jueves, 18 de febrero de 2021

UNO DE TANTOS

Te doy gracias, Señor,

porque soy como los demás,

tan lleno de poder y debilidad,

tan movido por anhelos

y sepultado por miedos,

tan dispuesto a lo más divino

y a lo más rastrero.


Te doy gracias porque mi corazón

late, unos días con fuego,

con pobre rescoldo otras veces;

porque miro en el espejo de dentro

y descubro cicatrices 

sanadas por ti,

y heridas que aún supuran.


Por los errores, 

que atemperan la tentación 

de erigirme en juez  de veredictos ajenos.


Por los aciertos, 

escuela de posibilidades.


Por la ternura y el amor, que a veces doy y siempre pido.


Por saberme tan de barro y tan de Ti…


José María R.O 

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