Según los especialistas, el primer chiste de la
historia proviene del pueblo Sumerio, civilización que ocupaba lo que en
la actualidad es Irak, y data del año 1900 a. C, según un estudio
divulgado por la Universidad de Wolverhampton (Reino Unido)70. Más
que un chiste podría considerarse un dicho, de dudosa gracia, que era muy
utilizado en aquella época: "Algo que nunca ha ocurrido desde tiempos
inmemorables; una mujer joven no se tiró un pedo sobre las rodillas de su
marido". Es de suponer que el salto temporal dificulta la comprensión del
chiste, por la cual cosa, los estudiosos de Wolverhampton consideran que la
broma en cuestión se refiere a un proverbio de los sumerios y hay que destacar
que el estudio "muestra que las bromas han variado a lo largo de los años,
dado que algunas han tomado el formato de pregunta y respuesta, mientras que
otras son proverbios ingeniosos o acertijos", afirma su autor, Paul
McDonald, profesor de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la
Universidad de Wolverhampton. "Pero lo que todas comparten es una
disposición a abordar tabúes y un grado de rebeldía", puntualizó el
profesor, al agregar que los "juegos de palabras modernos" y el
"humor escatológico" ya figuraban en los chistes identificados en la
investigación.
Y es que los sumerios poseían una interesante
literatura humorística Ejemplares de textos cómicos abarcan los géneros de
burlesque a la sátira e incluyen poemas de amor humorística y adivinanzas.
"En los productos de limpieza" (Tablilla UET 6/2,
414) hallamos la
historia de la disputa entre un depurador insolente y su cliente, un
"inmaduro" que da clases al limpiador con detalle ridículos sobre la
forma de lavar su ropa, conduciendo al limpiador a la exasperación para sugerir que él no quiere
perder tiempo en llevarlo al río y hacerlo él mismo. Otro sería El Diálogo del pesimismo que era visto
como unos saturnales por Böhl, y como una burla por Speiser, y que Lambert consideró que eran las
cavilaciones de un mercurial adolescente.
En el fondo no deja de ser un texto que representa
el diálogo entre un maestro y su sirviente que expresa la inutilidad de la
acción humana y que presenta paralelismos
con la bíblica literatura sapiencial, una prueba de la influencia de los
sumerios. Encontramos un paralelo entre la temática del Diálogo del pesimismo y
el Libro de Qohelet en el Antiguo Testamento. Las afirmaciones y las negaciones
dadas por el esclavo del diálogo son similares a la lista de acciones y sus
opuestos dados en Qohelet 3:1-9 ("un tiempo para nacer y un tiempo para
morir..."). Qohelet, como el Diálogo, ha sido objeto de interpretaciones
pesimistas y optimistas, y también es susceptible a la interpretación de que la
incomprensibilidad del universo y el punto de la vida humana a nuestras
limitaciones y el conocimiento trascendente de Dios.
También hay algunos paralelismos y contrastes con el
Libro de Job. Al igual que el Diálogo, también considera la muerte como una
opción frente a las contradicciones de la vida (Jb 3,2-13), aunque nunca
contempla el suicidio. Por otra parte, Job no concluye con una nota de la
muerte: más bien, el tema estaba presente desde el principio. El uso de la
ironía y la sátira para sondear los misterios de la vida cuentan también, tanto
en el diálogo y el trabajo (por ejemplo, Jb 9,39-31). Además, un proverbio que
aparece al final del diálogo "que es tan alto como para ascender a los
cielos, ¿quién es tan alto como para rodear el mundo subterráneo?" tiene varios paralelos bíblicos,
entre los que destacan el primer verso de los proverbios de Agur (Pr 30,1), Dt
30,11-14, Jb 11,7-9; y Jb 28,12-18
En
esta literatura humorística sumeria también encontramos El Aluzinnu ("embustero",
un bufón, o payaso) texto existente en cinco fragmentos de la época neo-asirio
se refiere a un individuo, dābibu, Akil Karsi, "asesino de
carácter", que se ganaba la vida a otros entretenidos con parodias, la
mímica y canciones escatológicas. O El
Pobre de Nippur que ofrece un relato subversivo del triunfo de los de abajo
a través de su superior, mientras que la mordedura de perro de
Ninurta-Pāqidāt, también conocido como el cuento del doctor Analfabetos en Nippur,
es un texto escolar de carácter bufonesco que fue publicado por primera vez en
1979 por Antoine Cavigneaux. Generaciones de asiriólogos, como Erica Reiner,
han identificado la pieza como un ejemplo temprano del humor lavatorial.
