La vida puede ser realmente compleja y variada, expresada de millones de maneras y bajo el manto de una variedad asombrosa de culturas, matices y formas de expresión, pero parece ser que en los momentos principales siempre nos reducimos a cosas bastante comunes, siempre tenderemos a buscar respuestas allí donde no tenemos más que preguntas... y nuestra angustia vital busca y se desespera mientras no encuentra lo que necesita para calmar su alma.
No podemos evitar ser hijos del tiempo que se nos ha impuesto vivir, condicionados a la mentalidad y forma de pensar del lugar en que nacemos, asociado a su cultura, historia y expresiones artísticas.... aunque con esfuerzo y tenacidad podemos ojear mediante libros, música, arquitectura, cine y otras expresiones.... como pensaban, soñaban y como interpretaban la vida otras personas de otras culturas y épocas....
Por ello es todo un privilegio el poder ahondar en una cultura milenaria que a lo largo de 11 capítulos de su Génesis ha buscado la manera de poder responder a las principales dudas vitales: ¿De donde venimos?, ¿Quines somos? ¿que sentido tiene la vida, la sociedad? ¿Cual es el origen y diferenciación entre hombres y mujeres? ¿Que és la naturaleza? ¿Porqué somos tan diferentes?....
He tenido el profundo sentimiento de poder atisbar desde la profundidad del estudio del libro de los Orígenes del AT, una manera de sentir las cosas que me ha podido enriquecer y mirar con otros ojos aquello que me rodea, todo un privilegio, en los tiempos que corren y cuando lo normal es no salir de la cáscara protectora por miedo a lo que te puedes encontrar.
En esta obra, el autor sagrado nos presenta a Dios como creador del cielo y de la tierra. El mismo que crea los astros es el que les asigna sus oficios en provecho del hombre. Con la tierra crea también las plantas y los animales, y confiere a unas y a otros la virtud de crecer y multiplicarse. Al hombre lo crea a su imagen y semejanza y lo constituye rey y señor de la creación, pero dependiente de su Hacedor. Si atendemos a la naturaleza de Dios, le vemos primero trascendente al mundo, que El mismo produjo con su poder y sabiduría; luego manifiesta su bondad, digamos su humanidad y benignidad, en comunicarse con los hombres; su justicia en castigar los autores del primer pecado y la corrupción del mundo por el diluvio; Pero también su misericordia en prometer a los primeros padres el desquite de la derrota que acaban de sufrir, y en salvar del diluvio a Noé, a quien bendice y hace principio de una nueva generación en la tierra. Se muestra asimismo justo sancionador de la ley moral al castigar el fratricidio de Caín y el orgullo de los fundadores de Babilonia.
Declarar que sus relatos no contienen historia en el sentido moderno de la palabra, podría dar a entender que no la tienen en ningún sentido, mientras que ellos refieren en un lenguaje sencillo y figurado, acomodado a las inteligencias de una humanidad menos culta, las verdades fundamentales que se presuponen a la economía de la salud, al mismo tiempo que la descripción popular de los orígenes del género humano y del pueblo elegido. No puede negarse esa forma de expresión pensada por y para el pueblo que se basa en sus propios mitos y culturas, con lo que implica un esfuerzo por parte del lector de acercarse con respeto e inteligencia a la obra que busca explicar las respuestas bajo la experiencia de Dios.
Nacho Padró
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