"¿Queréis
que os diga cuales son las mejores de vuestras acciones, las más nobles para
Vuestro Señor, aquellas que os elevan a lo más alto, y para vostros mejores que
gastar oro y plata en limosna, y para vosotros mejor que encontrar a vuestro
enemigo en una batalla para matalro o que os mate? Respondieron: Sí, claro. El
reanuda: Pues, es la invocación de Dios".
Hadith de Abû ad-Dardâa
El Dhikr
o Zikr , ("Memoria de Dios", "pronunciamiento",
"invocación") es un acto
devocionario Islámico, caracterizado por la repetición de los nombres de Dios,
súplicas o fórmulas tomados de los textos hadiz y versos del Corán,
relacionados con la meditación sufí. Dhikr se suele hacer de forma individual,
pero en algunas órdenes Sufi se instituye como una actividad ceremonial. El recuerdo de Allah (dhikr) es
una de las prácticas sufis más conocidas. Consiste en la repetición de los Más
Bellos Nombres de Dios, sus 99 atributos. Así el Dhikr, dentro de la mística sufí, como recuerdo de Dios, consiste la repetición
del nombre del Invocado por medio del corazón y la lengua, poco importa que
este consista en la mención del nombre de Al-lâh,
de una de Sus cualidades o de Sus funciones, de uno de Sus actos, o de
cualquier otra alusión; que se trate de un dua
(plegaria), de la mención de Sus mensajeros o de Sus profetas, de Sus amigos,
de aquello relacionado con ellos, de aquello que está próximo a Él en alguno de
Sus aspectos o de un acto cualquiera; y ya se lleve a cabo por medio de la
recitación, de la invocación, de un poema, de un canto, de un acto espiritual o
de narraciones tradicionales, pues en todos esos casos el objetivo profundizar
en su recuerdo. Y este Recuerdo debe de ser constante, sin pausa y en todo
momento, situación o lugar. Iniciarse en el recuerdo de Allah es fundamental
para el que busca acercarse a Allah cumpliendo con los pasos del Qur´aan
y del Sunna. Comenzar a adentrarse en el dhikr Allah es comenzar a
introducirse en las profundidades de uno mismo.
Históricamente se considera que el Dhikr (La Ilaha
ill"Allah ) era el primer mensaje transmitido por el Profeta a su
comunidad. Al principio de la Da"wa no había otras prescripciones
más que Dhikr y la lectura del Corán. Con el Dhikr frecuente
y abundante se llegaba al amor del Señor y también a la obediencia dulce y
apaciguada. Abdullah ben Busr-raa cuenta: Un hombre preguntó :"¡Oh mensajero
de Dios! Encuentro que las leyes divinas son numerosas, indícame una a la que
puedo aferrarme." El Profeta le contestó: "Mantén tu lengua
mencionando a Dios" (recogido por par Al-Tirmidhi). Texto que se
interpreta con la idea de que con la mención frecuente y abundante de Dios
llegaremos a amarle y a adorarle como se debe y viceversa, si le amamos no nos
cansaremos nunca de menciónale. A pesar de esta tradición se desconoce el
origen del dhzikr y sus formas.
Es posible que los sufíes se inspiraran en
métodos budistas o hindúes, pero aportando importantes innovaciones y
convirtiéndolo en un método original con formas muy variadas. Uno de los
desarrollos de la técnica del dhzikr consiste en prestar atención al propio aliento y
dirigirlo de una manera interior, más que aparente. La forma más característica
en el aspecto acústico es el dhzikr
de la sierra» (arre),
que al parecer se remonta a Ahmad
Yasawi (m. 1167), un discípulo de Yusuf Hamadani (m. 1140). Consiste en emitir
un sonido ronco y profundo, tanto al inspirar como al espirar. Otros, más
corrientes, consisten en una expansión rítmica más o menos melódica.
También se considera que el dhikr es el primer paso en la vía del
amor; pues, cuando se ama a alguien, gusta repetir su nombre y se le recuerda
constantemente. En consecuencia, el corazón de aquel en quien ha sido
implantado el amor de Dios se convertirá en morada permanente del dhikr (A 10,44). Es, según la imagen
algo particular de Attar, uno de los cuatro elementos constituyentes del sufí
perfecto:
El alma necesita cálido amor, el dhikr debe,
mantener la lengua húmeda,
la ascesis árida y la piedad son necesarias
y se añadirá un frío suspiro procedente de
la frialdad de la Certeza.
Éstos son las cuatro elementos constitutivos
de un ser humano bien equilibrado (U 11).
