Hay un espíritu que existía antes de que los cielos y la tierra existiera.
Es el uno que mora en el siléncio, más allá de ñas formas terrenales, inmutable, omnipresente, inagotable.
No conozco su nombre, pero si tengo que darle uno, lo llamaré Tao, lo llamaré lo Supremo.
Ir a lo Supremo es andar errante, andar errante hasta muy lejos y ese vagabundeo es un retorno.
El hombre en la tierra, está bajo la ley de la tierra. La tierra está bajo la ley del cielo. El cielo está bajo la ley del Tao. El Tao está bajo su propia ley.
Taoísmo
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