A veces es fácil ser generoso hacia fuera, dar mientras se es tacaño con uno mismo.
Si eres generoso para dar, pero tacaño para recibir, pierdes el equilibrio de tu alma.
Debes ser generoso con tu propio yo para recibir el amor que te rodea.
Puedes sufrir la sed desesperante de ser amado. Puedes buscar durante largos años en lugares desiertos, muy lejos de ti. Sin embargo, en todo este tiempo, este amor está a centímetros de ti. Está en el borde de tu alma, pero has sido ciego a su presencia.
Debido a una herida, una puerta del corazón se ha cerrado y eres incapaz de abrirla para recibir el amor.
Debemos estar atentos para ser capaces de recibir. Boris Pasternak dijo: «Cuando un gran momento llama a la puerta de tu vida, a veces el ruido no es más fuerte que el latido de tu corazón y es muy fácil pasarlo por alto».
John O'Donahue
ANAM CAR
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