Gracias por todo el sufrimiento de estos años. Sin él, no habría conocido la libertad en absoluto.
Gracias por la palabra “sí.” La uso con frecuencia y hace que el momento presente fluya de maravilla.
Gracias por la palabra “no.” La uso con frecuencia y me permite vivir alineado con lo que realmente siento, en lugar de tratar de complacer a los demás.
Gracias por haberme permitido utilizar la falsa máscara de pacificador durante la primera mitad de mi vida. Y gracias por mostrarme que yo no soy esa máscara. Fue agotador tratar de evitar el conflicto.
Gracias por el miedo. Me ha permitido sobrevivir y después darme cuenta que no lo necesito la mayor parte del tiempo para realmente sobrevivir.
Gracias por la vergüenza y por mostrarme después que sólo se trata de una percepción errónea - nunca hubo nada de qué avergonzarme.
Gracias por la ira. Alguna vez intenté negar que la sentía. Pero me has dado la oportunidad de finalmente sentirla, expresarla, agradecerla y despedirla cada vez que surge.
Gracias por hacer de la alegría la cosa menos complicada de esta vida. Alguna vez quise alcanzarla a través de pensarla. Me encanta que esos días hayan terminado.
Gracias por la oportunidad que tengo ahora de vivir la vida como quiero vivirla: sin la necesidad de ser visto, comprendido, amado; sin tener que ser lo suficientemente bueno. Eso también era muy agotador.
Gracias por poner a mi disposición lo mejor de la vida - este momento presente.
Gracias por los momentos en que soy consciente que respirar es lo único que necesito para ser feliz.
Gracias por mostrarme más de esos momentos a medida que envejezco.
Gracias por la oportunidad de ser lo que soy, exactamente como soy, independientemente de una imagen.
Scott Kiloby
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