sábado, 28 de julio de 2012

La Cuaresma.

Considerada como un camino hacia la conversió. Pero una conversión que implica ponerse al lado de Dios que no que Dios se ponga de nuestra parte. "convertíos y creed en el Evangelio" son palabras que se pronuncian el Miércoles de Ceniza, una conversión al origen (arcilla) para nacer de nuevo (resucitar a una persona distinta):"El señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo".(Gn 2,7) Convertirse implica dl morir a aquello que en nosotros obstaculiza la vida, bloquea su plenitud... Se busca eliminar todo lo que me impida ser yo mismo. En esta conversión, el pecado pasa a ser redención, la miseria en salvación, la violencia en ternura, el cansancio en generosidad, la cobardía en audacia, la fatiga en consuelo, los insultos en compasión, las traiciones en amistad, el cálculo en compromso, la dureza dn bondad, la fragilidad en misericordia y la huida en retorno... Como n la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-20), donde al final el hijo se da cuenta que le faltaba algo.... El Padre.

 
Nacho Padró

lunes, 23 de julio de 2012

Valoración personal del documento “El cristianismo y las religiones” dela Comisión Teológica Internacional (1997)


El hecho religioso del ser humano reside en el descubrimiento de su trascendente hacia algo, llamémosle Misterio, que le supera y abruma. Bajo esa consciencia meta-humana se construye todo un artificio de búsqueda de verdad y comprensión. Los cristianos, como infinidad de religiones, han buscado dar sentido y respuesta a ese hecho y lo han centralizado en la figura de Jesucristo como encarnación de un Dios paternal (Abba), y que es el eje principal de su creencia-verdad y con la que interaccionan con  los demás... sin perder el horizonte del objetivo salvífico por su mediación (A Dios por Cristo).
Uno de los mayores desafíos a los que se confronta una teología cristiana de las religiones, es la de reconocer que cada religión merece ser estudiada en sí misma con sus luces y sus sombras, lógicamente nos acercarnos a ellas desde nuestra historia, cultura y creencia y para ello la Declaración nos marca una pauta interesante desde el magisterio eclesial, al que todo buen católico debe respetuosa obediencia... pero cayendo en la tentación de centralizar la salvación también desde la Iglesia (A Dios por Cristo y A Cristo por la Iglesia), cuya misión quizás debería ser más magisterial.
Y todo esto queda bastante bien reflejado en una buena parte de la Declaración donde se hace insistencia en el aspecto de Jesucristo como elemento salvífico más importante  para los cristianos, pero que al ser considerado como único, anula la posibilidad de un diálogo interreligioso, alejándonos del objetivo que es el Misterio. Y en el fuerte peso que se le da a la Iglesia como universale salutis sacramentum (tema que ocupa una parte del documento)
Otro tema recurrente en el documento es el problema de la verdad de las otras religiones. De hecho, esta cuestión es tratada de un modo explícito por dos veces en el documento, lo que da idea de la importancia que le atribuye: cuando realiza el status quaestionis y cuando se abordan en la tercera parte las consecuencias teológicas de los presupuestos tratados. El documento trata de acoger y respetar los valores de las religiones, siguiendo el ejemplo que entonces ya había dado el más reciente magisterio. Pero a la vez evita todo relativismo, no habla de las religiones como caminos de salvación, aunque se afirma la posibilidad de que en algunos aspectos puedan ayudar en este sentido a sus seguidores. Unas religiones que aunque pueden reflejar algún rayo de la Verdad, no las ilumina la Verdad completa.
Considerando que la problemática de todas las religiones es el esclarecimiento del hecho trascendente del ser humano para el descubrimiento de ese Misterio al que se llama Dios y que los cristianos lo centralizan con la vía salvífica de la encarnación de Jesús, es normal que se pongan los aspectos teologales básicos del cristianismo para aportar una base de diálogo enriquecedora, el problema es encontrar los puentes de conexión. 
Estos textos y otros parecidos sientan con nitidez la doctrina de Cristo, único Salvador a través del misterio de la Iglesia, pero guardan un respetuoso silencio respecto al modo en que la eficacia salvadora de Jesús alcanza a todos los hombres no cristianos. Se nota el rumor de una misteriosa operación divina, que debe ser mucho más adorada que escrutada con los instrumentos de la razón humana, lo cual recomienda a la teología un tono de sobriedad intelectual en presencia de lo misterioso al que no alcanzamos con facilidad y que requiere el trabajo de todos

Nacho Padró

La estructura trinitaria de la salvación según el documento “El cristianismo y las religiones” de la Comisión Teológica Internacional (1997)


En la Introducción (nn. 1-4), la Declaración parte del mandato misionero dado por Jesucristo a sus discípulos (cf Mc 16, 15-16; Mt 28, 18-20). La misión universal de la Iglesia encuentra su punto de partida en este mandato y encuentra su contenido en la proclamación del misterio trinitario de Dios y de la Encarnación, evento de salvación para toda la humanidad. Eso no evita que la misión evangelizadora de la Iglesia ha de tener en cuenta las tradiciones religiosas del mundo. En este sentido, se advierte que la práctica del diálogo interreligioso se perfila como un elemento integrante de la misión ad gentes.
La Declaración destaca  la necesidad de que la teología de las religiones adopte un planteamiento trinitario, de modo que la acción salvadora unitaria del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se tenga siempre en cuenta, por motivos de doctrina y de método teológico.  No sólo porque la Trinidad debe figurar en cualquier propuesta que recoja la identidad del Cristianismo, sino también porque la reflexión teológica sobre la iniciativa amorosa del Padre, y los envíos del Hijo y del Espíritu Santo, proporciona el marco adecuado para plantear y resolver correctamente cuestiones centrales que serán compartidas en el diálogo con otras religiones.  Como deja ver la Declaración, la Iglesia considera al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como identificados en un único ser divino. Cualquier otro planteamiento supondría un retroceso en dirección de un politeísmo pagano que consideraría a los dioses como manifestaciones de un solo espíritu divino trascendente.
La teología trinitaria permite afirmar la particularidad de Dios en el diálogo, así como su interacción la creación de la naturaleza y de la criatura humana. Una cristología trinitaria está en condiciones de relacionar lo universal y lo particular, superando formas excluyentes de particularismo  y de universalismo (concepciones puramente teocéntricas centradas sólo en el Padre). Por ello no se puede equiparar "fe teologal" y "creencia". La fe es respuesta a Dios que se revela y asentimiento a lo revelado por Él. La mera "creencia" se refiere a la búsqueda humana de la verdad absoluta, carente del asentimiento a Dios que se revela. Por ello, "debe ser [...] firmemente retenida la distinción entre la fe teologal y la creencia en las otras religiones" (n. 7).
La presencia y el papel del Espíritu de Dios permiten también vincular la particularidad de Cristo con la actividad universal de Dios en la historia de la humanidad. Dado que la Iglesia se encuentra en su misterio bajo la guía y el juicio del Espíritu, que actúa de algún modo en las religiones, éstas aparecen también en el horizonte de la plenitud cristiana.
Una gran afirmación cristológica que se deduce de la declaración se refiere a la unidad de la economía salvífica del Verbo encarnado y del Espíritu Santo: "Debe ser [...] firmemente creída la doctrina de fe que proclama que Jesús de Nazaret, hijo de María, y solamente él, es el Hijo y el Verbo del Padre" (n. 10). Es decir, hay una unidad entre el Verbo eterno y Jesús de Nazaret: sólo Jesús de Nazaret es el Verbo del Padre. Así Jesús, el Verbo encarnado, es el mediador y redentor universal: "debe ser firmemente creída la doctrina de fe sobre la unicidad de la economía salvífica querida por Dios uno y Trino, cuya fuente y centro es el misterio de la encarnación del Verbo, mediador de la gracia divina en el plan de la creación y de la redención...".
El mensaje de Jesús posee una tendencia intrínsecamente expansiva y comunicativa, y es capaz de generar un proceso asimilativo basado en el diálogo y el respeto mutuo. El cristiano arranca de la premisa de que el Dios activo en la historia de Israel se ha revelado plenamente en Jesucristo, a través del Espíritu, y ese Dios, particular y universal, es el fundamento último de la vida y de la salvación. Las religiones deben tratar de entenderse, por lo tanto, desde la universalidad y la realidad de Dios vivo. La encarnación salvífica del Verbo "es un evento trinitario" ( n. 12). Por consiguiente, es "contraria a la fe católica" la hipótesis de "una economía del Espíritu Santo con un carácter más universal que la del Verbo encarnado". El misterio del Verbo encarnado "constituye el lugar de la presencia del Espíritu Santo y la razón de su efusión a la humanidad" (n. 12).

