Cada año, durante los meses de abril y junio entre los que se extiende la campaña de la Declaración de la Renta, hablamos de la asignación tributaria a la Iglesia Católica o a las actividades de interés general con fines sociales. Después, la Conferencia Episcopal Española (CEE) publica en el primer trimestre las cifras de los contribuyentes con la financiación de la Iglesia y en junio publica la memoria en la que rinde cuentas del destino de cada partida.
Pues bien, en Pronóstika vamos a romper la dinámica de hablar sobre el destino de este 0,7% de la cuota íntegra solo en determinados meses del año para analizar si esta vía de financiación de la Iglesia católica experimentará algún cambio de tendencia en 2020, el año que rompió con todo.
Lo más importante
La última campaña de la Renta marcó un récord de recaudación; hablamos de la campaña de 2019 sobre el ejercicio del IRPF de 2018.
- Más de 7,1 millones de declaraciones marcaron la X a favor de la Iglesia católica, y en total, 8,5 millones de personas contribuyeron si contamos los que señalaron ambas casillas, la de la Iglesia y la de fines sociales. Se asignaron 284,4 millones, la cifra más alta desde el inicio de este sistema de asignación tributaria en 2007, según los datos que la Secretaría de Estado de Hacienda facilitó a la CEE y lo que esta institución informó en febrero de 2020. En resumen, uno de cada tres contribuyentes marcaron la casilla de la Iglesia.
Poco después, estallaba la pandemia del coronavirus, que provocó que durante dos meses las parroquias permanecieran cerradas.
- Por eso, en mayo, la Conferencia Episcopal intentó reforzar otra vía de financiación de la Iglesia y pidió a los católicos a hacer donaciones en una rueda de prensa telemática: “La principal fuente de financiación en las parroquias tienen que ser las aportaciones de los fieles. Los fieles tienen que pagar el sueldo al cura y tienen que pagar las instalaciones, tienen que colaborar con su esfuerzo y también económicamente”, dijo el vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal, que estimó en unos 40 millones de euros las pérdidas en colectas. A esta cantidad habría que restarle los 1,6 millones reportados por la CEE en mayo a través del cepillo virtual.
- La campaña de la CEE, Xtantos, ha publicado un mapa en su web con las acciones que lleva a cabo la Iglesia en el marco de la crisis económica, social y sanitaria del coronavirus por diócesis y archidiócesis.
¿Cuál es el contexto?
En 2007 se puso en marcha el sistema de financiación a través del IRPF, que anulaba el llamado complemento presupuestario y se remontaba al Acuerdo del Estado y el Vaticano de 1979. Entonces, a raíz de la modificación de la disposición adicional 18ª de la Ley 42/2006 de 28 de noviembre, de los Presupuestos Generales del Estado para 2007, los contribuyentes que lo deseen pueden destinar el 0,7% de sus impuestos a la Iglesia católica, a actividades con fines de interés social (más de un 54% de la sociedad apoya a ONG, organizaciones de acción social o de cooperación al desarrollo) o a ambas (un 1,14% del IRPF) en la asignación tributaria.
Si se opta por no marcar ninguna de las dos casillas —no es obligatorio hacerlo—, el 0,7% de la cuota íntegra del IRPF se traslada a los fines generales de los Presupuestos Generales del Estado sin un objetivo concreto. Marcar dos casillas no supone pagar más impuestos ni que devuelvan menos. El movimiento laico hizo campaña este año por no marcar ninguna casilla para paliar los estragos en la Sanidad y la Educación que se han pronunciado durante la pandemia.
¿Qué hay que tener en cuenta?
El Tribunal de Cuentas hizo público en julio un informe de fiscalización de las actuaciones de la Administración General del Estado sobre la cooperación económica con confesiones religiosas y detectó una “ausencia de concreción” entre los acuerdos de Iglesia y Estado para determinar si existe “insuficiencia o exceso” de financiación a la fe católica. Además, cuestionó el informe anual que presenta la Iglesia católica a mediados de año más como una “memoria de actividades que una memoria justificativa”.
En respuesta a esto, la CEE argumentó en un comunicado que nunca recibió ninguna “petición adicional” por parte del Ejecutivo y que el dinero se destina a sostener la Iglesia y “cumplir sus fines: mantenimiento del culto, sostenimiento del clero, ejercicio del apostolado y de la caridad. Corresponde a la Iglesia decidir el destino concreto de sus recursos”, apostilló.
#Fact
Según la memoria de la Iglesia católica en 2020, el 33,5% de los ingresos proceden de las aportaciones directas de los fieles; el 27,1%, de otros ingresos corrientes; el 23,1%, de las asignación tributaria y el 10,9%, de los ingresos por patrimonio y actividades económicas.
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