bajo la pirámide de la Luna, en Teotihuacán, la antigua ciudad situada en el valle de México construida entre los siglos I y VIII de nuestra era y que se convirtió en una de las urbes más grandes e importantes de mesoamérica, los arqueólogos han corroborado un descubrimiento que se llevó a cabo en este lugar entre los años 2017 y 2018: una cavidad de 15 metros de diámetro y uno o varios túneles bajo sus cimientos, a unos ocho metros de profundidad. El resultado de su investigación se ha publicado este mes de junio en Journal of Archaeological Science.
Los arqueólogos han corroborado que bajo la pirámide de la Luna hay una cavidad de 15 metros de diámetro y un túnel.
La pirámide de la Luna mide 43 metros de altura y es la segunda más grande de Teotihuacán, después de la del Sol, con sus 65 metros de alto. Este espectacular edificio se construyó sobre siete capas de pirámides consecutivas entre los años 100 y 450 d.C., y en ella posiblemente tuvieron lugar ceremonias y sacrificios rituales. La pirámide de la Luna se sitúa, asimismo, en uno de los espacios más importantes de Teotihuacán, y se alza en el eje principal de la ciudad: la Calzada de los Muertos.
UNA CUEVA NATURAL
Especialistas del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia de México), en colaboración con el Instituto de Geofísica de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), emplearon técnicas geofísicas no invasivas (ANT y ERT) que permitieron identificar un vacío que se corresponde con una gran cavidad debajo del edificio, así como algunos túneles de acceso. Estos estudios confirman que los antiguos habitantes de Teotihuacán reprodujeron el mismo patrón de túneles, cuyo cometido era emular el inframundo, en todos sus grandes monumentos, como las pirámides del Sol y la de Quetzalcóatl o de la Serpiente Emplumada, donde ya se habían descubierto cuevas y túneles similares. Posiblemente en ellos se realizaron ceremonias religiosas relacionadas con el más allá, la fertilidad y la creación.
Estos estudios confirman que los antiguos habitantes de Teotihuacán reprodujeron el mismo patrón de túneles, cuyo cometido era emular el inframundo, en todos sus grandes monumentos.
Pero a diferencia de las cuevas excavadas por el hombre que se encuentran bajo otras grandes pirámides de Teotihuacán, los investigadores creen que la cueva que se halla bajo la pirámide de la Luna se formó de modo natural y se convirtió en un punto focal para los primeros pobladores de la zona, e incluso influyó en la planificación inicial de la ciudad. "El impacto histórico de este descubrimiento abre la discusión sobre el significado simbólico de esta pirámide y los orígenes de la planificación urbana de Teotihuacán", concluyen los autores del estudio
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