los escitas fueron un pueblo nómada de origen iranio, hábiles jinetes y temidos guerreros, que poblaron grandes áreas de la estepa euroasiática entre los siglos IX a.C. y IV d.C. Las excavaciones arqueológicas que se han llevado a cabo en distintos yacimientos de esta cultura han aportado gran cantidad de objetos, muchos de ellos de una calidad artística sin parangón. Como la placa de plata que ha sido hallada recientemente por un equipo de arqueólogos de la Expedición Arqueológica del Don, perteneciente a la Academia de Ciencias de Rusia (RAN,) mientras excavaban en el cementerio de Devitsa V, descubierto en el año 2000 en la región de Voronezh, un lugar compuesto por 19 montículos funerarios y que se ubica en el cauce medio del río Don.
La placa contiene una decoración incisa en la que se representan divinidades y grifos alados (animales mitológicos mitad águila y mitad león). "Este hallazgo es una contribución importante a nuestros conocimientos sobre las creencias escitas. En primer lugar, un número particular de seres divinos están representados a la vez en un mismo objeto. En segundo lugar, nunca antes había sucedido que una pieza con divinidades representadas en ella se haya localizado tan lejos, al noreste de los principales núcleos escitas", afirma el responsable de las excavaciones, el profesor Valeriy Gulyaev.
LA MAYOR TUMBA DE LA NECRÓPOLIS
El yacimiento de Devitsa V lleva siendo exhaustivamente excavado por los arqueólogos desde 2010, y en el lugar se han realizado importantes descubrimientos. En 2021 se empezó a excavar el túmulo 7, uno de los más grandes de la necrópolis (1,3 metros de altura y 40 m de diámetro), situado en la parte central del emplazamiento y que había sido saqueado en la antigüedad. Datado en el siglo IV d.C., el túmulo contenía en su centro una tumba de madera de 7,5 x 5 metros que se cubrió en su momento con medias vigas de roble.
Entre los elementos del ajuar funerario también se halló un cuchillo de hierro y una costilla de caballo (posiblemente los restos del banquete fúnebre), una punta de lanza y tres puntas de flecha.
La placa de plata se localizó en la parte noreste de la tumba, sujeta con pequeños clavos a una base de madera casi desaparecida. El objeto se descubrió a unos metros del esqueleto de un hombre de entre 40 y 49 años junto a cuyo cráneo se hallaban dispersas varias placas de oro de pequeño tamaño que habían estado cosidas en la ropa. Entre los elementos del ajuar funerario también se halló un cuchillo de hierro y una costilla de caballo (posiblemente los restos del banquete fúnebre), una punta de lanza y tres puntas de flecha. En la esquina sureste de la sepultura se localizaron también arneses de caballo decorados con placas de bronce en forma de lobo, bocados y carrilleras, hebillas de cinturón y colgantes de hierro, bronce y hueso. Junto a un arnés se encontró asimismo una mandíbula de oso cortada, lo que parece atestiguar el culto a este animal practicado por los escitas. Otros hallazgos fueron una copa y una jarra negra vidriada.
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