Nacho Padró

Los presupuestos teológicos fundamentales del documento “El cristianismo y las religiones” Por la Comisión Teológica Internacional (1997)


·        La iniciativa del Padre en la salvación: El Dios que quiere salvar a todos los hombres es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. El designio divino de la salvación precede la creación del mundo, y se cumple con el envío de Cristo al mundo. La voluntad salvadora de Dios no conoce límites, pero está siempre unida al deseo de que todos los seres humanos puedan reconocer la verdad, es decir, puedan adherir a la fe. El Padre no solo es el iniciador de la obra salvadora sino también el fin a que ella tiende (cf. 1 Cor 15,28).
·        Plenitud y carácter definitivo de la revelación de Jesucristo: Jesús verdadero Dios y verdadero hombre, sus palabras y sus acciones manifiestan en modo total y definitivo la revelación del misterio de Dios, aun cuando la profundidad de tal misterio permanece en si mismo trascendente e inagotable.
·        La  única mediación de Jesús: No se pueden considerar otras posibilidades de «mediación» salvadora aislándolas del Dios y hombre Jesús. Esta única mediación de Jesucristo está unida a la voluntad divina de salvación universal. El término de «mediador» debería ser tomado en su significado específicamente cristiano.
·        La universalidad del Espíritu Santo: La tarea de una teología cristiana de las religiones, guiada por el Espíritu Santo, es la de ampliar la comprensión del misterio de Jesucristo dejando al descubierto las «semillas del Verbo» escondidas en las otras tradiciones religiosas.
·        «Ecclesia, universale salutis sacramentum»: reflexiona el documento sobre el misterio de la Iglesia, subrayando su naturaleza de «sacramento», es decir, de signo y de instrumento de esta salvación que Dios quiere para todos, para la humanidad entera.

Nacho Padró

El manuscrito 11QMelq.



El manuscrito de la cueva 11 de Qumrán (manuscrito 11QMelq), una vez editado en 1965 y vuelto a transcribir recientemente, ha sido objeto de varios estudios. Puede datarse en el siglo I aC, y, a pesar de su carácter fragmentario consta de 13 trozos , dibuja claramente Melquisedec como una figura escatológica, que ejerce funciones análogas a las del Hijo del hombre. En 11QMelq, Melquisedec es descrito como ejecutor del juicio divino. Melquisedec tiene una función relacionada con el juicio de los pueblos y se le aplican los Sl 82,1 y 7,8 a 9, como si fuera una figura supramundana, un Elohim (líneas 9-14). La función de Melquisedec en el juicio es vista como una función salvadora, porque vence Belial.
En esta función puede ser comparado a la figura del Hijo del hombre. El hecho de que a 11QMelq, además de la figura de Melquisedec que proclama la remisión de las culpas y toma parte en el juicio salvador aparezca la figura del ungido príncipe y del mensajero de salvación, da testimonio de facetas mesiánicas, --en Qumrán no unificadas en una sola persona--, que en la presentación sinóptica del Mesías son propias de Jesús de Nazaret. Se ofrecen ya en este momento varios rasgos mesiánicos que la tradición evangélica tenderá a incorporar y a unificar, en tanto que son explicaciones complementarias de la figura de Jesús, el Cristo e Hijo de Dios (Mc 1,1). La figura dibujada por 11QMelq permite constatar, pues, aspectos del mesianismo palestinense que ayudan a comprender mejor la pregunta de Jesús en Mc 12,35-3
Debido a las diferentes etapas del mesianismo en Qumrán, no hay que sobrevalorar el hecho de que, en los escritos de esta comunidad, a menudo se dé más relieve a la figura del sacerdote que no a la del príncipe. También en el rabinismo hay fluctuaciones en este sentido. En todo caso, no queda excluido que la interpretación mesiánica del Sl 110, reflejada en este pasaje, sea un vestigio de tradición antigua. La situación del mesianismo en el postexilio hasta el umbral de la predicación de Jesús se revela, pues, como especialmente compleja. Desde el siglo II aC la figura de Melquisedec ocupa ya un espacio, y, de una manera especial, en Qumrán, como se ha hecho patente desde la publicación por Van der Woude, en 1965, del manuscrito 11QMelq. En este texto, la figura de Melquisedec es un testimonio de la espera apocalíptica ya difundida en la época de Jesús y que comportaba ─ al menos de manera implícita, dada la pluralidad de concepciones mesiánicas la pregunta que pone Jesús

Nacho padró

El Alpinista

Cuentan que un alpinista, con el afán por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo que subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa. El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.
En ese momento, suspendido en el aire, gritó: ¡¡¡ayúdame Dios mío!!!
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-¿QUE QUIERES QUE HAGA?
- Sálvame Dios mío
-¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?
--Por supuesto Señor
-ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE...
Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más aún a la cuerda....
Cuenta el equipo de rescate, que al otro día encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado, agarradas sus manos fuertemente a la cuerda... A TAN SOLO UN METRO DEL SUELO...

