creencias, sin perder la esencia que identifica al cristiano/catolico, dando respuesta a todos aquellos que acuden en busca de respuestas, tanto los de fuera como los de dentro. Es una oportunidad de crecer en el cristianismo pues nunca se ha de considerar como algo cerrado y estático, sino en flujo continuo con el movimiento del pensamiento en la historia, un re-descubrimiento permanente…que en el fondo, según nuestra manera de pensar, es donde podemos encontrar la manifestación de Dios (el “Signo de los Tiempos”).

Nacho Padró

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