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Rén: es
la virtud central del pensamiento confuciano para muchos estudiosos y ha sido
traducida como “naturaleza humana verdadera” (Lin Yutang), “humanidad
verdadera” (Legge), “humanidad perfecta” (P. Do-Dinh), “benevolencia” (Pérez
Arroyo), “amor al prójimo” y “bondad” (R. Wilhelm). Estas traducciones
aparentemente distintas tienen una explicación. El término chino está compuesto
por dos palabras: “dos” y “hombre”, por lo tanto hace referencia a la relación
entre dos seres humanos, caracterizada por el amor y la bondad. En otras
palabras, no es posible la práctica de la virtud de la humanidad sin el amor al
prójimo. Se
refiere al comportamiento que una persona debe tener para con otra, dependiendo
de la relación entre ambas. Según esa relación, las personas deben cumplir
ciertas obligaciones y responsabilidades hacía el otro.
Aunque el concepto de Ren va más allá, es la benevolencia,
la solidaridad, el amor a la humanidad que se manifiesta según Confucio como un
ansia de conocimiento hacia los demás, (Lun yu, I, 16). En este sentido
sus enseñanzas reflejan la necesidad de la pedagogía (Lun yu, XV, 38)
con respecto a quienes le rodeaban. El Ren confuciano no es un amor
igualitario, sino que es graduado según los grados de proximidad. Por ello
existe un grado de piedad filial llamado “xiao”, y tiene una presencia
muy extensa en el Lun yu. No en vano se trata de un concepto clave para el
confucianismo: el respeto a los padres (Lun yu, I, 11). Y se convierte en
elemento que estructura la sociedad (Lun yu, XI, 4). A nivel político
Confucio habla de la piedad filial, en una transposición al gobierno, como una
forma de hacer política similar al ejercicio de la virtud en las relaciones
familiares (Lun yu, II, 21).
- Yí: En
términos simples, yi
significa rectitud o justicia. Esta virtud requiere que las personas sepan
diferenciar entre lo debido y lo indebido y tomen decisiones moralmente
correctas en cada situación. Abarca los conceptos de reciprocidad y ética (Lun yu, IV, 16 y Lun yu, II, 24).También hace
referencia al conocimiento (Lun yu,
VII, 27) y a la prudencia (Lun yu,
IV, 23). Confucio creía que la naturaleza humana era inherentemente buena,
y que la humanidad compartía un entendimiento común del bien y el mal.
- Lí se refiere a los ritos, rituales y rutinas necesarios para llevar en armonía al ren. Pero no está muy clara la traducción, el término lí es de difícil traducción, tanto por su antigüedad como por su extensión semántica. Lin Yutang sostiene que significa tanto “ritual”, “propiedad”, como “buenas maneras”, pero su sentido filosófico sería “orden social ideal”. Kaltenmark lo traduce como “normas racionales de conducta”. Hansen como “código de conducta social”. Por eso, el orden social al cual se refiere lí no es un simple orden ceremonial, sino “un orden sociopolítico”, que “envuelve jerarquía, autoridad y poder”. Confucio hacía énfasis en lí como la única manera en la cual se podía llegar a una sociedad ideal. Pero Confucio va más allá del simple ritual vacío o superficial, para él realizar nuestra propia naturaleza, es decir, cultivar la virtud de la humanidad (rén), se da en relación con el orden ideal (lí), ambos conceptos están enlazados en el pensamiento de Confucio (Lun yu III, 3)
- Dé: la virtud moral, el sentido del deber, la rectitud, el bien común. La palabra “de” designa originalmente el poder o la fuerza inherente a un hombre para la realización de su misión o su función. En chino, “de” tiene este sentido primario de poder, sobre todo como ‘poder moral’, ‘irradiación’ o carisma ‘’, y de aquí deriva su uso en el sentido de “virtud moral”. Es la columna vertebral del pensamiento confuciano (Lun yu, VII, 29). Es la “ética de la virtud”, aquello que hace al individuo elegir, ante una encrucijada moral, la virtud al vicio, el bien común al beneficio personal, el deber al provecho (Lun yu, VI, 3) y la bondad a la maldad (Lun yu, XII, 16). La palabra Dé está formada por el radical de caminar, por el pictograma corazón (xīn) y por recto (zhí), aunque traducida por “virtud” podríamos entenderlo también como: caminar con el corazón/espíritu/mente rectos, sinceros; del corcel el jinete admira su energía y nobleza de carácter, no su fuerza. Esa nobleza es la virtud (Dé) que hace que el hombre sea potencialmente capaz de alcanzar el Rén humanidad. Debido quizás a que es muy difícil mantener la rectitud, entonces el sentido del deber y la voluntad están presentes en la obra (Lun yu, IX, 25).
