El Confucianismo aporta
un alto estándar de moralidad y promueve
la influencia purificadora de la educación literaria y del comportamiento
cortés. Pero la asociación del T'ien
con innumerables espíritus de la naturaleza, el uso supersticioso de la
adivinación y la noción de que los espíritus superiores acompañados de las
almas de los muertos se regalaban con ofrendas, cuando no reconoce conceptos
como la gracia, o sin una enseñanza definida respecto a la vida futura,
dificulta compaginarlo con el cristianismo. Hemos de recordar que, por lo
general, a pesar de diversos intentos a lo largo de la historia del
confucianismo por distanciarse de otras tradiciones y construir una identidad
propia, no ha reclamado nunca de sus seguidores un sentimiento de pertenencia
exclusiva a sus filas, la cual cosa puede provocar un sincretismo que desvirtúe
su propia esencia, lo cual podría dificultar en los procesos ecuménicos.
Nacho Padró
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