el yacimiento de Wadi Sikait, situado en el desierto oriental de Egipto, a 45 kilómetros de la costa del mar Rojo, fue el principal centro de producción de berilio (una piedra que en su variante verde se conoce como esmeralda) en época romana. En este lugar excava un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona en colaboración con otras instituciones como la Universidad de Delaware o el Centro de Arqueología Mediterránea de Polonia. La última temporada de excavación terminó en enero de 2020. Ahora, los investigadores acaban de publicar un estudio sobre sus descubrimientos titulado "Nuevas evidencias sobre la producción de esmeraldas en el Egipto romano procedente de Wadi Sikait (Desierto Oriental)", en el Journal of Near Eastern Studies de la Universidad de Chicago.
CENTRO MINERO Y SAGRADO
Este estudio presenta los resultados de las últimas temporadas de excavación llevadas a cabo en esta región conocida en la Antigüedad como Mons Smaragdus. La zona es conocida por sus minas de esmeraldas de época romana, mencionadas por autores como Plinio el Viejo y Claudio Ptolomeo, y que fueron redescubiertas en el siglo XIX por el mineralogista francés Fréderic Cailliaud. Durante la década de 1990, un equipo de arqueólogos del Proyecto Berenice comenzó a inspeccionar la zona y llevó a cabo las primeras excavaciones, centrándose en el yacimiento principal, Wadi Sikait. Aquí han tenido lugar las dos últimas campañas arqueológicas: en enero de 2018 y en enero de 2020, realizadas ahora por el Proyecto Sikait, financiado por la Fundación Palarq y dirigido por el profesor Joan Oller, de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los autores del estudio.
El llamado "Gran Templo", una de las estructuras mejor conservadas de Wadi Sikait, también contenía objetos de uso religioso como algunos huesos, exvotos de terracota y amuletos, y posiblemente estuvo en funcionamiento entre los siglos IV y V d.C.
En el artículo se hace hincapié en los hallazgos exhumados en tres importantes edificios del yacimiento de Wadi Sikait. La primera estructura, conocida por los arqueólogos como el "Edificio administrativo", fue casi con total seguridad un templo que estuvo en activo entre los siglos I y IV-V de nuestra era. Allí se recuperaron diecinueve monedas, junto con otros elementos que indican un uso ritual, como quemadores de incienso y estatuillas de bronce y esteatita. El llamado "Gran templo", una de las estructuras mejor conservadas de Wadi Sikait, también contenía objetos de uso religioso como algunos huesos, exvotos de terracota y amuletos, y posiblemente estuvo en funcionamiento entre los siglos IV y V d.C., aunque es muy probable que los santuarios internos fueran utilizados anteriormente, lo que se desprende de los vestigios de jeroglíficos egipcios y otros materiales que allí se han localizado. Por último, el complejo conocido como "Edificio de las seis ventanas", tal vez un espacio residencial, incluía una cavidad interior más antigua, quizá relacionada con la actividad minera.
Respecto a este tipo de estructuras, comunes en Wadi Sikait, los autores afirman: "Después de analizar la mayoría de estos espacios, podemos concluir que casi ninguno de ellos se puede identificar como minas de berilio, y principalmente se trata de espacios de almacenamiento o de vivienda". Sin embargo, el estudio de las estructuras subterráneas presentes en Wadi Sikait y sus alrededores sí ha permitido documentar varios espacios mineros de berilio. El análisis detallado de algunas de las minas mostró evidencias relevantes sobre su estructura, tipología y evolución, incluido el descubrimiento de la primera inscripción de registro jamás encontrada en una antigua mina de esmeraldas.
UNA RED IMPORTANTE
Las excavaciones, continúan explicando los autores en su estudio, han logrado aumentar el conocimiento que se tenía hasta la fecha sobre la producción de esmeraldas en el Egipto romano. "Primero, confirmaron la importancia del aspecto religioso en asentamientos mineros como la antigua Senskis (nombre con el que se conocía antigüamente a Wadi Sikait)". Esto muestra la importancia del asentamiento dentro de la red minera romana de esmeraldas, ya que no existe otro sitio en el que se haya registrado una concentración similar de espacios de culto. "Esto vincula a Sikait con otras regiones productivas del desierto oriental, que también ofrecen abundantes pruebas de la importancia del culto y la religión, como las canteras imperiales", concluyen.
Las futuras temporadas se centrarán sobre todo en documentar los complejos mineros para obtener una visión completa del proceso de extracción y comercialización de las esmeraldas, lo que brindará un mayor contexto histórico.
Los autores del estudio creen que las excavaciones de Wadi Sikait proporcionarán evidencias clave en el futuro para determinar cómo se explotaron las minas. De este modo, las futuras temporadas se centrarán sobre todo en documentar los complejos mineros para obtener una visión completa del proceso de extracción y comercialización de las esmeraldas, lo que brindará un mayor contexto histórico. "Según fuentes literarias como Olimpiodoro, que vivió en el siglo V d.C., se requería un permiso del rey de los blemios [un antiguo pueblo, al principio nómada, que habitó desde el segundo milenio a.C. hasta el siglo V d.C. en la Baja Nubia, y que se estableció más tarde en las regiones montañosas del desierto oriental del Alto Egipto y la Alta Nubia] para ingresar a las minas de esmeraldas". Teniendo en cuenta que la mayoría de las estructuras que se han conservado en Wadi Sikait datan de este período, la información arqueológica que ofrezcan es fundamental para comprender el abandono progresivo del control romano / bizantino y su sustitución gradual por el control de los blemios.
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