Nacho Padró

El Vaticano honra a Galileo en el Año de la Astronomía

El Vaticano considera que tras la rehabilitación de Galileo Galilei por Juan Pablo II en 1992 los tiempos "están maduros" para una nueva revisión de su figura, "al que la Iglesia desea honrar", ha declarado el arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura.
Ravasi hizo esta afirmación durante la presentación en el Vaticano de las iniciativas previstas por la Santa Sede durante el Año de la Astronomía y el Congreso Internacional sobre la figura de Galileo Galilei (Pisa 1564-Florencia 1647), que se celebrará en Florencia (centro norte de Italia) del 26 al 30 de mayo próximos.
El arzobispo Ravasi dijo que el Año de la Astronomía, convocado por las Naciones Unidas para conmemorar los 400 años de los primeros descubrimientos astronómicos, representa para la Santa Sede una importante ocasión de profundización y diálogo sobre la astronomía y la figura del astrónomo toscano.
"Galileo fue el primer hombre que miró con un telescopio hacia el cielo. Abrió para la humanidad un mundo hasta entonces poco conocido, ampliando los confines de nuestro conocimiento y obligando a releer el libro de la naturaleza bajo una nueva mirada. La Iglesia desea honrar la figura de Galileo, genial innovador e hijo de la Iglesia", subrayó Ravasi.
El prelado agregó que los "tiempos están maduros" para una revisión de la figura de Galileo y de todo el Caso Galilei y recordó que ya el Concilio Vaticano II en referencia al científico toscano "deploró ciertos comportamientos mentales, que no faltaron entre los cristianos, derivados de no darse cuenta suficientemente de la legítima autonomía de la ciencia".
Ravasi recordó cuando en 1981 Juan Pablo II creó la comisión para examinar el Caso Galileo y subrayó "el coraje" de esa comisión de "reconocer los errores de los jueces de Galileo", que, incapaces de separar la fe de una cosmología milenaria, creían que la aceptación de la revolución copernicana haría vacilar la tradición católica y por tanto era un deber prohibir esas enseñanzas.
El prelado agregó que "por ese error subjetivo de juicio" Galileo "tuvo que sufrir mucho".
"Hoy, en un clima más sereno, podemos mirar a la figura de Galileo y reconocer al creyente que intentó en su tiempo conciliar los resultados de sus investigaciones científicas con los contenidos de la fe cristiana. Por ello, Galileo merece hoy todo nuestra aprecio y gratitud", destacó Ravasi en su homenaje.
Con motivo de estas conmemoraciones, el Vaticano planea reeditar las actas del proceso a Galileo Galilei para recordar que el papa Urbano VIII nunca firmó la condena de la Inquisición al científico italiano, según dijo recientemente Ravasi. Entre las iniciativas destaca el convenio que se celebrará el 26 de febrero en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma sobre "1609-2009. 400 años de 'Sidereus Nuncius' de Galileo".
En un discurso de 13 páginas, leído en la Sala Regia del Palacio Apostólico, el Papa Wojtyla le calificó de "físico genial" y "creyente sincero", "que se mostró más perspicaz en la interpretación de la Escritura que sus adversarios teólogos".


Parece que las aguas vuelven a su cauce en este espinoso tema, un poco tarde, pero almenos se hace justicia ¿no creeis?,


Nacho Padró a partir de un artículo del MUNDO

El Salmo 110


La argumentación de Jesús se apoya en una cita del Sl 110,1, y deja entrever que este salmo era interpretado de manera mesiánica. Ha sido notada la importancia de que el Sl 110 cita en el v.4 la figura de Melquisedec: "El Señor no se desdice de lo que juró: «Eres sacerdote para siempre, como lo fue Melquisedec»" y varios autores han observado que el v.4 del Sl 110 puede ayudar a captar el ambiente en el que se produce la pregunta de Jesús en Mc 12,35-37.En este texto, el nombre de Melquisedec es un indicador del Mesías davídico, seguramente debido a la etimología del nombre, ya que el "rey de justicia” puede ser – y en la época es muy probable que lo fuera-- una denominación del "rey justo" con el que es llamado el Mesías davídico (SlSal 17,32; cf. Is 11,4; Jr 23,5; 33,15)
No puede haber ninguna duda de que este salmo espera a Cristo. Jesús mismo lo cita para demostrar que David sabía que su cumplimiento final vendría con Aquel que es mayor que él (Marcos 12:35-37 y paralelos). Incluso antes de la venida de Cristo, una interpretación profético-mesiánica del salmo era bien conocido entre los intérpretes judíos. Sin embargo, como todos los demás salmos reales, de Ps. 110 hace frente a la hora en que se compone primero. Es probable que se cantaba en el momento de la coronación del rey. La composición parece haber sido escrito después de que David derrotó a Jebús (Jerusalén), y celebra su victoria y la entronización de esa ciudad, explicando por qué él también hereda el real sacerdocio de Melquisedec.
Centrándose en dos oráculos divinos, el primero (v. 1) muestra la estrecha relación de subordinación, sino, que el rey humano lleva al rey divino. Los escritores del Nuevo Testamento citan este oráculo para demostrar después de la resurrección de Jesús la gloria y para que apunte a la lucha entre Dios y los poderes espirituales de maldad (Hechos 2:34, 35; 1 Corintios 15:25;.. Efesios 1:20; Colosenses 3:1;. Hebreos 1:13, 1 Pedro 3:22)..
El segundo oráculo nombrado el rey como sacerdote, sino como un tipo especial de sacerdote. A diferencia de la herencia sacerdocio de Aarón, este sacerdocio es descendiente de Melquisedec (Génesis 14:18-23), cuyos orígenes están relacionados con la misteriosa Jesucristo, el gran Sumo Sacerdote (Heb. 5:6; 7:17; 8: 1; 10:12-14).
La esperanza de una restauración del reino de David tras su extinción recorre los salmos exílicos y postexílicos 89 y 132, que hacen suya la interpretación deuteronomística de la profecía de Natán de 2 Samuel 7 (No faltará nunca un rey de la semilla de David). Los hermeneutas discuten si la complementación postexílica del Salmo 2,10ss (“ Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra. 11 Servid a Yahvé con temor, y alegraos con temblor. 12 Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían”) se refiere al reino de Dios del final de los tiempos o a la sumisión al hijo de Dios, es decir el rey actual. Es seguro de cualquier modo que en la época del judaísmo temprano (en torno a los siglos II y I a.C.) y en la del Nuevo Testamento David fue visto y considerado como profeta, y el salterio, con sus plegarias que tienen como centro el rey, contiene el anuncio de un mesías para el fin de los tiempos unido a la figura de David. A este David se le promete en el mundo del Nuevo Testamento que recibe los salmos como Escritura sagrada que tendrá un sucesor que será el Señor, el kýrios en griego, como Yahvé (Mc 12,36s). 

Nacho Padró

Un comentario al artículo de D. Roure sobre Mc 12,35-37


En Marcos 12,35-36 vemos la enseñanza de los doctores de la Ley sobre el Mesías. La propaganda oficial tanto del gobierno como de los doctores de la Ley decía que el mesías vendría como Hijo de David. Era una manera de enseñar que el mesías sería un rey glorioso, fuerte y dominador. Así fue el grito de la gente el Domingo de Ramos:"¡Bendito el Reino que viene de nuestro padre David!" (Mc 11,10). Así también gritó el ciego de Jericó: "Jesús, hijo de David, ten piedad de mí!" (Mc 10,47). Por otro lado en Marcos 12,37 Jesús cuestiona la enseñanza de los doctores sobre el Mesías. Cita un salmo de David: “El Señor dijo a mi señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies!” (Sal 110,1) Y Jesús añade: “El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?» Esto significa que Jesús no concordaba mucho con esta idea de un mesías, Señor Glorioso, que vendría como rey poderoso para dominar e imponerse sobre todos los enemigos. Marcos añade que a la gente le gustó la crítica de Jesús. De hecho, la historia informa que los “pobres de Javé “(anawim) esperaban al mesías no como dominador, sino como siervo de Dios para la humanidad. Así tenemos un conflicto con las diversas formas de esperanza mesiánica. A lo largo de los siglos, la esperanza mesiánica fue creciendo, tomando diversas formas. Casi todos los grupos y los movimientos de la época de Jesús esperaban la llegada del Reino, pero cada uno a su manera: fariseos, escribas, esenios, zelotes, herodianos, saduceos, los profetas populares, los discípulos de Juan el Bautista, los pobres de Yavé.
¿Cómo puede ser Jesús el Señor de David pero al mismo tiempo, el hijo de David, más joven en edad pero superior jerárquico (Moule 1965:99)? Los maestros judíos a menudo hacían preguntas didácticas que funcionaban como "antinomia haggadica", en el que ambos lados de una cuestión eran correctos, pero su relación debía ser resuelta (Jeremías 1971:259). El Mesías, el "ungido" rey, era el hijo de la definición de David en diversos círculos de la que esperaban los judíos, pero el título de Señor lo describe más adecuadamente.
Los primeros cristianos a menudo han seguido el uso que Jesús hace del Salmo 110 (como en Hechos 2:34-35; Efesios 1:20, Hebreos 1:13;. Justin 1 Apol 45).Marcos anunció que "se atrevió a hacerle más preguntas", anteriormente en la narrativa (Mc 12:34, mi traducción), pero Mateo se reserva este "golpe" para el final de las controversias públicas de Jesús. Había silencio y vergüenza a sus adversarios. La capacidad de la sabiduría a un orador sabio para abrumar a los oyentes era un motivo común en las narraciones destinadas a glorificar a sus protagonistas (por ejemplo, 1 Esdras 4:41-42).
La comparación sinóptica de la escena revela interesantes variantes redaccionales o pre redaccionales pero queda claro que el estadio más antiguo de la tradición hace referencia a un episodio único, es decir, los tres sinópticos reportan una misma tradición. Entre las variantes que pueden ser citadas como más significativas, mencionamos las que hacen referencia al lugar donde se desarrolla el episodio, a la forma literaria que presenta y a las variantes textuales que contiene. Por un lado, Marcos localiza el episodio en el contexto de las últimas enseñanzas de Jesús en el Templo en Jerusalén, mientras que ni Mt 22,41 46 ni Lc 20,41 44 indican el lugar donde se desarrolla la escena, si bien cada uno de ellos da relieve a la actuación de Jesús en el templo en su última estancia en Jerusalén

