Dado que todo lo que nos rodea está regido por leyes inflexibles, donde hay una compleja (y en ocasiones inextricable) cadena de causas y efectos, introducir el libre albedrío resulta, desde un punto de vista científico, casi una fantasía.
Pero continuamos haciéndolo porque aceptar que todo está escrito, que todo el pescado está vendido, que nunca podremos decidir qué hacer, es incompatible con nuestra visión del mundo. Hasta el punto de que aceptar tal cosa, que el libre albedrío es una ilusión cognitiva, ¿podría conducirnos a comportamientos morales más erráticos?.
Determinismo VS libertad
Eliminar la noción de libre albedrío podría socavar el comportamiento moral, aumental el comportamiento deshonesto. En el presente estudio, se informa de varios intentos de replicar esta hipótesis. En una serie de cinco estudios se probó así la relación entre indicaciones contra el libre albedrío y comportamiento inmoral.
El propósito principal del estudio fue el de replicar de cerca los hallazgos de Vohs y Schooler (2008) utilizando las mismas manipulaciones y medidas o muy similares a las utilizadas en sus estudios originales.
Los esfuerzos fueron en gran parte infructuosos, porque manipular las creencias sobre el libre albedrío de una manera robusta es más difícil de lo que ha sido implícito en trabajos anteriores, y el vínculo propuesto con el comportamiento inmoral puede no ser tan consistente como sugiere el trabajo anterior.
Dicho de otro modo: estamos tan programos para creer en el libre albedrío, que fingir no creer en él para comprobar que el comportamiento inmoral aumenta, resulta difícil.
De momento, solo podemos especular al respecto, tal y como lo hace el novelista de ciencia ficción Ted Chiang en uno de los cuentos incluidos en su nueva antología, Exhalación, titulado: Lo que se espera de nosotros. En él se describe cómo reacciona una gran parte de la población al descubrirse científicamente, de forma inapelable, que el libre albedrío no existe y todo está determinado: adoptando un mutismo acinético, una suerte de abulia profunda, porque todo carece de sentido.
Es decir, más que obrar mal, parece que la gente sencillamente no obra, por ello el texto propone perpetuar el engaño colectivo del libre albedrío (aunque ello resulta también algo determinado):
Y aun así sé que, dado que el libre albedrío es una ilusión, ya está predeterminado quién caerá en mutismo acinético y quién no. No hay nada que hacer al respecto; no pueden elegir el efecto que el Pronostic tiene sobre ustedes. Algunos sucumbirán y otros no, y que yo envíe este mensaje no va a laterar dichas proporciones. Entonces, ¿por qué lo envío? Porque no tengo elección.
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