Pero ese humor
sumerio no era tan vulgar, también hay lugar para el “humor teológico”.
Unas tabletas de arcilla con escritura cuneiforme de hace unos 5.600 años,
recién excavadas, recogen las quejas de un sumerio, que se pregunta por qué
crear la luz cuando ya había. Han estado una semana sin poder hacer nada,
mientras Dios andaba creando criaturas absurdas, como esos dos seres humanos
que ni saben matemáticas, ni agricultura, ni nada, según se puede leer en las
tablillas de los sumerios -los
primeros humanos que desarrollaron sistemas de escritura, agricultura y
gobierno- estaban trabajando en sus sofisticados sistemas de irrigación cuando
el Padre de Toda la Creación apareció del éter e insufló el divino espíritu de
la vida en su floreciente civilización. “No lo entiendo”, se puede leer en una
línea de pictografías que representan al sol, la luna el agua y a un sumerio
que parece estar rascándose la cabeza. “Una voz atronadora está diciendo:
"¡Hágase la luz!", pero de hecho ya existe la luz. Está diciendo:
"¡Hágase la hierba!", pero ya estoy de pie sobre la hierba”. “Todo
eso ya existe” continúa la pictografía. “No necesitamos más estrellas”
Parecería que los sumerios se quedaron desconcertados por la
creación de los mismos animales y plantas que ellos habían estado domesticando
y cultivando durante cientos de generaciones. “Los sumerios debieron sentir más
una molestia que cualquier otra cosa en la creación Divina del Cielo y de la
Tierra en medio de su bien establecida sociedad”, dijo Paul Helund, profesor de
historia antigua en la Universidad de Cornell. “Si lo que las pictografías
indican es cierto, Su potente voz interrumpió sus antiguos rituales de rezo
durante una semana”.
Según las tablillas
cuneiformes, los asiriólogos consideran que los sumerios encontraron que el
acto más confuso de Dios fue la creación desde el polvo de los dos primeros
seres humanos.:
“Estas dos personas hechas a su imagen
no saben cómo comunicarse, carecen de habilidades en matemáticas y agricultura,
y tienen la capacidad intelectual de un niño”, escribió un filósofo sumerio. “Deben
ser la creación de un completo idiota”.
Pero
quizás la expresión más conocida, y por tanto más exportada, sería la de los
mitos, veamos el mito sumerio "Enki
y Ninhursag" donde podemos rastrear
la relación de contacto entre el pueblo sumerio y el cananeo y de paso ver el
sutil sentido del humor que podría haberse transmitido. En el mito de Enki y Ninhursag
tenemos a Enki, el dios de la arquitectura, ordenador del espacio habitado, y
Ninhursag, una antigua diosa-madre, diosa de las montañas- ambos ligados en una
historia extraña.
Según el mito, Ninhursag tuvo que dar a luz a ocho
diosas para que curaran ocho males que afectaron a Enki después de que hubiera
ingerido vorazmente ocho plantas que la misma Ninhursag engendró con el semen
de Enki. El significado del mito no está claro. Quizá describa las nefastas
consecuencias de actos desabridos o intempestivos (la lujuria y la gula de
Enki), o la creación de plantas medicinales. El mito, sin embargo, presenta un
interés insólito: la creación de la diosa Ninti. Ninti, literalmente, significa
Nin-ti: Señora Costilla. Fue creada para que curara a Enki de un
punzante dolor que tenía en un costado. Podría ser que Ninti estuviera en el
origen de la extraña historia de la creación de Eva a partir de la costilla de
Adán. El hebreo hawwâh (que ha dado lugar a Eva), que deriva de hawah,
respirar, vivir, significa viviente; el sumerio ti, por su parte, se
traduce tanto por costilla como por vivir, sentarse, morar. La diosa Ninti
sería pues la Señora de la Costilla o la Señora que deja vivir, es decir, que
deja habitar. La equiparación entre costilla y vida, en sumerio,
se basa en un juego de palabras que, al parecer, suenan igual, pero que se
escriben de manera muy distinta: vivir se escribía til y costilla, uzuti (siendo uzu el
determinativo que indica que la palabra que introduce designa una parte del
cuerpo). Si la creación de Ninti es una broma, la creación de Eva, tan extraña
y que da tantos equívocos e interpretaciones, ¿no reflejaría también un humor
socarrón, que la versión griega y latina de la Biblia no habría podido o
querido reflejar al no poder expresar la sutileza de las traducciones?
Nacho Padró
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