-¿Alguna vez te has sentido abrumado y, a continuación, has añadido más quehaceres a tu lista de tareas?
-¿Alguna vez te has sentido presionado y has deseado tener una varita mágica que te permitiera dar marcha atrás en el tiempo?
-¿Alguna vez has deseado que la semana tuviera un día más?
-¿Has estado alguna vez en una conversación en la que, de repente, te dijeras: «no estoy realmente aquí»?
-¿Alguna vez la bandeja de tus obligaciones ha estado tan llena que te has sentido paralizado, incapaz de moverte?
-¿Alguna vez te has sentido recompensado por trabajar cuando estabas agotado?
-¿Alguna vez te has sentido empujado a ir hacia tantas direcciones diferentes a la vez que no te has sentido a gusto ni siquiera en tu propia piel?
-¿Alguna vez has aceptado una responsabilidad cuando sabías que la única respuesta saludable era un «no»?
-¿Alguna vez has intentado rezar, solo para comprobar que tu mente está inundada por preocupaciones del pasado?
-¿Alguna vez has respondido a la pregunta «¿cómo estás?» con alguna de estas frases?: «Mi vida en realidad es... tan agitada, está demasiado ocupada, es muy complicada,
está tan repleta, que no puede ponerse al día - ojalá tuviera tiempo para responder a tu pregunta».
-¿Alguna vez has querido hacer una pausa lo suficientemente prolongada como para poder ver la huella de Dios en las nubes, en el rostro de un extraño, en la irritación producida por el caos, en el contacto de un amigo, o en los acontecimientos cotidianos?
«Debes tener un lugar en tu corazón, en tu mente, o en tu hogar, al que poder acudir casi a diario, un lugar en el que no debes nada a nadie ni nadie te debe nada a ti - un lugar que simplemente permite el florecimiento de algo nuevo y
esperanzador».
Joseph CAMPBELL
EL PODER DEL MITO
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