Constituye una de las razones
que, al decir de los ortodoxos, influyeron más en el hecho de la separación.
Así lo han presentado generalmente los historiadores, los teólogos, y los
juristas. Hay dos cuestiones distintas dentro del mismo problema, primero la
doctrina misma trinitaria de la procesión del Espíritu Santo; y luego la
anexión de la palabra Filioque al Símbolo Niceno-Constantinopolitano, que en su
redacción original no lo tenía. La mayoría de los ortodoxos, siguiendo en esto
la doctrina de Focio, que la expuso con toda amplitud, atacan la misma doctrina
católica de la procesión del Espíritu Santo, del Padre y del Hijo
conjuntamente, como de un solo principio. La Teología ortodoxa (v. II,
A) quiere sostener, desde Focio en adelante, que la tercera Persona de la Santísima Trinidad
sólo procede del Padre. De ello se trató ampliamente en las diversas sesiones
del Conc. de Florencia, en el que no sólo la doctrina sino también lo referente
a la anexión quedó definitivamente sancionado por la correspondiente definición
conciliar (cfr. Denz.Sch. 1300-1302).
Las discusiones históricas
han mostrado la dificultad de entendimiento entre ambas posiciones. En los
diálogos ecuménicos viene planteado siempre por parte ortodoxa el problema del
Filioque. Por eso me parece oportuno el indicar qué caminos son subrayados hoy
para superar el impasse en que se encuentra la cuestión. Hay que distinguir
diversos aspectos.
1. El Problema Canónico:. Los ortodoxos han argumentado que la añadidura
contradice a la decisión del concilio de Efeso, que prohibía introducir otra fe
(hetéra pístis). Los apologistas latinos argüían que lo que se prohíbe es
introducir otra fe distinta y contraria, no el perfeccionar una fórmula. Los
griegos responden que una precisión de la doctrina por un concilio posterior
como la afirmación de que María es theotokos no fue introducida en el símbolo.
Se observan aquí dos posturas diferentes. Oriente da más importancia a la
identidad material.
Los ortodoxos urgen siempre
que el Filioque debe ser suprimido del símbolo. Los veterocatólicos lo han
decidido y hecho ya. Los anglicanos lo han prometido, aunque la cosa no es
todavía practicada de forma universal entre ellos. En la consulta de Fe y
Constitución se indica que "la
fórmula original del credo, sin el Filioque debería ser reconocida en todas
partes como la normativa y restaurada en la liturgia".
La fórmula no es obligatoria
para las iglesias católicas de rito oriental desde Benedicto XIV (1742). La
jerarquía católica en Grecia lo ha suprimido en el texto del símbolo recitado
en griego Congar es favorable a la supresión como gesto de humildad y de
fraternidad" a condición de que por parte ortodoxa se reconozca de forma
oficial "el carácter no herético del
Filioque bien comprendido" así como "la equivalencia y complementariedad de las dos expresiones dogmaticas".
2.El Problema Teológico: ¿A qué nivel hay que situar la diferencia entre ambas
tradiciones? Esta es la pregunta central. Por parte católica se ha de decir,
que el Filioque. es patrimonio de la concepción dogmática de la Iglesia occidental. Por
parte ortodoxa hay que distinguir corrientes teológicas dentro de las Iglesias.
A decir de S. Agouridis —el artículo es de 1969— consideraba la corriente
mayoritaria griega al Filioque como herejía. Según la conferencia interortodoxa
de Moscú de 1950 es el Filioque la clave de todos los problemas teológicos. Sin
embargo Bolotov consideraba al F. como un theologoumenon occidental. Ortodoxos
rusos en el exilio como S. Boulgakov o P. Evdokimov han aceptado la tesis,
mientras que Vl. Lossky la rechazaba de plano. Recientemente ha afirmado lo
mismo que Bolotov el teólogo ruso L. Voronov. Por su parte B. Bobrinskoy llega
a reconocer elementos positivos en el Filioquismo, pero esos elementos deben
ser resituados en contexto ortodox.
Estando así las cosas es necesario hallar un principio metodológico para
salir del impasse. A mi entender no cabe otro que el formulado en Florencia:
Los Padres de la Iglesia
eran conducidos por el Espíritu. Sus afirmaciones no pueden contradecirse.
Ambas tradiciones, la griega y la latina, deben ser consideradas como
complementarias. Por lo menos hay que partir de aquíNacho Padró
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