Los místicos atribuyeron al mismo Muhammad el elogio al
dhikr,:
Quien se acuerda de Díos entre los negligentes
es corno un combatiente en medio de los que huyen,
como un árbol verde en medio de árboles
secos (G 1265)
Sea como sea, durante el ritual, al estar
continuamente repitiendo la frase lâ ilaha illa-Llâh, el corazón se
une a la lengua, la mente es limpiada de toda imaginación, el objetivo es
alcanzar la jadhbah, el éxtasis momentáneo. Se dice que uno escucha
desde todos los miembros de su cuerpo el canto de la alabanza a Allah. “El cuerpo tiembla y se mece como un sauce
con el viento, como si un ave revoloteara dentro del pecho. Uno está ya para
siempre despierto de la inconsciencia y es guiado a La Presencia. Esa es la
felicidad eterna”.
Los místicos que exhortaban a sus discípulos a “enseñar el dhikr al ruiseñor de la lengua”
elaboraban, como para las etapas y los estados místicos, una progresión que
comprende diferentes grados de rememoración. Debemos recordar que talqín adh-dhikr, la enseñanza de la
fórmula de rememoración, era uno de los aspectos más importantes de la iniciación
mística y fue desarrollado posteriormente para convertirse en una complicada
técnica. Sólo un dhikr adecuadamente
inspirado por el director espiritual y controlado constantemente por él era
eficaz
Por todo esto, la Remembranza de Allah deberá ser
la principal actividad de la vida de un sufí; debemos procurarla a todo momento
y en toda circunstancias; consagrarnos a Allah mediante Su Recuerdo y se nos
indica también dos momentos especiales el amanecer y el ocaso, que en muchas
tradiciones se consideran que son dos momentos cuando se abren las puertas
Celestiales. Aunque una de las características especiales de la práctica del
recuerdo es que no tiene un tiempo asignado. En verdad, no hay momento en el
que al siervo no se le ordene el recuerdo de Dios, sea un deber obligatorio o
recomendado. La plegaria ritual, aunque es la más noble de todas las
devociones, no es posible algunas veces, mientras que el recuerdo del corazón
es constante en todas las circunstancias.
El dhikr podía
ser aprendido, sea de un maestro vivo, sea de Khidr, el guía misterioso de los
peregrinos; pero, en todos los casos, ésta debía ser una verdadera iniciación.
La fórmula debe ser transmitida gracias a una cadena de guías espirituales que
se remontan hasta el mismo Profeta o al angélico inspirador de Muhammad. A
veces se hacían remontar las diferentes técnicas del dhikr a los primeros califas: según algunos, Muhammad enseñó a Abü
Bakr la-técnica del dhikr silencioso
cuando estaba con él en la cueva, durante su emigración a .Medina, mientras
que Alí le correspondió el dhikr en
alta voz (Fletcher, s.f.)
Los que saben dicen que hay varios niveles en la remembranza de Allah:
·
Recordar verbalmente. Dicen que el estar en
continuo recuerdo es la llave al mundo de los malâika, al mundo de las
almas. Es el medio que nos lleva a estar cerca del Creador. Lo oculto se hace
visible, lo desconocido se vuelve conocido, el júbilo recibido hace que la
alegría más grande de este mundo parezca una pena. Uno está sumergido en amor
divino.
·
La remembranza que desciende desde la lengua al
corazón. La remembranza penetra en el alma, el recuerdo silencioso, la esencia
de la evocación se esparce a todo el ser. La manifestación física de esto es un
violento temblor del cuerpo, las palabras ALLAH y HU salen en una exclamación
sin control, finalmente se cae inconsciente. Aquel que desea obtener el
conocimiento divino, debe prolongar su remembranza hasta que la declaración
verbal llegue al corazón, luego penetre dentro del secreto y la esencia. Si uno
continuamente mantiene el recuerdo de Allah en el corazón día y noche, el alma
humana, fortalecida, vence al alma animal en uno. Entonces uno conoce y llega a
la perfección.
La Remembranza debe significar para nosotros
traer a nuestra memoria Allah, el tenerlo presente en nuestro corazón, así como
despertar en el corazón Su Presencia y los Nombres de los atributos divinos
gravados en la tabla sagrada del corazón desde la creación del alma; asimismo,
es dejar de dormir al mundo de las ilusiones y del egoísmo, ese dejar de dormir
es volver a vivir en el corazón (re-cordari)
y estar despierto a la Realidad. La Remembranza de Allah, es el trabajo
esencial y la columna vertebral de los trabajos y enseñanza de las escuelas
sufis y dentro del Islam la más alta Remembranza es la recitación del Sagrado
Corán; el Dhikr como dice Mevlana son las “alas
del espíritu” que nos permitirán volar, es el alimento del alma y la medicina
del corazón“ con lo que se tranquilizan los corazones”.
