Dentro de poco más de un mes y medio decenas de miles de españoles probarán suerte en el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, y lo harán con el décimo de la familia, la empresa o, incluso, del bar de la esquina en el que toman cada día el café del desayuno. Muchos de ellos albergan la esperanza de que les toque algún pellizco o, incluso, el premio Gordo. Pero, ¿a qué santo tendremos que pedir para que nos toque algo?
A San Pancracio se le invoca cada 22 de diciembreen busca de suerte y su figura se puede ver en muchas administraciones y tiendas españolas. Es fácil de reconocer: ataviado con un manto, con la palma de mártir y un libro abierto en una mano y el dedo levantado en la otra.
Este joven romano nació en el año 289 d.C. y fue conocido por ser un mártir en la persecución del emperador Diocleciano. Se cuenta que una mujer, llamada Octavila, recogió su cuerpo y lo enterró en un cementerio, donde actualmente se encuentra la Basílica de San Pancracio
En su lápida se afirma que allí "se devuelve la salud a cuantos a él llegan con enfermedades, y muchos beneficios de curaciones se otorgan a cuantos con fe sincera a él acuden y se acercan". Son muchas las administraciones de lotería y compradores de décimos que colocan a San Pancracio para contar con más suerte el 22 de diciembre. Según la tradición, la imagen del santo deben regalártela y no comprarla tú mismo.
Además no solamente sirve con colocarla en cualquier lugar, sino que se tienen que tener en cuenta tres condiciones muy importantes. Por una parte, la manera en que se posiciona: con el dedo elevado mirando hacia el interior del comercio o de la casa. Por otro lado, se debe poner dinero cerca y un ramo de perejil.
La popularidad de este santo se disparó en el año 1982 cuando se repartió la única serie del Gordo de la Lotería de Navidad con el número 21515 en la administración de lotería de la Calle San Sebastián de Madrid. Entonces los proprietarios de la administación aseguraron que “había sido San Pancracio” mostrando la figura del santo que presidía su local y nadie volvió a decir lo contrario.
Desde entonces, la popularidad de este santo se disparó aún más entre los que prueban suerte con la Lotería de Navidad.
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