Nacho Padró

La práctica de la sati


Una variante de la Antyeshty seria la Sati, la práctica de la sati atañe a una categoría de mujeres. Se las llama las sati porque son mujeres «virtuosas» -tal es el sentido de sati- que siguen a su marido hasta en la hoguera, donde se dejan quemar vivas. Una costumbre tal choca a la mentalidad occidental. En cambio, la tradición india las exalta. La ortodoxia hinduísta considera prestigiosas a las sati y las reivindica como una de las características de su identidad.
            Esta práctica se desarrolló entre los siglos XIII y XIX. La colonización inglesa consiguió abolir este rito. A pesar de esto, en los años 1980 hubo una cantidad importante de suicidios de jóvenes esposas. Ochocientos «suicidios» se registraron en Delhi en el transcurso de un mes. Estas prácticas en cierto modo son una corruptela de la sati, motivada muchas veces por la voluntad del marido y de su familia de hacerse con la dote de la joven induciéndola a inmolarse por el fuego.
            Para la población, las almas de las sati están instaladas en la morada de las delicias eternas. Sólo las viudas se hacen sati. Los servidores de un príncipe se inmolan a su muerte y los guerreros hacen amok (es decir, acatan un ritual de transformación propio de Indonesia) si su jefe ha sido vencido.
            La creencia que alienta el conjunto de estas conductas suicidas es que el muerto debe disfrutar en el más allá de los mismos bienes y servicios que en su vida terrestre. La idea dominante, si nos referimos a la tradición del sacrifició en la India, es zanjar una deuda de deber y amor que liga las diferentes partes al dueño común.
El término sati, que denota amor incondicional, fidelidad absoluta, sacrificio de uno mismo como prueba de ese amor, se ha de relacionar con el término satya, que quiere decir «verdad». Las llamas terrestres, las que se obtuvieron del fuego doméstico instalado en el momento en que la pareja se unió en la ceremonia del matrimonio, levantan alrededor de la sati una cortina que disimula el verdadero espectáculo de su muerte. Antes de hacerse sati, una mujer deja este testimonio: «Mi espíritu me ha dejado, de mí ya no queda sino un poco de tierra que quiero mezclar con las cenizas de mi marido. No sentiré nada al quemarme». Está dicho: «La mujer que se quema sólo padece en proporción a los pecados cometidos en sus vidas anteriores, pecados que son la causa de la viudedad en esta vida».
            Según los tratados del dharma, la esposa fiel debe acompañar a su marido en la vida terrena y anticiparse a él en la muerte. También la muerte del esposo es interpretada como el signo tangible de los pecados de la mujer. Ella habrá faltado al deber de las mujeres o incumplido gravemente la promesa conyugal. La gravedad de su falta se calcula por la edad: cuanto más joven es, más grave es la falta.
            El fuego se muestra como instrumento privilegiado de la purificación de sus faltas. En otro tiempo, quemaban a los leprosos a causa de la maldad de sus crímenes. La infidelidad es la causa de la viudedad femenina en virtud de la ley de la retribución de los actos y de su corolario: la transmigración de las almas de nacimiento en nacimiento. Una víctima consentidora que participa de buen grado en el acto de entrega a la muerte alcanza la eternidad y se libera. Según las leyes de Manu, matar en el sacrificio no es matar. El suicidio es odioso, pero la muerte sacrificial propia es el camino más corto a la liberación. Marido y mujer son uno en el camino del cielo. Son una única y misma «bola funeraria», un único y mismo cuerpo ancestral. La conquista de la liberación constituye al individuo en su propia divinidad. Él no recibe ofrenda.
            Las sati se asemejan a los renunciantes. Ellas escapan al mundo fenoménico, a una figura de sí ilusoria. Por esta ofrenda de sí misma, la esposa que sigue a su esposo en la pira funeraria va a purificar tres descendencias a lo largo de tres o cuatro generaciones: las descendencias de su padre, su madre y su esposo. Su cuerpo de sati es una ofrenda hecha a los ancestros y una fuente de liberación por el mismo motivo que las bolas funerarias. La sati es una expresión de la shakti, es decir, la manifestación de la energía creadora y la encarnación de la diosa. Si las cremaciones de viudas han atraído a grandes multitudes, es porque la visión -dharsan- de la sati en el instante en que se realiza el sacrificio que la fija para siempre en la memoria de los hombres, libera en ella sola un poder salvífico sin igual.
El amor terrestre no es sino el amor sublimado por lo divino. La sati es el testimonio supremo de ello. Podemos evocar el mito de la diosa Sati, esposa del dios Siva en primera unión. Para vengar una afrenta de la que Siva fue víctima, ella se retira al recinto sacrificial y se inmola en el fuego del yoga.
            En la actualidad, aunque cada vez más escasos, aún ocurren casos de satí. Por ejemplo una viuda que se arrojó a la pira en que se cremaba su difunto marido el 21 de agosto de 2006 en el distrito de Sagar (Madhya Pradesh), en India.Muchas veces los lugares donde las esposas se inmolaron se convierten en puntos de peregrinación donde la gente acude a dejar sus ofrendas. Eran mujeres invisibles, cuyo valor social dependía de los hombres y que pasaron a ser eternas. En la India, cuyos líderes políticos y religiosos a veces se muestran ambiguos, y algunos lo defienden como una costumbre y el “derecho religioso” de las esposas a elegir su destino cuando su marido fallece, el satí sigue practicándose. Como muestra de la influencia, tenemos  la novela La vuelta al mundo en ochenta días (de Julio Verne), en la que se describe un satí en el que los protagonistas Phileas Fogg y Passepartout arriesgan su vida para salvar a la princesa Aouda de ser incinerada

Nacho Padró

Notas Sociales de los ritos Funerarios Hindús.


