La
argumentación de Jesús se apoya en una cita del Sl 110,1, y deja entrever que este salmo era interpretado de
manera mesiánica. Ha sido notada la importancia de que el Sl 110 cita en el v.4
la figura de Melquisedec: "El Señor
no se desdice de lo que juró: «Eres sacerdote para siempre, como lo
fue Melquisedec»" y varios autores han observado
que el v.4 del Sl 110 puede ayudar a captar el ambiente en el que se produce la
pregunta de Jesús en Mc 12,35-37.En este texto, el nombre de Melquisedec es un
indicador del Mesías davídico, seguramente debido a la etimología del nombre,
ya que el "rey de justicia” puede ser – y en la época es muy probable que
lo fuera-- una denominación del "rey justo" con el que es llamado el
Mesías davídico (SlSal 17,32; cf. Is 11,4; Jr 23,5; 33,15)
No puede haber ninguna
duda de que este salmo espera a Cristo. Jesús mismo lo cita para demostrar que
David sabía que su cumplimiento final vendría con Aquel que es mayor que él
(Marcos 12:35-37 y paralelos). Incluso antes de la venida de Cristo, una
interpretación profético-mesiánica del salmo era bien conocido entre los
intérpretes judíos. Sin embargo, como todos los demás salmos reales, de Ps. 110
hace frente a la hora en que se compone primero. Es probable que se cantaba en
el momento de la coronación del rey. La composición parece haber sido escrito
después de que David derrotó a Jebús (Jerusalén), y celebra su victoria y la
entronización de esa ciudad, explicando por qué él también hereda el real
sacerdocio de Melquisedec.
Centrándose en dos oráculos divinos, el primero (v. 1) muestra la estrecha relación de subordinación, sino, que el rey humano lleva al rey divino. Los escritores del Nuevo Testamento citan este oráculo para demostrar después de la resurrección de Jesús la gloria y para que apunte a la lucha entre Dios y los poderes espirituales de maldad (Hechos 2:34, 35; 1 Corintios 15:25;.. Efesios 1:20; Colosenses 3:1;. Hebreos 1:13, 1 Pedro 3:22)..
El segundo oráculo nombrado el rey como sacerdote, sino como un tipo especial de sacerdote. A diferencia de la herencia sacerdocio de Aarón, este sacerdocio es descendiente de Melquisedec (Génesis 14:18-23), cuyos orígenes están relacionados con la misteriosa Jesucristo, el gran Sumo Sacerdote (Heb. 5:6; 7:17; 8: 1; 10:12-14).
Centrándose en dos oráculos divinos, el primero (v. 1) muestra la estrecha relación de subordinación, sino, que el rey humano lleva al rey divino. Los escritores del Nuevo Testamento citan este oráculo para demostrar después de la resurrección de Jesús la gloria y para que apunte a la lucha entre Dios y los poderes espirituales de maldad (Hechos 2:34, 35; 1 Corintios 15:25;.. Efesios 1:20; Colosenses 3:1;. Hebreos 1:13, 1 Pedro 3:22)..
El segundo oráculo nombrado el rey como sacerdote, sino como un tipo especial de sacerdote. A diferencia de la herencia sacerdocio de Aarón, este sacerdocio es descendiente de Melquisedec (Génesis 14:18-23), cuyos orígenes están relacionados con la misteriosa Jesucristo, el gran Sumo Sacerdote (Heb. 5:6; 7:17; 8: 1; 10:12-14).
La esperanza de una
restauración del reino de David tras su extinción recorre los salmos exílicos y
postexílicos 89 y 132, que hacen suya la interpretación deuteronomística de la
profecía de Natán de 2 Samuel 7 (No faltará nunca un rey de la semilla de
David). Los hermeneutas discuten si la complementación postexílica del Salmo
2,10ss (“ Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra.
11 Servid a Yahvé con temor, y alegraos con temblor. 12 Besad al Hijo, para que
no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor.
Bienaventurados todos los que en Él confían”) se refiere al reino de Dios
del final de los tiempos o a la sumisión al hijo de Dios, es decir el rey
actual. Es seguro de cualquier modo que en la época del judaísmo temprano (en
torno a los siglos II y I a.C.) y en la del Nuevo Testamento David fue visto y
considerado como profeta, y el salterio, con sus plegarias que tienen como
centro el rey, contiene el anuncio de un mesías para el fin de los tiempos
unido a la figura de David. A este David se le promete en el mundo del Nuevo
Testamento que recibe los salmos como Escritura sagrada que tendrá un sucesor
que será el Señor, el kýrios en griego, como Yahvé (Mc 12,36s).
Nacho Padró
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