Hay diez condiciones de preparación para la remembranza de Allah.
1.
Tomar una ablución total, luego una ablución ritual.
2.
Realizar dos ciclos de oración.
3.
Estar en un lugar extremadamente limpio.
4.
Borrar toda preocupación del mundo de nuestro corazón
5.
Sentarse en una piel de cordero, en dirección a la qibla,
sentado sobre las rodillas o con las piernas cruzadas.
6.
Entrecerrar los ojos para llevar la atención al
corazón.
7.
Mantener la imagen del sheik de uno en la mente.
8.
Estar en un estado de mucha conciencia, estar atento.
9.
Haber comido una cantidad moderada de comida y una
buena cantidad de mantequilla, y no estar hambriento ni repleto.
10. Expulsar
todo pensamiento y sensación de placer físico.
Si durante el ritual se siente confusión, que el
sentimiento de placer y excitación es que se trata de una reminiscencia de los
placeres del mundo, es una indicación de que uno está bajo la influencia de la
carne y la lascivia. Si esta persona repite internamente la ma’buda
illa-Llâh mientras verbalmente está repitiendo lâ ilaha illa-Llâh, se
espera que sus sensaciones del mundo se debiliten y su lascivia se extinga y
así sus placeres espirituales tengan identidad propia. Aun cuando se logre un
estado espiritual durante el ritual, uno debe interponer repitiendo
internamente la ma’buda illa-Llâh mientras uno repite en voz alta lâ
ilaha illa-Llâh, dirigiendo las palabras illa-Llâh hacia el
corazón, para que el corazón se despierte y los ojos del corazón se abran.
Luego entonces, es de esperar, uno verá muchos secretos y el corazón se llenará
con conocimiento divino.
Desde el siglo IX el rosario (tasbïh, subha) ha sido utilizado para
contar la repetición de las fórmulas; sin embargo, el místico verdadero
consideraba este medio como un juguete “para
provocar la distracción”. Un sufí que practicara la verdadera rememoración
apenas se serviría de ella, pues estaba absorbido en su oración. Sin embargo,
a veces la «distracción» es necesaria, pues aporta una relajación tras la
tensión mental que resulta as ia práctica constante e intensa del dhikr (N 71),
No hay ninguna razón para dudar de las historias que presentan a sufíes bañados
en sudor mientras pronuncian la shahada
o capaces de hacer que la nieve se funda alrededor de ellos a causa del calor
procedente de su meditación. Se dice lo mismo a propósito del tapas, el “calor” ascético de los
ascetas hindúes, y a propósito de santos cristianos. Un manual perteneciente a
un periodo posterior ordena al sufí beber agua después de ía realización del
dhikr, para refrescar e1 calor intenso que ha producido. Algunos ascetas sufíes
indios aumentaban la dificultad de su tarea poniéndose ante el fuego un día de
verano, de manera que el calor era realmente intolerable para todo el mundo,
costumbre heredada de los ascetas hindúes (A'zam, 1956, 166).
Los
sufís consideran que Lâ ilaha illa-Llâh es la palabra de Allah.
Ellos afirman que el sonido de estas palabras son el eco toda la creación
material; el significado es el alma de la creación. Cuando dices Lâ ilaha
("No hay dios") inhalando, esa ráfaga de viento que respiras
sacude el polvo de tu corazón limpiándolo de todas las cosas indignas del mundo
que te han infestado, pues estas diciendo que no existe nada digno de devoción.
Cuando enérgicamente diriges las palabras illa-Llâh ("sino
Allah") hacia el corazón, exhalas dentro del corazón la creencia en Allah,
y el amor de Allah entra en él. Estás plantando la semilla del árbol del
conocimiento divino, un árbol cuyo fruto es el conocimiento de Allah. Es este
motivo que hace que la invocación de Dios (La Ilaha ill"Allah)
tenga una importancia capital para el aspirante que quiere ir hacia Dios, que
desea purificar su corazón (no se refiere al órgano, es el alma, el interior,
el espiritu...) y alcanzar el grado de excelencia.
Se considera que son tres las estaciones en el
camino al conocimiento divino. Primero el estado de purificación, extrayendo
del ser la acumulación de los mi y mío, de conocimiento falso, de falsa
personalidad, falsos temores y esperanzas, del sentido equivocado de propiedad,
cosas que uno piensa que posee. El segundo estado es también vaciarse, pero
vaciarse del propio ser, perdiéndose, despojándose de los muchos "yos".
