en la gobernación de Ismailia, en la orilla noroeste del canal de Suez y a 140 kilómetros de El Cairo, el pasado 3 de junio un granjero preparaba sus tierras para cultivar cuando hizo un increíble descubrimiento: una colosal estela de piedra arenisca de 2,30 metros de largo por un metro de ancho y 45 cm de grosor. El hombre, sorprendido, se puso de inmediato en contacto con las autoridades para dar cuenta del espectacular hallazgo, que tras ser exhumado con cuidado por los arqueólogos fue enviado al Museo de Ismailia.
ESTELA FRONTERIZA
Mostafa Waziry, egiptólogo y secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades y ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, ha anunciado que este monumento, datado en el año 600 a.C., es muy probablemente una estela fronteriza realizada bajo el reinado del faraón Apries (589-570 a.C.), quinto monarca de la dinastía XXVI (664-525 a.C.), la última dinastía autóctona que gobernó el país en una época convulsa, antes de la conquista persa que tuvo lugar en 525 a.C.
La pieza es muy probablemente una estela fronteriza realizada bajo el reinado del faraón Apries (589-570 a.C.), quinto monarca de la dinastía XXVI (664-525 a.C.), la última dinastía autóctona que gobernó el país.
Waziri ha explicado que el arco de la estela (la parte superior) está marcado con un símbolo solar alado, que se asocia con la divinidad, la realeza y el poder en el Antiguo Egipto, y lleva inscrito el nombre del faraón Apries (Wahibre, en egipcio). Además, se aprecian 15 líneas de jeroglíficos inscritos en la piedra. El egiptólogo ha explicado que la estela probablemente fue erigida por Apries durante una campaña militar en la que dirigió a sus ejércitos hacia el este.
EL FINAL DE UNA ÉPOCA
Pero, ¿qué sabemos de este faraón? Apries fue hijo y sucesor de Psamético II. A inicios de su reinado conquistó la ciudad fenicia de Sidón y asedió Tiro. También acudió en ayuda de Jerusalén cuando estaba sitiada por las tropas del rey babilonio Nabucodonosor II. Al final, el ejército egipcio se tuvo que replegar al País del Nilo, que acogió numerosos judíos fugitivos. También sabemos que hacia el final de su reinado estalló una sublevación entre las tropas, y que Apries envió al general Amasis a sofocarla, pero que este le traicionó. La guerra civil que estalló entre Apries y Amasis acabó en la muerte del primero, aunque fue enterrado con todos los honores en Sais por el usurpador Amasis. De Apries han llegado pocos testimonios hasta nuestros días: la cabeza de una escultura que se guarda en el parisino Museo del Louvre, en granito negro, algunas esfinges procedentes de Heliópolis, una naos en Hermópolis, un obelisco que actualmente se encuentra en Roma y algunos bloques de granito y columnas.
Sabemos que hacia el final del reinado de Apries estalló una sublevación entre sus tropas, y que envió al general Amasis a sofocarla, pero que este le traicionó. La guerra civil que estalló entre Apries y Amasis acabó en la muerte del primero.
Actualmente, la estela recuperada de uno de los últimos faraones egipcios nativos está siendo analizada y estudiada por expertos en el Museo de Ismailia, donde será restaurada antes de que pueda ser expuesta al público.
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