En el Reino Unido , que antes era ilegal para llevar a cabo una tradicional al aire libre, la cremación hindú bajo la Ley de cremación 1902, con los hindúes tenían que incinerar a sus muertos en los crematorios de interior en su lugar. En 2006 , Daven Ghai, un hindú británico al que se le había negado el derecho a tener un funeral tradicional por el Ayuntamiento de Newcastle , presentó una demanda ante el tribunal en la que afirmaba que la ley actual lo permite, de hecho, las cremaciones al aire libre, siempre y cuando estaban en un edificio cerrado y lejos del público. Una sentencia del Tribunal Supremo no estuvo de acuerdo con su afirmación, y el entonces secretario de Justicia, Jack Straw, afirmó que la opinión pública británica que "resulta aberrante que los restos humanos estaban siendo quemados de esta manera." Sin embargo, al llevarlo a la Corte de Apelaciones en 2010, el juez, Lord Justice Neuberger, dictaminó que una cremación sería legal bajo la Ley de 1902, siempre y cuando se llevó a cabo dentro de un edificio, incluso uno al aire libre. Tras su victoria, Ghai dijo a periodistas que "siempre mantuve que quería aclarar la ley, no desobedecer o falta de respeto hacia él" y expresó su pesar por la cantidad que el juicio había costado al contribuyente. Dijo que estaba agradecido de que ahora tenía "el derecho a ser incinerado con el sol brillando sobre mi cuerpo y mi hijo de encender la pira", y que él y otros hindúes y sikhs en el país había comenzado a investigar en la búsqueda de un sitio en el que se podría llevar a cabo las ceremonias funerarias
La Ley de Cremación de Gran Bretaña de 1902, considera que cualquier podia establecer y mantener lugares de enterramiento o cementerios que deberían  ser considerados para abarcar los crematorios. Los crematorio construido no podrían estar más cerca de cincuenta metros de cualquier vía pública, o en el área consagrada de un cementerio. No se puede construir a menos de doscientos metros de cualquier casa de la vivienda sin el consentimiento por escrito del propietario, arrendatario y ocupante, y el acto no debía ser interpretado a "autorizar a la autoridad entierro o cualquier persona de crear o permitir que una molestia". El Secretario de Estado era el encargado para la creación de normas para el mantenimiento y la inspección de los crematorios, las circunstancias en las que podrían ser utilizados, y la creación de un registro de dichas quemas. Todas las disposiciones legales relacionadas con el uso de la sepultura registra como prueba de haberse aplicado en estos registros. Cualquier violación de estas normas, o la quema de restos humanos fuera de las disposiciones de la Ley, que será responsable, en juicio sumario, a una multa de hasta cincuenta libras. Toda persona declarada culpable de hacer voluntariamente las manifestaciones falsas con el fin de obtener la quema de restos humanos sería susceptible de prisión con o sin trabajos forzados durante un máximo de dos años, y toda persona declarada culpable de intento de ocultar un delito al tratar de adquirir la quema de restos humanos sería susceptible de prisión con o sin trabajos forzados durante un máximo de cinco años. El titular de una parroquia no tenía ninguna obligación de realizar un servicio fúnebre para los que mueren en su parroquia que iban a ser cremados, pero si se negaba a hacerlo, cualquier clérigo de la Iglesia oficial que no se ha desactivado de otra manera de hacerlo podría prestar el servicio a petición del albacea, las personas a cargo de la cremación, inhumación o la autoridad, con el permiso del obispo. La Ley se aplica a Inglaterra y Gales, y Escocia, pero no a Irlanda. Entró en vigor el 1 de abril de 1903. La Ley ha sido modificada en gran medida, pero sigue en vigor

Nacho Padró

Los ritos post-Crematorios Hindús.


Luego los parientes y deudos regresan sin mirar atrás. Se les pide que no se lamenten y que se consuelen unos a otros con historias sagradas. Después de la cremación, todos se lavan y cambian su vestimenta porque el cuerpo del muerto es considerado impuro. 
            Para los parientes hay un período de contaminación en que deben abstenerse de realizar ceremonias sagradas, actividades sociales, ir al templo o adorar deidades. El origen de este periodo, no es solo por el luto, sino que se debe a la precaución por la enfermedad del difunto. Este periodo dura diez días para los brahmanas y kshatriyas, quince días para los vaishyas y un mes para los shudras. Esto se basa en las costumbres purificatorias que cada clase practica.
            El último paso en las ceremonias funerarias son las ofrendas de pinda o “bola de arroz” que representa una parte del cuerpo en nombre del difunto. Estas ofrendas se realizan durante doce días después de la muerte, o una vez al mes durante doce meses, y tienen como fin promover el desarrollo del siguiente cuerpo del difunto, en el caso de que este haya quedado en un estado fantasmal. También se ofrece agua, aceites y perfumes, para realizar abluciones. Para finalizar se ofrece un banquete a los sacerdotes y parientes
            Un año más tarde tiene lugar la celebración de ofrenas en recuerdo. Los huesos conservados son rociados con agua perfumada. El sraddha, que preside todos estos ritos de ofrendas, completa la panoplia de los ritos funerarios porque transforma al difunto en «padre» -pitr-, es decir, éste se convierte en un ancestro benévolo un mes después.
Durante varios años, en los aniversarios de la muerte del difunto, se hace venir a unos brahmanes a los que se les ofrece comida. Y se ofrece igualmente a los miembros de la familia.


Nacho Padró


La Ceremonia Hindú de la Cremación.


