Hay gente que da mucho dinero para los pobres.
Hay mucha gente que está mucho tiempo de rodillas rezando.
Hay gente que recorre el mundo entero para ayudar a sus hermanos.
Yo, Jesús, comparto lo que guardé en mi hucha,
rezo todos los días,
doy ánimos a los que sufren:
no es nada extraordinario, Jesús.
Pero para ti, Jesús,
lo que cuenta
no es dar mucho,
es ofrecerlo de todo corazón;
no es estar mucho tiempo de rodillas,
es rezar con confianza,
es volverse a los otros
como para decirles:
“¡Mirad! No es mucho lo que tengo,
pero os lo ofrezco de todo corazón.
Pastoral Marista
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