Igual que el ballestero
tahúr de la cantiga,tuviera una saeta el hombre ibero
para el Señor que apedreó la espiga
y malogró los frutos otoñales,
y un "gloria a ti" para el Señor que grana
centenos y trigales
que el pan bendito le darán mañana.
adoro porque aguardo y porque temo:
con mi oración se inclina
hacia la tierra un corazón blasfemo.
sé tu poder, conozco mi cadena!
que la campiña arrasa,
del seco otoño, del helar tardío,
y del bochorno que la mies abrasa!
donde la oveja pace,
Señor del fruto que el gusano muerde
y de la choza que el turbión deshace,
tu lumbre da sazón al rubio grano,
y cuaja el hueso de la verde oliva,
la noche de San Juan, tu santa mano!
ventura y malandanza,
que al rico das favores y pereza
y al pobre su fatiga y su esperanza!
del año he visto mi simiente echada,
corriendo igual albur que la moneda
del jugador en el azar sembrada!
con doble faz de amor y de venganza,
a ti, en un dado de tahúr al viento
va mi oración, blasfemia y alabanza!»
no más atento al ceño del destino,
también soñó caminos en los mares
y dijo: es Dios sobre la mar camino.
más allá de la suerte,
más allá de la tierra,
más allá de la mar y de la muerte?
para el fuego de Dios la buena rama,
que fue en la santa hoguera
de amor una con Dios en pura llama?
Para los nuevos lares
estepas hay en la floresta umbría,
leña verde en los viejos encinares.
abrir al corvo arado sus besanas;
para el grano de Dios hay sementera
bajo cardos y abrojos y bardanas.
al mañana, mañana al infinito,
hombres de España, ni el pasado ha muerto,
no está el mañana ?ni el ayer? escrito.
al hombre ibero de la recia mano,
que tallará en el roble castellano
el Dios adusto de la tierra parda
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