La ceremonia comienza con la realización de un homa o fuego de sacrificio justo después de la muerte. De acuerdo a las costumbres recomendadas en los Puranas, se deben colocar unas gotas de agua con unas pocas hojas de Tulasi en la boca del cadáver.     Inmediatamente después de la muerte, los familiares cierran la boca y los ojos de la persona fallecida, y ponen los brazos rectos. El cuerpo es colocado en el suelo con los pies apuntando hacia el sur que es la dirección de los muertos. De acuerdo a los Grihyasutra, después del homa, se debe hacer una cuna de madera Udumbara (ficus glemarata) o de bambú, se debe colocar el cadáver en la misma, con la cabeza hacia el sur (el camino de los antepasados) y con la cara hacia arriba. Un hijo, hermano y otro pariente, o en su ausencia quienquiera que lidere la ceremonia siendo de la misma casta, debe instar al difunto a abandonar el viejo cuerpo y buscar uno nuevo. Los amigos no son invitados a esta ceremonia. La familia, en casa, recita las oraciones a su cabecera..
Una lámpara de aceite se enciende y se coloca cerca del cuerpo, que se mantiene encendida de forma continua durante los tres primeros días siguientes a la muerte. En el hinduismo, el cuerpo muerto es considerado como símbolo de impureza por lo tanto, contacto físico se mantiene al mínimo, tal vez para evitar la propagación de infecciones y gérmenes. Mayoría de las veces el cuerpo está bañado por el agua purificada, y se viste con ropa nueva. Si los muertos es un hombre o una viuda a continuación, por lo general se utilizan ropa blanca, mientras que si el muerto es una mujer casada con su marido sigue vivo, o una chica soltera, entonces el cuerpo se viste de color rojizo o amarillo. Ceniza sagrada (bhasma) se aplica en la frente del difunto si son adoradores del Señor Shiva (Saivitas), de lo contrario se aplica pasta de sándalo en la frente, si el muerto era un adorador de Vishnu (Vaishnava). Además, unas gotas del Ganges, el agua se puede poner en la boca de los difuntos para que el alma puede alcanzar la liberación, también unas pocas hojas de la albahaca morada (tulsi) se colocan en el lado derecho del cuerpo muerto. Entonces, el cuerpo puede ser adornado con joyas, y se colocaron en una camilla, con los pies apuntando todavía hacia el sur o se mantiene en una posición sentada. La camilla se adorna con flores diferentes, incluyendo rosas, jazmín y flor de caléndula y el cuerpo está casi completamente cubierto con las flores.
El cadáver es llevado al lugar de cremación en una carroza tirada por bueyes, o bien cargado por sus parientes. La procesión debe ser encabezada por principal de los dolientes, que generalmente es el hijo mayor. El orden de la procesión se establece de acuerdo a las edades, siendo los mayores quienes la encabecen. Los hombres son los únicos que pueden transportar el cuerpo. Cada pueblo, cada ciudad señala los lugares de cremación. Por lo general, se eligen cerca del agua, río o arroyo, nunca en los templos o lugares santos. El roce con los cadáveres genera impureza.
Una vez que el cortejo del difunto llega al lugar de la cremación, el dom, miembro de la casta encargada de encender las hogueras, ordena depositar el cuerpo del muerto en la plataforma preparada al efecto y formada con sándalo, madera preciosa perfumada.
            Una cremación ordinaria necesita unos quinientos kilos de madera. Algunas familias, para conseguirlos, han tenido que vender varios búfalos. La ceremonia de los funerales entraña variantes según se tengan en la campiña o en la ciudad, se pertenezca a una familia rica o a una familia pobre. Así, una familia rica a veces contrata una orquesta para acompañar al muerto.
            Después de llegar al lugar de cremación, se prepara la pira funeraria y se cava una fosa. Un terreno seleccionado es purificado y se recitan fórmulas para espantar fantasmas y demonios. Los detalles del tipo de madera para la pira, el tamaño y disposición de la pira, y otros detalles relacionados están especificados en los textos sagrados, y nada es dejado al azar o al capricho de los deudos. El crematorio se llama Shmashana (en sánscrito), y, tradicionalmente, se encuentra cerca de un río, si no en la orilla del río en sí. Allí, una pira se prepara, en la que el cadáver se coloca con sus pies hacia el sur, por lo que la persona muerta se puede caminar en la dirección de los muertos. Las joyas, en su caso, se eliminan.
            Cuando el cuerpo queda depositado, los presentes arrojan varitas de incienso, velas, flores. El oficiante, un brahmán, retira de la pira tres trozos de madera. Y, al mismo tiempo, recita los siguientes votos, sacados de los Upanishads: «Que el ojo vaya al sol, el aliento al viento, ve al cielo, a la tierra conforme a las reglas, ve a las aguas si ése es tu destino, entra en las plantas con tus miembros». El fuego avivado por aspersiones de ghee, mantequilla refinada, lleva el «sí mismo», el atman, hacia el brahmán, el «paraíso», por así decir, si no va a otro cuerpo
            Seguidamente, los miembros de la familia, que han llevado ofrendas de alimentos, dan la vuelta tres veces al lugar de la cremación en el sentido de la prasan/a (el sentido nefasto exigido durante los ritos funerarios y el culto ancestral), en el sentido contrario a la pradakshina (circunambulación ritual en el sentido fasto que se practica teniendo siempre a su derecha la divinidad o el objeto a los que se rinden culto), y, en consecuencia, teniendo a su izquierda la hoguera. Una vez que el cuerpo se ha quemado y las cenizas enfriadas, se recogen éstas, y los huesos que no se han reducido a cenizas se lavan con agua lustral, cúrcuma o leche de coco. Uno o dos días después del funeral, la cabeza del duelo vuelve a la cremación para recoger los restos mortales y los puso en una urna. Estos restos se sumergen en un río. Los que pueden permitírselo pueden ir para seleccionar lugares como Varanasi , Haridwar , Allahabad , Sri Rangam , Brahmaputra , con ocasión de Ashokastami y Kanya Kumari para llevar a cabo este rito de la inmersión de los restos mortales.
            Los dom arrojan al río las cenizas aún humeantes y a veces el cuerpo a medio calcinar. Y, a continuación, rastrillan el suelo fangoso para recuperar las alhajas de los muertos. Se ha visto que el cadáver del sadhu era directamente arrojado al agua. E igualmente el cuerpo de un niño muerto y el del leproso. Pero con respecto a este último caso, si no se quema es a fin de que no pueda rencarnarse, porque es considerado impuro por su enfermedad.

 

Nacho Padró

La Cremación y su sentido en el Hinduismo.


La cremación tiene un origen oscuro. Esta manera de tratar el cuerpo de los difuntos no es original ni del hinduismo ni del budismo. Está atestiguada ya, en el antiguo Neolítico, en asentamientos del Vietnam del Norte donde los thais guardan las cenizas de sus difuntos en cofres agrupados en el bosque. El mundo indio y los países indianizados del Sudeste asiático, en la mayoría de los casos, incineran a los muertos y recogen sus restos. La cremación acelera la disolución de la envoltura carnal. Cada elemento corporal retorna a la parte correspondiente de la naturaleza.
En la tradición hindú, la cremación se concibe hoy como el último sacrificio del difunto, etimológicamente «la última ofrenda» -antyaisti-. El fuego de la hoguera va a consumir al individuo en cuanto forma transitoria del ser, ya que su atman se seguirá reencarnando de existencia en existencia. La muerte sólo es un paso, mejor, un renacimiento por el fuego.
            Sin embargo, el hindú que se ha mantenido fiel a sus obligaciones religiosas va a renacer al mundo divino, que es también el mundo de sus ancestros. Él va a escapar a la turbulencia de los nuevos nacimientos, puesto que el «sí mismo», el «atman», se ha fundido con la esencia universal, que es el brahmán, e, identificándose con Él, va a acceder a la inmortalidad: «Él va derecho al fuego, del fuego al día, del día a la quincena luminosa, de la quincena luminosa a los seis meses durante los cuales el sol sube al norte, de estos meses al año, del año al sol, del sol a la luna, de la luna al rayo. Allí, él es un ser que no es un ser humano y que lo lleva a brahmán. Tal es el camino en la vía de los dioses» (Chandogya Upanishad X, 1).
El monje errante -sadhu- no tiene que pasar por este rito porque ha cumplido ya con los ritos funerarios, antes de lanzarse a los caminos. Este «asceta», puesto que vive como un muerto viviente, ha roto así el círculo de las vidas y las muertes que se suceden indefinidamente.
            Este ritual se realiza también para que el alma se desapegue del cuerpo y no permanezca atada al plano físico en una forma sutil, como un fantasma, sino que pueda continuar su camino a un mundo mejor. Para designar el instante de la muerte, el hindú no habla de entregar el alma, sino de abandonar su cuerpo. Por este motivo en el hinduismo se crema el cadáver después de varios rituales. No hay registros en la escrituras sobre enterramientos en la antigüedad, aunque si hay registros de enterramientos acuáticos, es decir dejar el cadáver en un río sagrado, para que sea llevado en su fluir a un destino superior.
            En la actualidad los únicos casos en que se recomienda el enterramiento es en de los niños pequeños y en de las personas santas. En el primero porque se considera que los niños pequeños no tienen pecados, y en el caso de las personas que han alcanzado la iluminación espiritual ya no tienen identificación con el cuerpo material, y por lo tanto están desapegados del mismo. En algunas tradiciones se considera que debido a la autorrealización, su cuerpo se ha vuelto sagrado y no debe ser quemado.
            Para los hindúes el fuego se considera el mensajero de los devas, las ofrendas a los devas se realizan quemándolas en el fuego de sacrificio, por ese motivo se relaciona a la cremación del cadáver como una forma de pasaje de este mundo al mundo superior. También se cree que si el cuerpo viejo es quemado, el alma del difunto recibe uno nuevo en el plano celestial.
 