- Zhongyong: el buen gobierno. Según su pensamiento el gobierno no es por la fuerza, sino por el reflejo del orden que el rey establece en sí mismo y que como en un espejo los demás han de verse identificados; es un acto de Wú Wéi sin acción (Lún yu II,1). Así la noción clave no es el poder sino la armonía ritual (Lún yu I,12) Es lo que políticamente se concibe como el “Gobierno por medio de la Virtud”. Pero lo trascendental del este pensamiento es esperar que el gobierno enseñe a su gente a actuar correctamente, como consecuencia de la virtud del gobernante. Es importante para el buen gobierno, practicar el concepto de “wu wei” o la inacción (Lun yu, IV, 10). Se trata de actuar sin que las pasiones (Lun yu, V, 10) ni los deseos (Lun yu XI, 25) se interpongan en el curso natural.
- Tao El gran tema taoísta, el
tao, también orientó el pensamiento de Confucio. El maestro decía a sus
discípulos: “Establece tu corazón en
el Tao.” (VII, 6). Pero mientras en Lao Tzu es una vuelta a la vida
natural, para ser nutrido por el Tao mismo, en Confucio es realizar un
camino correcto para hacernos en una forma de vida más alta, natural pero
más elevada, debido al estudio, la sabiduría, las experiencias, las normas
morales y la práctica de las virtudes. Esa forma de vida más elevada
requiere de aprendizaje permanente. El uso del término tao está asociado
con las prácticas correctas, por lo tanto con una forma de vida correcta (Lun yu IV, 9. y Lun yu IV, 5)
Es como decir que si alguien quiere seguir el buen Camino pero siente y hace otra cosa, en realidad no ha avanzado nada (Lun yu XV, 31).Claro que la voluntad debe dirigirse hacia el tao (Lun yu VII, 6). Y dado que la realización del rén está ligado al tao, llega a decir que quien habiendo escuchado al tao en la mañana, puede morir tranquilamente en la tarde (Lun yu IV,8).
- Junzi: Es el Hombre Superior que resulta de la interrelación de rén, lí
y tao. Frente al clima social inestable en el que vivió Confucio, el
filósofo encontró una salida a la crisis moral de su tiempo proponiendo un
ideal de ser humano, que él y sus discípulos quisieron alcanzar para dar
ejemplo al pueblo: junzi, traducido como “hombre superior”, “hombre
noble”, “caballero”, “sabio”, que si bien es cierto al principio hacía
referencia a la clase social, con Confucio hace referencia al hombre que
ha realizado lo mejor de sí mismo, que ha alcanzado su plenitud, que se
distingue por su calidad intelectual y moral, es decir, adquiere una
connotación antropológica y ética. Por ser el ideal de ser humano,
Confucio le dota de un amor por la sabiduría, que hay que entenderla como
el estudio de los principios de la recta razón (Lun yu XVII,4).
Confucio y sus discípulos se encaminaron conscientemente a ese ideal, lo cual implica esforzarse constantemente en “autoperfeccionarse” (Lun yu XIV, 45), trabajar su inteligencia, buscar la verdad y seguir los principios de la recta razón. El primer deber que tiene el ser humano consiste en perfeccionar su ser, realizarse a sí mismo. Por las numerosas referencias en las Analectas podemos afirmar que las dos virtudes principales que tiene que tener el hombre excelente son el pensamiento justo desinteresado (Lun yu IV-11, IV-16, V-15 o XIII-25) y la humildad (Lun yu VII-32, VIII-4 o XIII-26,), aunquehay también hay referencias a la imparcialidad del hombre excelente (Lun yu II-14, IV-10 y XV-22) y sobre su benevolencia cuando tiene que ejercer la autoridad sobre todo con el pueblo (Lun yu V-15, XIV-45 y XX-2).
Nacho Padró
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