La primera etapa es decir: "no hay nada aquí"; la segunda es
decir: "Ni siquiera yo." La tercera etapa es ser capaz de
quedarse en ese estado.
Lâ ilaha illa-Llâh lo lleva a uno al
primer estado, que es la estación del corazón. La segunda es la estación del
alma, que es alcanzada con el nombre Allah. La tercera etapa es llamada el
secreto, donde todos los secretos son divulgados, y es alcanzada por medio de
HU. Lâ ilaha illa-Llâh es el imán del corazón, que te atrae hacia él.
Allah es el imán del alma. HU es el imán de la esencia secreta.
Se pueden distinguir dos grados diferentes que
reflejan los distintos estados de acercamiento a la Divina Presencia:
ü
El dhikr que la gente corriente realiza con su
lengua (dhikr jalí, jahri, alaniya,
lisani)
ü
El dhikr que la gente especial realiza con su
corazón(dhikr khafi, qalbí)..
Esta última es habitualmente considerada
superior a la primera, y existe incluso un hadiz para señalar su elevado rango
(L 42) .El dhikr más avanzado, que se encuentra más allá de las palabras y de
las descripciones, el cual corresponde a estados en los que uno percibe la ayat del Quráan en la cual Allah
declara: Yo estoy más cerca del hombre
que su vena yugular. El dhikr en alta voz, sin embargo, juega un papel
importante en el ritual común de los derviches. Aquel que ofrece el dhikr con su lengua no hace más que
pulir el espejo de su corazón para llegar a ser lo bastante puro para reflejar
la belleza de Dios. Pero, como dijo un sufí, es el mismo espejo el que debería
ser limpiado, y no el mango o la parte de atrás; si el discípulo no comprende
las implicaciones de este pensamiento, el peligro consiste en que practique su
dhikr silencioso «con el estómago y no con el corazón»
Entre los grandes beneficios que afirman los
sufíes que produce el Dhikr, se encuentran los siguientes:
1- Repele, debilita y aleja a Shaytan.
2- Agrada a Allah.
3- Acaba con la preocupación y la tristeza del corazón.
4- Produce dulzura, alegría y fuerza al corazón.
5- Borra y aleja las malas acciones.
6- Salva a las personas de ser castigados en el Día del
Juicio.
7- Es la semilla para el Paraíso.
La mejor forma de meditar el Dhikr es en grupo y
en silencio, también es posible con la voz, pero siempre de forma moderada, ya
que no está permitido alzar la voz. Aunque en este tema ha habido muchas
controversias, como con el caso de una gran escisión en la orden naqshbandí en
Asia Central en los siglos XVI y XVII que acarreó graves consecuencias políticas,
en particular guerras de religión en Sinkiang y también entre algunos místicos.
Es importante mencionar que la recitación del Sagrado Corán también se le llama
el Recuerdo de Dios y que queda expresada en el mismo Corán:
-
Recuerda a tu
Señor y dedícate a El, el Único Merecedor de ser onsagrado…(Sura 73, 25)
-
Recuerda a tu
Señor de día y de noche…(Sura 76,25).
-
Recuerda a
tu Señor más y más y alabale al amanecer y en el ocaso. (Sura 3, 41)
-
«Quienes creen y cuyos corazones están
tranquilos con el recuerdo (invocación) de Dios - ¿Acaso no se tranquilizan los
corazones recordando (invocando) a Dios?»(Sura 13,.28)
-
«¡Oh, los que creéis! ¡Recordad a Dios con
frecuencia!»(Sura 33, 41)
-
"Recuérdame y yo te recordare"
(2:152)
-
"...Y recuerda a tu Señor mucho y glorifícale
al anochecer y al alba" (3:41).
-
"Aquellos que recuerdan a Allah de pie
sentados o recostados..." (3:191).
-
"Quienes crean, aquellos cuyos corazones se
tranquilicen con el recuerdo de Allah - pues ciertamente en el recuerdo de
Allah los corazones se tranquilizan -"(13:28).
-
"...Y hombres que recuerdan mucho a Allah y
mujeres que lo recuerdan..." (33:35).
-
" Creyentes!. Recordad mucho a Allah!.
Glorificadle mañana y tarde!." (33:41-42).
-
"El que abandona la invocación del
Clemente, Le atribuimos un demonio que
será su acompañante" (sura
43,.36)
-
"Recuerda a tu Señor internamente con
humildad y temor, reza sin voz elevada por la mañana y por la tarde, y no estés
entre los descuidados). Quienes están próximos a Dios, no desdeñan su
adoración: le alaban y se prosternan". (Sura 7 204/206)
Nacho Padró
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