Nacho padró


La Muete en los Textos Védicos.


El Rig Veda, el principal documento de la literatura india, contiene un millar de himnos distribuidos en círculos o mándala. Estos himnos son oraciones dirigidas a las divinidades. Otros están consagrados a los sacramentos del matrimonio, y otros a los rituales de fuego, a la muerte…
            Por ejemplo, un texto védico, que describe un rito funerario, va acompañado de fórmulas de encantamiento, y su finalidad es impedir que el fantasma del difunto vuelva a la tierra y perturbe a los vivos. Dice esto: «¡Prosigue, oh muerte, esa ruta allá abajo, que es la tuya, distinta del camino de los dioses! ¡Yo te lo pido, a ti que tienes ojos, a ti que oyes, no lesiones a nuestros hijos ni a nuestros hombres!».
«Los vivos que ya están separados de los muertos…». Se leen también, en el Rig Veda, despedidas a los muertos y la invocación a la Tierra, diosa protectora: «Arrástrate a la tierra, tu Madre. ¡Esa tierra tan benéfica en los extensos dominios, virgen suave como la lana y dadora de un cuantioso salario! ¡Ojalá te pueda salvar ella del seno de la nada! ¡Haz una bóveda, oh tierra, no lo destruyas, sé para él acceso fácil y un buen descanso! Como una madre a su hijo, cúbrelo, oh tierra, con el paño de tu manto…».
Tengamos en cuenta que en la tradición antigua, contenida en los textos del Rig Veda, el difunto se encuentra con sus ancestros donde están con el dios de la muerte, Yama, que es también el primer ser humano que conoció la muerte. No se trata de renacimiento o reencarnación. Estas ideas no vieron la luz sino en los siglos VII-VI antes de Jesucristo.
            Otros upanishads hablan de la existencia de tres mundos: un mundo de aquí abajo: el mundo terrestre; un mundo de arriba: el mundo celeste; y un mundo crepuscular: el intermedio, el cual, se dice, corresponde a un estado de sueño que va de la consciencia a la inconsciencia. El espíritu vagabundea con sus fantasías entre las dos riberas, pero el alma pura, una vez más, va a seguir el camino de los dioses para ir al paraíso que corresponde a su nivel espiritual, porque los paraísos tierra, tu Madre. “¡Esa tierra tan benéfica en los extensos dominios, virgen suave como la lana y dadora de un cuantioso salario! ¡Ojalá te pueda salvar ella del seno de la nada! ¡Haz una bóveda, oh tierra, no lo destruyas, sé para él acceso fácil y un buen descanso! Como una madre a su hijo, cúbrelo, oh tierra, con el paño de tu manto…».
            La muerte aparece en la tradición hindú antigua como una desaparición momentánea de la tierra. No es un fin en sí, sino un estado transitorio. El atman, el «sí mismo» va a revivir en otro lugar. Tengamos en cuenta que en la tradición antigua, contenida en los textos del Rig Veda, el difunto se encuentra con son «estados de conciencia». El alma impura juzgada por Yama se dirige al infierno, donde se infligen penas de acuerdo con las faltas cometidas. Pero ni el paraíso ni el infierno son eternos. La muerte afecta sólo al cuerpo. Por eso la liturgia de los funerales se dirige al difunto, a su alma separada del cuerpo: «Ve, ve por los senderos antiguos por los que caminaron nuestros antepasados. Tú verás a los dos reyes que desean la ofrenda funeraria, Yama y Varuna; ve al cielo supremo a reunirte con los antepasados y Yama…». El «sí», atman, no perece. Lo atestiguan todos los textos. Sólo perece el cuerpo.
            En la Katha Upanishad, un joven brahmán, Naciketas, muerto brutalmente, llega al mundo de los muertos. Yama, no habiéndolo recibido, le ofrece que exponga tres deseos. Entre esos deseos se encuentra la cuestión de la muerte; él pregunta: ¿Qué es la muerte?, ¿qué es esa travesía? Desea con particular interés conocer lo que es y lo que significa esa travesía. Y se le da esta respuesta: «La muerte sólo es un rito. Superándose uno a sí mismo, se supera la muerte. La única manera de escapar a ella es vencerla. Hay que llegar a ser igual al atman divino…». Dicho de otra manera, la muerte es sólo un paso, la existencia también.


Nacho Padró



Antyeshty, el Smaskara de la ceremonia funeral


Al Antyeshty (literalmente, últimos ritos), a veces se denomina Antim Sanskar, son los rituales asociados con el funeral. Este samskara no se menciona en las listas de los samskaras en la mayoría de los grhyasutras y otros textos que hablan de los samskaras. Los detalles y procedimientos de este rito se dan en textos separados, tratando sólo con este tema. La razón para salir de este rito a cabo es que no se considera como un rito puro y auspicioso, y por lo tanto, no debe ser mencionado junto con los otros, los puros, los samskaras.
A nivel general, se condiera que este es el último samskara y consiste en la cremación del cadáver. Durante la vida, un hindú consagra su existencia mundana realizando diferentes rituales y ceremonias, en los momentos importantes de la misma. Al partir de este mundo, sus descendientes o herederos consagran su muerte para su futura felicidad en el próximo mundo. Este samskara, siendo post-morten, no es menos importante, porque para un hindú el valor del próximo mundo es superior al presente. En el Baudhayana Pitrimedha Sutras (3-1-4) dice: “es bien conocido que por medio de los Samskaras después del nacimiento se conquista este mundo; a través de los samskaras posteriores a la muerte se conquista el cielo.” Su atman va a dejar su cuerpo para ocupar entonces otro cuerpo y según, por ejemplo, la Bhagavad Gita, libro del Mahabharata, los últimos pensamientos del moribundo van a regir su nuevo nacimiento. Por eso Krishna dice a Arjuna: «En el momento de abandonar este mundo, cuando se deja el cuerpo y se muere, puesta toda la atención en uno mismo, se llega a lo que se es; a lo que se atiende en el momento de abandonar el cuerpo al término de los días, es precisamente a eso a lo que se accede y en lo que se convierte uno inevitablemente».

