La catedral de Santiago ha sufrido todo tipo de reformas durante la última década, tanto en el interior como en el exterior. La novedad más reciente tiene que ver con los techos. Las cubiertas de la nave mayor y el transepto han sido renovadas íntegramente. El total de la superficie intervenida es de 2.432 metros cuadrados.
La reforma liberó a la catedral de un peso de 750 toneladas. Asimismo, las obras han contado con un complejo sistema que permite que las losas de piedra de los tejados sean reversibles, lo que simplificará las labores de mantenimiento y las reparaciones futuras. Otra de las implementaciones más destacadas de la mejora pertenece al sistema de evacuación de aguas pluviales, que perjudicaba la conservación de la basílica debido a las constantes filtraciones. Actualmente, la catedral de Santiago es capaz de evacuar cinco millones de litros de agua al año gracias a la inclusión de 250 metros lineales de canales.
Román Rodríguez, titular de Cultura en la Xunta, acompañado de Daniel Lorenzo, director de la Fundación Catedral, han visitado las obras para supervisar los trabajos de rehabilitación de las cubiertas, así como de las torres del Tesoro y de la Vela. Rodríguez ensalzó el detalle técnico que contempla esta reforma: «Es un trabajo de artesanía con las mejores técnicas de ingeniería actual que inspirará otras intervenciones patrimoniales».
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