en el curso de las campañas de excavación llevadas a cabo durante el 2018 en Tel Lakhish se encontró un ostrakon (trozo de cerámica inscrito) con unos curiosos signos muy parecidos al alfabeto semítico, el predecesor directo de los fenicio y griego. Sin embargo los arqueólogos que excavaron el lugar decidieron datar la pieza sobre el siglo XIV a.C. por lo que descartaron que fuera una forma arcaica de ese sistema de escritura y se inclinaron por considerarlo una variación regional.
UN FRAGMENTO POLÉMICO
Sin embargo estas conclusiones no convencieron a la mayoría de los especialistas, quienes consideraban la inscripción más antigua por su mayor similitud con los ancestrales signos jeroglíficos de los que deriva el sistema de escritura semítico.
El ostrakon en disputa era un trozo de un bol de leche chipriota, que presentaba dos lineas de texto diagonal trazadas en su parte interior con un signo entre ellas y algunos más en la esquina superior derecha. Respecto a su traducción la primera línea se leyó como «esclavo» y la segunda como «néctar» o «miel», quizás refiriéndose a un sirviente que trabajaría recogiendo miel y sería el propietario del bol.
EL ESLABÓN PERDIDO
Afortunadamente el nivel en el que se encontró la inscripción tenía restos de madera quemada, que han sido analizados mediante radiocarbono a fin de obtener una datación más exacta. El nuevo estudio revela que el sedimento que rodeaba la pieza pertenece a la primera mitad del siglo XV a.C., por lo que la inscripción es una forma del alfabeto a medio camino entre sus orígenes y su aspecto final, como ya apuntaban los lingüistas.
Las gentes que habitaban la zona durante el segundo milenio tenían trato habitual con los egipcios, e incluso hubo una dinastía de faraones locales, los hicsos, que gobernaron el Bajo Egipto de los siglos XVIII al XVII a.C. Todos estos contactos propiciaron un cierto tráfico de cultura e ideas entre ambos pueblos, a través del que una forma adaptada de los jeroglíficos empezó a popularizarse entre los habitantes del Levante hasta derivar en los numerosos alfabetos que conocemos hoy en día.
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