Nacho padró

Introducción a los Smaskaras


Sanskar es una variante de uso de la palabra en sánscrito samskara y significa el patrimonio cultural y la educación en hindi moderno. Aparte de las prácticas, samskara se utiliza para indicar los criterios de la crianza de un hindú. Por ejemplo, se dice que un chico con buena samskara hace bien y se supone que no se caiga en el pecado, es decir, la lujuria, la ira y el vino.
Comparándolo con el cristianismo… y manteniendo la perspectiva, podríamos afirmar que los samskara son una serie de sacramentos, sacrificios y los rituales que sirven como ritos de paso y marcar las diferentes etapas de la vida humana y para indicar la entrada a un determinado Ashrama . Todos los seres humanos, especialmente el Dvija o dos veces nacido están obligados a realizar una serie de sacrificios con ofrendas para los dioses, los ancestros y tutores, de acuerdo con los dictados védicos para una dhármica la vida o la justicia. Básicamente, todos estos rituales son de la naturaleza de la purificación, y quitar los pecados (papa) y / u otorgar buenas cualidades (gunas).
La mayoría de los rituales védicos consisten en Homa - sacrificios de fuego de los diseños elaborados e intrínseca y la metodología compleja, acompañado por la recitación de los Vedas por parte de sacerdotes calificados en honor de un semidiós o un dios en particular, las ofrendas de fuego de diversos ingredientes, los regalos que se dan en la caridad, la presencia de los ancianos, en medio de las bendiciones santificadas motivos de sacrificio, las hierbas sagradas y buenos augurios. Cada hito importante de la vida humana debe ser celebrado mediante la realización de un samskara particular en la que el significado de ese acontecimiento se transmitió ritual.
            Para el hinduismo la religiosidad no se limita al ámbito del templo, sino que cada acción en la vida puede tener un carácter religioso si es realizado con la conciencia apropiada, por ese motivo se celebran ceremonias en todos los eventos importantes en la vida de la persona, para que en su desarrollo pueda relacionar el carácter sagrado con los aspectos mundanos de la vida. En ese sentido los samskaras funcionan como impresiones sagradas en la vida material. Así nos vamos a referir a samskara en el sentido de ritos y ceremonias religiosas purificatorias para santificar el cuerpo, la mente y el intelecto de un individuo, para que este se vuelva un miembro pleno de una comunidad religiosa. Sin embargo, los samskaras hindúes también combinan una cantidad de consideraciones preliminares, ritos, otras regulaciones y observancias, que tienen como objetivo no solo la purificación formal del cuerpo, sino también la santificación, el refinamiento y el perfeccionamiento de la individualidad.
Hay dieciséis samskaras más populares, aunque no todos son realizados por la mayoría de hindúes. Vamos a tratar el caso de la Ceremonia Funera o Antyeshty, el paso último, en el paso a la muerte, que en el mundo hindú tiene una consideración y una implicación muy diferentes a la occidental.

Nacho Padró

El episodio del ciego Bartimeo


Sesenta textos del Nuevo Testamento se refieren a la figura de David. En este caso, en los evangelios Jesús es mencionado a menudo como Hijo de David, en forma de una denominación mesiánica (Mc 12,35-37 y paralelos). La controversia de las espigas arrancadas en sábado (Mc 2,25-28 y paralelos) menciona David como una figura que actúa según las necesidades del momento y es así un precedente del Hijo del hombre, que debe justificar su actuación. En el episodio del Ciego Bartimeo, tenemos otro caso en el que aparece Jesucristo como "Hijo de David" con connotaciones propias relacionadas con el Mesianismo.

Para Marcos, David es una figura mesiánica dotada de gran riqueza de atribuciones. Unas atribuciones que le vienen dadas por la tradición anterior pre-Maros y que Marcos incorpora, actualiza, corrige, precisa. La figura de David realiza en Marcos diversas funciones de acuerdo con lo que nos indica la interpretación de cada texto. Marcos es consciente de la importancia que tiene la imagen davídica real para situar al mesías en el seno de las tradiciones bíblicas y de las expectativas mesiánicas. La figura de este "hijo de David" (Mc 10,47-48) que viene a curar y a acercar "el reino de nuestro padre, David" (11,10) es el que según Marcos morirá como "rey de los judíos". Pero los diversos textos que hablan de David nos hacen evidente que en el segundo evangelio no resulta válida la alternativa "mesías rey (davídico) contrapuesto a mesías-profeta", porque la figura davídica de origen real había incorporado otras dimensiones y había dado pie a otros desarrollos que para Marcos son indispensables, muy particularmente "hijo del hombre" e "hijo de Dios".

En el pasaje del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52), su invocación al hijo de David, crea una atmósfera propicia para entrever la dignidad mesiánica de quien está a punto de entrar en Jerusalén. ¿De dónde viene la invocación "hijo de David" en un contexto de curación? ¿Es que, en medios judíos, la figura del hijo de David era considerada sinónima a la de un sanador prodigioso?

Algunos autores expresan que  el título de hijo de David, en el siguiente aspecto: según ellos Bartimeo clamó al Señor Jesús por la misericordia; Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David. La miseria es el objeto de la misericordia, su propio caso desgraciado que recomienda a la compasión del hijo de David, de quien se predijo, que, cuando venga a salvarnos, a los ojos de los ciegos deben ser abiertos, (Isa. 35:5).
Algunos se extrañan de que, después de llamar a Jesús “el Nazareno” el ciego Bartimeo utilice el denominativo hijo de David a Jesús. Otros autores, para dar una explicación a este tema, avanzan la hipótesis de que Jesús hubiera actuado previamente en este territorio, pero, probablemente habría que preferir otra explicación: sería la que proviene de la presencia, junto a la expresión "hijo de David "de la denominación de "rabbouni ". Jesús fue llamado “Señor, Hijo de David” varias veces por gente que, por fe, estaba buscando misericordia o sanidad. La mujer cuya hija estaba siendo atormentada por un demonio (Mateo 15:22), los dos hombres ciegos de junto al camino (Mateo 20:30), y Bartimeo el ciego (Marcos 10:47), todos clamaban al Hijo de David en busca de ayuda. Los títulos de honor que le daban a Jesús, declaraban su fe en Él. Al llamarle “Señor” expresaban el sentido de Su deidad, dominio y poder, y al llamarlo “Hijo de David”, ellos estaban declarando que Él era el Mesías.

David, en Mc 2,23-26 también es considerado "maestro" y eso permite avanzar la hipótesis de que con la triple denominación de "el Nazareno", "hijo de David, Jesús" y "rabbouni". Marcos considera al maestro profético de Galilea como poderoso por sus obras y por su enseñanza y a la vez afirma que el descendiente esperado de David tenía que participar también de estas atribuciones (cf. Mc 9,5). En este texto, la comparación entre David y Jesús es tipológica y, indirectamente, contiene connotaciones mesiánicas y cristológicas significativas, pues podemos observar que para el autor, la autoridad de Jesús es comparable a la de David, pero es superior a la de éste.Debido a las promesas mesiánicas de una futura restauración del reino davídico en Jerusalén, es lógico esperar que cuando los paisanos y discípulos de Jesús le vieron ingresar a Jerusalén (la ciudad de David, la sede de su trono) empezaran a exclamar con razón: “¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene!¡Hosanna en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén...! (Marcos 11:10,11).

Así, en tanto que figura mesiánico-profética, Jesús es llamado por Bartimeo "hijo de David", expresión que conjuga el carácter específico del mesianismo profético de Jesús con su realidad como "rey" davídico, en el sentido que quedará precisado en Mc 12,35-37, justamente en el episodio de la pasión. Es gracias a la correlación múltiple entre las denominaciones y títulos con contenido mesiánico que Marcos configura su cristología.Más tarde, Jesús confundió a los escribas y fariseos al pedirles que explicaran el significado de este mismo título. ¿Por qué dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?.... David mismo le llama “Señor.” ¿En qué sentido es, pues, su hijo?” (Marcos 12:35-37) Desde luego, los maestros de la lay no podían responder esta pregunta. Por tanto Jesús exponía la inaptitud de los líderes judíos como maestros, y su ignorancia de lo que el Antiguo Testamento enseñaba respecto a la verdadera naturaleza del Mesías.

Nacho Padró