No dejes que el tiempo no te deje. Que esto se va y no avisa.
No dejes ahora que soltaste las cosas que no iban a cambiar; que pasaste horas ante el espejo hasta saber quién eras... y qué querías.
Que sentiste tanto miedo que creías que la vida se te iba; nadie sabe más que tú de impulsos en una balsa que no llega; que pensaste que la eternidad era morir lentamente y aprendiste que hay que vivir cada segundo.
Ahora que has amado y no te han sabido amar; y has reído cuando no había razones; que subiste al cielo para caer en mil pedazos, que creíste en amores perfectos y has visto que no existen...
No dejes que el tiempo no te deje. Búscalo. Inventa, dibuja, sueña... que ya lloraste hasta quedarte dormida. No finjas. Vive... No pierdas la certeza de lo evidente.
Suelta las dudas de lo incierto. No llores. Y si vuelves a amar, no dejes que se te vuelva a ir la vida.
Emilio Leiva.
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